El automasaje: un detalle que cambia vidas

Hola, amiga y amigo de Parada con Estilo, y un hola también para ti si eres de los que por vez primera estás visitando nuestro blog, un espacio que pertenece a todos los interesados en la belleza y el bienestar, y donde compartimos el criterio de que lo que hagamos en función de nuestra belleza no debe afectar nuestro bienestar, de lo contrario deberíamos revalorar nuestra estrategia.

Ha sido una semana bastante agitada para mí. Una de esas donde, como se dice, no se sale de una para entrar en otra. Pero no hablo de cosas malas o fatales, por suerte, sino de la carga de deberes y actividades que, como quiera que sea, pesan y agotan nuestra energía. Cuando esto sucede, claro está, nuestra belleza natural se ve afectada e irradiamos una imagen que pide a gritos hagamos algo para transformarla.

Es cierto que hay situaciones de la vida que no podemos apartar porque, por decirlo de alguna manera, nos tocan. Cierto es también que, a veces, dichas situaciones parecen ponerse de acuerdo para presentarse juntas o en larga caravana de sucesos. En dicho caso, quizás no podamos transformar el escenario en el cual nos desenvolvemos, pero sí la manera en que lo asumimos. Como seres humanos tenemos la capacidad de decidir cómo vamos a responder a cada situación y esa capacidad nadie nos la puede robar.

Lo que sucede, amiga y amigo, es que tenemos la tendencia a enfrentar las situaciones siempre de la misma manera, aquella que hemos aprendido. Ahora estoy recordando un proverbio que dice: “si tomas siempre el mismo camino, llegarás siempre al mismo lugar”. Si sentimos que la dinámica de la vida diaria nos está ganando la pelea entonces significa que es hora de revisar la estrategia que estamos usando porque, de seguro, necesita algunos cambios.

La pregunta es simple pero trascendental: ¿Cómo estoy enfrentando aquello que a mi vida llega? No crea, amiga y amigo que voy a hacer del artículo una especie de terapia de grupo, simplemente estoy preparando el terreno para hacer mi propuesta. Quiero comentarte cómo el automasaje puede ser un excelente aliado en nuestro andar por la vida. Un aliado que tiene una doble función: nos ayuda a lidiar con las secuelas causadas por una situación dada y nos alista para estar más dispuestos frente a situaciones futuras.

Muchos son los beneficios del masaje para nuestra piel, músculos, circulación sanguínea y linfática, sistema respiratorio, etc. Y sobre esos beneficios podemos leer en cualquier texto sobre masaje, por tanto, prefiero pasar directamente al automasaje que, como indica la palabra, es el masaje que nos damos a nosotros mismos.

En verdad el automasaje podría ser cualquier manipulación que realicemos sobre nuestro cuerpo o parte de él. Sin embargo, yo te propondré una serie de pasos ordenados que conforman una secuencia de automasaje. No obstante, siempre digo que la vida no es rígida y debes aprender a comprender las cosas para después adaptarlas a situaciones particulares. Si encuentras manipulaciones que te resultan incómodas de realizar debido a ciertas limitaciones, entonces, simplemente, modifícalas o ignóralas.

El automasaje puede realizarse a cualquier hora, según tus necesidades. La secuencia que le propongo está diseñada para cuando esté en casa y dispongas de unos minutos para ti, preferiblemente antes del baño. Debe escoger una ropa cómoda y ligera.

Siéntate cómodamente, unta aceite en tus manos (una buena opción puede ser el de bebito) y frótalas bien. Cada técnica las repetirás diez veces:

1. Estimule la planta de los pies: con los pulgares haciendo movimientos circulares, masajee desde el talón hasta los dedos de los pies.
2. Nudillos en los pies: desliza ahora tus nudillos por todo el pie, desde la base de los dedos al talón.
3. Guante en el gemelo: con ambas manos, desliza tus pulgares ejerciendo una ligera presión desde el tobillo hasta inicios de la fosa poplítea (hueco detrás de la rodilla) lugar donde no debes hacer nada.
4. Presiones: con ambas manos presiona toda la superficie del gemelo.
5. Amasamientos: estimula mediante un amasamiento intenso la zona de los muslos.
6. Frotamiento en los riñones: con ambas manos, como una plancha que sube y baja generando calor, fricciona enérgicamente la zona de los riñones.
7. Presiones a lo largo del brazo: con una mano presionamos a lo largo del brazo opuesto, desde el hombro hasta la muñeca.
8. Amasar los trapecios: primero con una mano y después con la otra amasamos con los cuatro dedos menos el pulgar, toda la superficie del trapecio, desde el cuello hasta el pozo del hombro.
9. Apertura de la frente: acostado, también puede ser sentado, coloque los dedos de ambas manos en el centro de la frente y deslícelos hacia los extremos como si estuviera abriendo la frente.
10. Amasamiento del cuero cabelludo: recorre con las manos abiertas la superficie de la cabeza desde la fontanela hasta la nuca.
11. Quietud: relaja todo tu cuerpo y mantente en estado de quietud por unos minutos

Si dedicas un tiempo a practicar dicha rutina diariamente no pasará mucho para que notes sus maravillosos beneficios, que van más allá de la relajación y la sensación placentera pues su cuerpo y su mente quedarán dispuestos, de manera favorable, para continuar lidiando con las innumerables situaciones que la vida nos depara. Y descubrirás lo necesario de aprender e incluir nuevas herramientas que te ayuden a gestionar mejor el bienestar, cosa esta que tu belleza natural le agradecerá.

Solo me queda animarte para que medites en la manera que tienes de llevar la vida y valores la posibilidad de que quizás puedas variar o incluir algunos pequeños detalles que provoquen  grandes cambios beneficiosos. El automasaje es uno de esos detalles, pero incontables son las cosas que podemos aprender para una vida más plena, armoniosa y bella.

La invitación sigue en pie, cada semana estamos aquí, en una Parada con Estilo, donde la belleza y el conocimiento siempre van de la mano. Recuerda también que tus comentarios son vitales para nosotros pues gracias a ellos podemos perfeccionar nuestra labor. Y ahora sí te digo, hasta la próxima y suerte.