Mientras el equipo Cuba de Béisbol acaparaba la atención de todos con su paso por el V Clásico Mundial, tres muchachos sentados delante de una computadora cometían la salvajada de liderar la clasificación en el área del Caribe y de ubicarse, además, en la novena posición entre los países de América Latina en la Competición Internacional Universitaria de Programación.
Así, marcados por el más cruel de los anonimatos, Jorge Pichardo Cabrera (2do año); Leonardo Artiles Montero (2do año) y David García Aguilera (4to año) se hicieron con el boleto para la Final Mundial que se celebrará este año en Eqipto. Y aunque quizás la importancia y el valor real de lo conseguido por estos estudiantes de la Facultad de Matemática y Computación de la Universidad de La Habana solo sea comprendido a cabalidad por una muy selecta comunidad amante de la resolución de problemas mediante códigos de programación, si entendemos lo más mínimo de cualquier deporte, tendremos una noción de cuán formidable se antoja el resultado.
No solo porque al resolver nueve de los ejercicios en tan poco tiempo mostraron una habilidad, disciplina y cohesión extraordinaria para quienes hasta entonces nunca habían competido en un mismo equipo, sino también por enfrentar los desatinos y la apatía de una realidad a la que se le hace difícil valorar tanta brillantez.
La competencia estuvo dura. Para llegar a la clasificación para el ICPC de Egipto, el equipo cubano tuvo que ganar el concurso regional del pasado 18 de marzo. Se organizó en tres sedes simultáneas (Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra en República Dominicana, Universidad de Puerto Rico y Universidad de las Ciencias Informáticas, en Cuba). De más de 300 equipos universitarios (de tres estudiantes cada uno) de América Latina y el Caribe (ALyC), después de cinco horas de competencia, los cubanos de la Universidad de La Habana, junto a otros 18 equipos de la región, lograron avanzar al Campeonato Mundial en Sharm El-Sheik, Egipto.
De cualquier forma, los integrantes de TOP UH aspiran a ganarse un puesto entre los 30 mejores del orbe. Un objetivo complicado, que depende de varios factores, pero perfectamente alcanzable para quienes ya han superado a los más prestigiosos centros de estudios de la región a base de preparación autodidacta.
La clave para ello, insisten, continúa estando en el entrenamiento diario. En el estudio exhaustivo e individual de los contenidos que reciben en clases y de otros tantos que contribuyen a perfeccionar la capacidad de razonamiento y de escritura de códigos. Les tocará entonces sortear los retos diarios que enfrenta cualquier universitario cubano, robarle tiempo al descanso y al ocio para asegurar buenas calificaciones en las asignaturas de la carrea y el mejor adiestramiento posible.
Y sí, puede que sin talleres de práctica, campamentos internacionales o “coaches” que instruyan y guíen. Pero con la voluntad y el deseo de lograr una actuación digna de sus esfuerzos y ganas de representar a Cuba. Si la han logrado hasta ahora, imaginen lo que podrán hacer con las condiciones necesarias.
Esperemos que contribuyan a mejorar la actuación de Cuba como país representativo de Latinoamérica en el mundial.
Reynaldo
13/4/23 1:47
Encomiable actitud y disposición de triunfar la de los muchachos delTOPUH. ¡ADELANTE!!
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