Cambio climático: Acciones por el futuro

“Reclamamos soluciones urgentes y con coherencia”, fueron estas algunas de las palabras pronunciadas, en días pasados, por la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, Elba Rosa Pérez, mientras participaba en la 20 Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP20).

¿Acaso se nos acaba el tiempo? ¿Será mañana el último día? Al parecer no seremos los que vivimos hoy quienes presenciemos el tan anunciado “fin del mundo”; sin embargo, las evidencias científicas que demuestran el deterioro de nuestro clima y, por tanto, de las condiciones medioambientales, son claras y conocidas.

Hace más de dos años, la creación de un programa que agruparía diversos proyectos dirigidos a conocer y aplacar la repercusión del cambio climático en Cuba fue noticia de regocijo para los científicos que se desempeñan en el área y para los seguidores del tema.

Hoy, luego de adquirir algo de experiencia frente a tal tarea, Cubahora compartió algunas palabras con el fundador y presidente del programa Cambio Climático en Cuba: impacto, mitigación y adaptación, Eduardo Planos.

—¿Cómo surge la idea de crear el programa?

—Recientemente se realizó un cambio en la forma de llevar a cabo determinados proyectos en el país. Antes existían programas territoriales, ramales, nacionales, etc.; pero que respondían a temáticas muy amplias. Ante tal situación, el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) decidió sintetizarlos y es entonces cuando surgen los llamados Programas de Investigación y Ciencias de Interés Nacional, atendiendo a un grupo de prioridades del país.

“Creo que podemos sentirnos orgullosos de que hasta la actualidad se hayan creado 16 programas, dentro de los que se encuentra este que presido. Próximamente se cumplirán tres años de haberse puesto en funcionamiento y con él pretendemos, principalmente, albergar todas las investigaciones científicas que se han llevado a cabo en el país, por supuesto, relacionadas con el cambio climático”.

De acuerdo con Eduardo Planos, “una característica del programa es que trabaja con proyectos cortos, de no más de tres años, los cuales tienen un carácter multidisciplinar. Tratamos de propiciar que participen distintas entidades porque, por ejemplo, si vamos a hacer un análisis de los efectos del cambio climático en la producción de papa, es necesario que participen expertos en suelo, en agricultura, etcétera”.

Actualmente cuentan con 16 programas, los cuales se centran en la repercusión del cambio climático en esferas como los recursos hídricos y forestales, los asentamientos y ecosistemas costeros, la diversidad biológica, la salud humana y la agricultura, área en la que se intentan obtener cultivos resistentes a los efectos del cambio climático.

—¿Cuáles son las principales problemáticas que han enfrentado?

—Una de las principales deficiencias de nuestro sistema de ciencias es que existen disímiles investigaciones que no se han aprovechado y que, por determinadas razones, hasta el momento habían estado engavetadas. Para fortuna de todos, actualmente existe una comisión que se está encargando de revisar todas esas pesquisas científicas, con el fin de ver qué información de la que aparece allí podemos usar para mitigar el cambio climático.

—¿Qué resultados palpables han obtenido hasta el presente?

—Hasta ahora hemos tenido muchos resultados concretos, tal es el caso de lo que nosotros llamamos los “escenarios del cambio climático”. Esto consiste en tener una idea de cómo será el clima cubano dentro de los próximos treinta o cincuenta años.

Según los resultados de una encuesta realizada a nuestros usuarios, la mayoría considera que el mayor impacto del cambio climático es sobre la producción agrícola y la biodiversidad; con respecto a esto comentó el especialista: “Conocemos que la temperatura aumentará en unos cinco grados en un futuro no muy lejano; que, por tanto, el clima será más árido y extremo, y sufriremos lluvias intensas y huracanes. Igual tenemos resultados en cuanto a cómo este clima afectará la disponibilidad del agua y sobre las afectaciones del cambio climático en la producción de papa y arroz; así como, su impacto en los bosques de Cuba y la producción pesquera, debido al incremento de los niveles del mar. Es importante señalar que, si se mantiene el aumento actual del nivel medio del mar, para el año 2050 habremos perdido 2 700 kilómetros cuadrados de superficie terrestre y 9 000 viviendas”.

—¿Qué se puede esperar del programa en los próximos años?

—Esperamos que, a medida que vayamos avanzando, se incorporen nuevos proyectos que cumplan con las condiciones de ser integrales, multidisciplinarios, etc. Con este fin pensamos hacer una convocatoria abierta en el año 2017, a la cual se puede incorporar todo proyecto que cumpla con las características requeridas. Además, sabemos que con cada investigación que se abra contaremos con nuevos resultados que nos permitirán mitigar y adaptarnos al cambio climático.

Para Eduardo, la voluntad lo es todo. “Pocas son las acciones que se pueden llevar a cabo con el fin de mitigar los efectos de este fenómeno”, asegura; pues, a pesar de que se realizan campañas para educar a la población alrededor del mundo, los patrones de producción y consumo de las grandes industrias agudizan la degradación del medio ambiente.