Con la llegada del mes de agosto comenzó el periodo donde la presencia e intensidad de los ciclones tropicales alcanzan su punto máximo. En las últimas tres temporadas como consecuencia directa de la diferencia de la temperatura de la superficie del mar y la temperatura en altura huracanes como Ian, Nicole y Fiona—formados entre septiembre y noviembre— causaron estragos fundamentalmente en las costas de Florida y Puerto Rico.
En principio, las probabilidades de que Cuba fuera afectado este año por un fenómeno natural de este tipo era de un 35 %. La doctora en Ciencias y directora del Instituto de Meteorología (Insmet), Teresita Llanes, explicó entonces que, a pesar de las altas temperaturas en la superficie del mar, la influencia de un nuevo evento de El Niño/ Oscilación del Sur en el Océano Pacífico podía disminuir la actividad ciclónica para el segundo semestre.
Los pronósticos indicaban que, de los 11 ciclones previstos, siete se desarrollarían en el área oceánica del Atlántico, dos en el mar Caribe e igual número en el golfo de México, estimándose que al menos cinco alcanzaran la categoría de huracán.
Sin embargo, los científicos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés) en un informe publicado el pasado 10 de agosto aumentaron su predicción para la actual temporada. Así, de un nivel de actividad casi normal, se pasó a una actividad por encima de lo normal.
Los meteorólogos argumentan que las condiciones atmosféricas y oceánicas actuales, como las temperaturas record de la superficie del Océano Atlántico, quzá contrarresten las asociadas a El Niño. Por lo que la probabilidad de una temporada de huracanes en el Atlántico por encima de lo normal se ha incrementado al 60 %, una acentuación significativa en comparación al 30 % previsto en mayo.
Con un porcentaje superior al 70 %, la actualización de la NOAA prevé de 14 a 21 ciclones con nombre (vientos de 39 mph o más). De ellas, 6 a 11 podrían convertirse en huracanes (vientos de 74 mph o más). Y, de esos, 2-5 podrían convertirse en grandes huracanes (vientos de 111 mph o más). No obstante, desde el Insmet se siguen inclinando por una temporada cercana a lo normal, con la posibilidad de formación de otros nueve ciclones en toda la cuenca del Atlántico Norte.
Comportamiento histórico de los hurcanes en Cuba durante el mes de agosto (Fuente: Elier Pila Fariñas/Insmet)
De cualquier manera, resulta evidente que el cambio climático ha incidido en las últimas décadas sobre este fenómeno; pues de acuerdo con estadísticas de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, mejor conocida como NASA, el océano ha absorbido el 90% del calentamiento que se ha producido en la Tierra debido al incremento de la concentración de gases de efecto invernadero. Por ello se vaticinan huracanes más fuertes y húmedos en los próximos años.
Carlos
28/8/23 16:26
Míriam Teresita Llanes no es la directora del Instituto de Meteorología
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