Caminos hacia el futuro

Alexander tiene 21 años, nació en La Habana y ahí reside con su madre y una hermana menor. Estudió Técnico Medio en Informática y algún tiempo después matriculó en la UCI, pero decidió no terminar la carrera. Por estos días tiene dos trabajos, es chofer de bicitaxi durante algunas horas y ayudante en el Museo del chocolate, dos veces a la semana.

Lo abordo mientras aprovecha la sombra junto a la calle Obispo, es evidente que acaba de hacer un recorrido largo porque trae el cuerpo bañado en sudor. Se resiste un poco a dejarse fotografiar, pero al final me da su consentimiento. ¿Te dejó de interesar la informática o fue para empezar a trabajar? “No, la informática me encanta, pero se me presentaron algunas dificultades y tuve que empezar a trabajar”.

“Pasé un curso de idiomas, específicamente de inglés, y otro de cocina. En el museo del chocolate trabajo dos días a la semana, como asistente. ¿Y en este de chofer de bicitaxi que tiempo llevas? “Llevo solo seis meses manejando”. ¿Y no es un trabajo agotador? “Sí, es agotador, pero tengo una hermana menor que tiene 12 años de edad, y por otro lado está mi mamá, prácticamente yo soy el hombre de la casa”.

Alexander no es solo un joven correcto sino que se expresa muy bien. ¿Y cómo reaccionan los clientes, se muestran considerados ante tu esfuerzo? “Normal, yo no monto cubanos, solo extranjeros.” ¿Cuando subes una loma, en una parte de tránsito difícil, te ayudan los clientes extranjeros? “Sí, cuando voy subiendo una loma algunos se bajan y hasta me empujan. Eso me pasa a diario. Los que no lo hacen, pues me dejan una buena propina al final.”

¿Te gusta este trabajo? “No, claro que no me gusta, pero es la única manera que tengo de ayudar a mi familia, por el momento. Ahorrar algo de dinero, y de aquí a un tiempo hacer otra cosa. Esto es algo temporal. Manejo unas cinco o seis horas diarias, desde el mediodía como hasta las cinco o las seis”. ¿Es tuyo el bicitaxi o lo alquilas? “Es mío, lo compré.”  

¿Y en la casa del chocolate qué haces específicamente, allí sí piensas quedarte? Allí estoy porque se me facilitó, por el idioma, por el currículum que tengo de otros trabajos que hecho. Las demás personas trabajan toda la semana, yo solo lo hago dos días porque tengo un pequeño contrato. ¿Ese sí te gusta? “Sí, me gusta”. ¿Chico, y no te repugna el olor a chocolate? (se ríe de mi pregunta) “A veces sí, pero al final es un trabajo, como otro cualquiera”. 

Partiendo de que tienes varios trabajos y eres una persona emprendedora que lucha por su futuro, si te pidiera una palabra ¿cuál sería? “Primero, una persona que está consciente de lo que está haciendo, segundo, que sabe cómo se está viviendo, y tercero que tiene otras perspectivas para su vida. ¿Entonces la palabra estaría entre conciencia y perspectiva? “Ninguna de las dos, más bien sería… futuro”.