“Al final, el ganador siempre será nuestro cine”

Que canten las mujeres es el título de uno de los proyectos de documental ganadores en la modalidad de escritura de guion de largometrajes de la primera convocatoria del Fondo de Fomento del Cine Cubano. 

Su guionista, Leonardo Luis Blanco Montes, confesó a Cubacine que fue una gran oportunidad presentarse para la búsqueda de financiamiento, pero quedar entre los diez proyectos ganadores en esa categoría fue especial, pues, de esa manera, “Que canten las mujeres empezaba a andar”.

Ante la necesaria interrogante sobre su experiencia como ganador del Fondo de Fomento del Cine Cubano, nos comentó: 

“Desde que abrió el Registro del Creador Audiovisual y Cinematográfico, el Fondo era lo que más expectativa generaba en el gremio de cineastas. Pasaron los meses y realmente pensé que los efectos económicos de la pandemia de COVID-19 impedirían que se pudiera desarrollar en el 2020, pero por suerte para el cine cubano se efectuó de manera exitosa”. 

“Participar con el proyecto de guion documental Que canten las mujeres era una necesidad para empezar el recorrido de estas historias de rumberas hacia la gran pantalla. Por otro lado, era obtener una retroalimentación sobre el proyecto, una opinión distinta para saber si iba por el camino correcto o no”. 

- ¿Era el camino correcto?

- Pues sí. Muchas veces se piensa que dentro del cine solo el guion no lleva presupuesto. Hacerlo requiere investigación, viajes ―a Matanzas en mi caso― y tiempo de trabajo sin estar limitado por razones económicas externas, que son parte de la vida y afectan a la creación artística. El Fondo cubre y resuelve estas preocupaciones.

A la vez, ganar se vuelve también un compromiso moral con la obra y con el ICAIC. Es una plataforma que visibiliza los proyectos y permite que las personas se interesen en ellos. Recuerdo que a pocos días de aplicar recibí un correo electrónico de Senel Paz donde me escribía: “… Espero que estas mujeres, vivas o muertas, no te dejen tranquilo hasta que las pongas a bailar y cantar en la pantalla con toda su alma, la misma que estás poniendo tú en el proyecto…”. 

- ¿A qué se refería Senel Paz? ¿Quiénes son esas mujeres?

- Que canten las mujeres aborda la rumba en Matanzas a través de la historia de las mujeres que la gestaron a la luz de sus solares. Durante la primera mitad del siglo XX un grupo de ellas se reunían en los barrios de Simpson y La Marina para dar lugar a celebraciones de rumba. 

Los cantos representan la lucha por revertir el orden social en favor de aquellas rumberas matanceras que desafiaron los prejuicios raciales, culturales y de género. Las rumberas son protagonistas en procesos de articulación y preservación de prácticas culturales que se mantienen vigentes hasta nuestros días. Es inconcebible el injusto silencio sobre ellas en la historiografía musical. Desde la historia cruzada de cinco mujeres se ilustran los desafíos y los rasgos más significativos que definen la identidad de las rumberas en Matanzas.

El título del documental es el nombre de un canto de la autoría de Estanislá Luna, la rumbera más longeva de la provincia. Es el llamado a la participación de todas, es su historia y la de las otras. Cuando se habla de la rumbera cubana muchas veces se asocia con estéticas distantes de esas mujeres que han vivido y viven entregadas al género. Este documental pretende ser el reflejo de las que se han enfrentado a la arraigada existencia de posturas racistas y patriarcales, en una fuerte proyección de resistencia cultural y defensa de sus derechos.

- Sobre la escritura del guion…

- El punto de partida de este proyecto es el libro Rumberas matanceras: Un canto a la memoria, de la pianista y musicóloga Roxana Coz Téstar. Ya hay una investigación amplia sobre el tema, pero no pensada para un guion cinematográfico. Roxana ha trabajado conmigo en casi todo momento y hemos decidido tomar estos antecedes para hacer algo totalmente nuevo. Por eso la investigación se ha retomado. 

Actualmente trabajamos en el sentido dramatúrgico. Estamos investigando para reconstruir las personalidades y vidas de cinco mujeres que ya no viven. Hemos realizados trabajo de campo con entrevistas y observación de celebraciones de rumba. Pero aún queda mucho que profundizar. 

En diciembre visité Matanzas por varios días y estuve en el municipio cabecera y también en Jovellanos. Pude recopilar datos a través del contacto con sus familiares para usarlos en la psicología de los personajes, los conflictos que debieron enfrentar en el plano personal, laboral y social. Siempre teniendo la rumba, y muy en especial el canto, como ese eje en torno al cual se nucleaba una respuesta cultural como mejor defensa. 

La situación epidemiológica me ha impedido regresar a esos lugares, pero aun así, la información que poseo me ha permitido crear la estructura del relato. He pensado en la estética y visualidad que sería más acorde y hasta sé cómo y dónde debe terminar. Pero igual aún hay muchas cosas que escribir e hilvanar dramatúrgicamente.

- ¿Qué consejos les daría a futuros aspirantes al Fondo de Fomento? 

- El principal consejo es que apliquen, que participen; sé de muchos amigos que no lo hicieron. El Fondo tiene modalidades para todas las etapas por las que trascurre un proyecto cinematográfico. Por lo que siempre pueden encontrar ayuda en él. 

Creo realmente que es la mejor posibilidad que tienen los jóvenes cineastas, pues insertarse dentro de la industria es complicado y obtener el financiamiento para una película es más difícil. Hace unos años era casi imposible pensar que un recién graduado de la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual pudiera filmar al terminar la escuela, hoy gracias al Fondo es posible.

En la primera convocatoria participé en escritura de guion, pero en futuras ediciones quiero hacerlo en otras categorías. Ojalá participen cada vez más cineastas, porque al final del concurso, el ganador siempre será nuestro cine.