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miércoles, 30 de octubre de 2024

Así nació el método cubano para detectar fibrosis quística

Elisa María Castells Martínez, especialista del Laboratorio Pesquisa Neonatal del Centro de Inmunoensayo, nos cuenta, la hazaña científica de crear en Cuba un diagnosticador para la detección temprana de la fibrosis quística (FQ), una enfermedad hereditaria autosómica recesiva letal...

en Cuba nos une 12/05/2019
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Fibrosis Quística
“Tuvimos problemas en contar con muestras de pacientes fibroquísticos. Existen en Cuba, pero no son diagnosticados en el periodo neonatal”, dijo Elisa Castells Martínez. (Fotos: Alba León Infante.)

Por: Magda Iris Chirolde

Ella dice que ahora es fácil contar aquella historia, la que vivió junto a varias personas detrás de grandes volúmenes de libros, de estrictas investigaciones con múltiples datos. No era un juego ni un plan de rutina, sino un encargo muy serio que exigía responsabilidad, conocimientos profundos, inmediatez, concentración y sensibilidad. Parecía, según refiere la joven, un rompecabezas: pon aquí, quita allá; prueba con este, y con el otro también…

Al principio, como sucede muchas veces, las piezas no encajaban y el resultado se veía cada vez más lejano, pero el equipo perseveró hasta armar el crucigrama.

La máster Elisa María Castells Martínez, especialista del Laboratorio Pesquisa Neonatal del Centro de Inmunoensayo, deja atrás la timidez y cuenta, en nombre del grupo de investigación, la hazaña científica de crear en Cuba un diagnosticador para la detección temprana de la fibrosis quística (FQ), una enfermedad hereditaria autosómica recesiva letal.

La fibrosis es más frecuente en la raza blanca, con una incidencia mundial entre 1/2000 y 1/4000 recién nacidos y una frecuencia de portadores de uno por cada 25, cifra que varía en los distintos países, describe en la investigación Castells Martínez.

El diagnóstico precoz se puede llevar a cabo mediante la determinación de valores elevados de la proteína Tripsina Inmunorreactiva (TIR) en la sangre de los recién nacidos y de altas concentraciones de iones sodio y cloruro en el sudor.

Lo más terrible de la fibrosis es que engaña. En el momento del nacimiento de un niño llega a ser imperceptible, pues la sintomatología varía en función de la edad del individuo, el grado en que se ven afectados órganos específicos, los tipos de infecciones asociadas, entre otros aspectos, según refiere la literatura médica.

El periodo neonatal se caracteriza por un pobre aumento de peso y obstrucción intestinal. Otros síntomas aparecen más tarde durante la niñez y al inicio de la adultez: retardo del crecimiento, advenimiento de la enfermedad pulmonar y dificultades crecientes por la mala absorción de vitaminas y nutrientes en el sistema digestivo.

Ahora, con el diagnosticador cubano, durante la pesquisa neonatal se puede comenzar un tratamiento de forma oportuna, en caso de que lo lleve, antes de que los efectos de la enfermedad sean irreversibles.

En la fase inicial de la enfermedad, el principal patógeno aislado es Staphylococcusaureus y posteriormente el Pseudomonaaeruginosa.

“La infección de las vías aéreas, especialmente por esta última bacteria, induce un proceso inflamatorio persistente y no controlado, que produce un círculo vicioso: la triada característica de la enfermedad: inflamación, infección y obstrucción. Alrededor del diez o 15 por ciento de los recién nacidos poseen íleo meconial, una condición que provoca obstrucción del intestino delgado y grueso. La mayoría de los pacientes que nacen con ello van a padecer insuficiencia pancreática”, explica Castells Martínez.

Una cura no incluiría solo tratamientos que permitan mejorar la salud del paciente y alargar la esperanza de vida. Por ello, el interés de Elisa y de un colectivo del Centro de Inmunoensayo en diseñar ese diagnosticador y pesquisar a la población infantil cubana lo más temprano posible.

¿Cómo detectar la FQ?

Los pacientes que sufren fibrosis quística presentan una concentración de cloruro sódico en el sudor más alta que las personas sanas. Por eso, el método confirmatorio estándar es el test de sudor, pero lleva requerimientos complejos y no es nada fácil hacer transpirar a un bebé.

Esa particularidad condujo a la científica a detectar la patología mediante la biología molecular. Tomó la Tripsina Inmunorreactiva como marcador a medir para acometer el experimento.

En el mundo se comercializan estuches para cuantificar esa proteína, uno de los marcadores bioquímicos utilizados en la pesquisa neonatal de la fibrosis quística, lo cual significa que el nuevo producto cubano no es único.

Algunos ejemplos de casas comerciales que venden ese producto son la firma norteamericana Perkin Elmer y la belga Zentech, aunque el reactivo más empleado es el norteamericano.

“Los estuches para TIR de Perkin Elmer cuestan alrededor de mil 700 dólares para 968 determinaciones, o sea, que cada prueba valdría 1,75 dólares por paciente. A esto se le suma el costo arancelario del envío, además de un equipamiento específico que se requiere para, una vez procesados los reactivos, poder leer las placas (entiéndase lavador y lector de placas y software), que habría que comprar y poner en cada laboratorio donde se fuera a ejecutar la técnica.

“En nuestro país no se importaba este reactivo, en primer lugar porque la pesquisa neonatal es masiva (se le realiza a todos los bebés que nacen) y resulta extremadamente caro mantener un programa de este tipo con productos importados, teniendo en cuenta que en Cuba el programa de pesquisa está descentralizado y habría que equipar a más de 200 laboratorios a lo largo del archipiélago con la tecnología de Perkin, además de comprar el reactivo. Y en segundo lugar, el bloqueo nos pone limitaciones en la adquisición”, comentó Castells.

Desde inicios de la década de los 80 del pasado siglo, en Cuba el desarrollo del Sistema Ultramicro Analítico (SUMA) y de técnicas de ultramicro ELISA, creó las bases para el establecimiento de programas masivos orientados al diagnóstico de errores congénitos.

El Centro de Inmunoensayo desarrolló el UMELISA TIR NEONATAL, ensayo que permite la cuantificación de los niveles de Tripsina Inmunorreactiva en muestras de sangre seca sobre papel de filtro de recién nacidos y que puede ser utilizado para la pesquisa neonatal de la FQ.

“Para hacer nuestro método nos basamos en uno descrito por Crosley en el año 1979, donde describieron la cuantificación de TIR utilizando un inmunoensayo. Lo novedoso para Cuba es que con una tecnología propia adicionamos otro diagnosticador, en este caso, para la pesquisa neonatal, con lo que se beneficia la población al tener la posibilidad de acceder a un servicio que antes no existía”, agrega Elisa.

Diversos fueron los estudios de estabilidad, de relaciones de conjugación, de determinación del método apropiado y de concentraciones de recubrimiento; “hay todo un periodo de estandarización del ensayo donde se evalúan esas variantes más los tiempos de incubación, las temperaturas, si era mejor o no con agitación, etcétera”, explica con seguridad.

Para la confección del estuche tuvieron en cuenta otros parámetros, entre los que figuran el efecto de la edad gestacional, el peso al nacer y el efecto del período de procesamiento de la muestra en el laboratorio, pues asegura la especialista que la Tripsina Inmunorreactiva no es un marcador tan estable como otros en el papel de filtro.

Además, afirma que si esas muestras se almacenan por un espacio prolongado ya no constituyen un marcador preciso para poder montarla. “Una vez estandarizado el ensayo empezamos a evaluar los parámetros de validación del estuche, al que también se le hicieron pruebas de precisión y exactitud. Se obtuvo a su vez una muy buena correlación de métodos con una prueba de tecnología norteamericana, la cual formó parte de la validación externa”.

EL PRIMER NIÑO

El proyecto viene desarrollándose desde el 2014. Cuatro años después comenzó a realizarse el programa piloto para la pesquisa neonatal de la fibrosis quística en 16 laboratorios SUMA de seis provincias del país (La Habana, Mayabeque, Artemisa, Matanzas, Villa Clara y Sancti Spíritus), utilizando el UMELISA TIR NEONATAL.

Este hecho fue noticia en medios de prensa cubanos. El sitio digital Cubadebate publicó la opinión de la Doctora en Ciencias Médicas Gladys Abreu Suárez: “en el mundo existe la posibilidad de hacer una indagación de ese tipo en el momento del nacimiento, pero Cuba no había podido adquirir el reactivo por su alto costo en el mercado internacional y por las limitaciones que impone al país hace más de 55 años el bloqueo de Estados Unidos”.

Seis meses después de comenzado el ensayo, ya se había detectado un niño con fibrosis quística en Artemisa.

“Se pesquisaron seis mil 470 muestras. Una de las muestras se confirmó positiva para fibrosis quística por la técnica de biología molecular: ahí tuvimos al primer recién nacido pesquisado y diagnosticado precozmente en Cuba, para una incidencia de la enfermedad de 1/6470”, reveló la investigadora.

Más de mil 600 estuches listos cubren en estos momentos el programa nacional de salud, por lo menos para medio año, y la producción continúa.

“Entre los accesorios se hallan placas, que son importadas, al igual que el papel de filtro, con 96 pocillos recubiertos con anticuerpos o antígenos en dependencia del ensayo que se vaya a montar. En este caso empleamos anticuerpos monoclonales”, especificó la especialista.

El periodo de producción de esas placas de recubrimientos es de un día para otro. Una vez recubiertas, el siguiente paso es la certificación en el laboratorio.

“Las placas luego se etiquetan y guardan listas para conformar los estuches. Vuelven al laboratorio y se les hace un control interno, después pasa por el de calidad y finalmente se libera el producto. Los estuches tienen un año de uso”, aclara la Máster en Ciencias Elisa Castells.

Ya el UMELISA TIR NEONATAL forma parte del programa nacional de salud, lo cual permite diagnosticar otra enfermedad con la llamada “prueba del talón”. Se une con éxito a las cinco patologías que se detectaban hasta ahora en el país en el pesquisaje neonatal: Fenilcetonuria, Galactosemia, Biotinidasa, Hipotiroidismo Congénito e Hiperplasia Suprarrenal Congénita. Una pieza más para armar el rompecabezas de una vida digna.


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