Esperando a Godot (+pdf) (+Video)

Si esta obra de teatro fuera un reportaje, no respondería con certeza a ninguna de la 5 W. Ni quiénes, ni cuándo, ni cómo, ni por qué, ni qué.

 La escena es simple: una carretera rural y árbol. Los personajes principales son dos vagabundos, de los que solo sabemos sus nombres: VIadimiro y Estragón.

 No sucede casi nada. Solo son dos hombres ahí, en espera de otro llamado Godot. Tampoco se sabe sus motivos. A veces se sientan, otras se paran, o alguno duerme… La fuerza de la obra está en los diálogos, y tampoco estos aportan mucha claridad. Más bien son vagos e incoherentes.

 Si a usted le gustan las historias de estructura bien definida, lógicas y fáciles de entender, le aconsejo que no la lea. Después no diga que no se lo advertí.

Aun así, a pesar de lo dicho y precisamente por eso, esta obra del novelista y dramaturgo irlandés, Samuel Beckett, es extraordinaria. Pertenece al teatro del absurdo, del que Beckett fue un gran maestro. Es simbolista, existencialista y alude a lo absurdo de la vida del ser humano.

 Si se decide a leerla, lo primero que querrá saber es quién es Godot. Pero, como ya he dicho, la obra no responde con certeza a ninguna de las 5 W. Godot, para mí puede ser el que usted quiera o lo que usted quiera, es el símbolo de lo que se espera: la felicidad, la salvación, la solución a todos los problemas del mundo. Cada cual tendrá sus propios Godot y esto último me parece excelente.

 VIadimiro y Estragón esperan. Tienen una cita, no saben para que día era, si vendrá o no Godot, ni siquiera saben por qué están allí. Pero necesitan a ese personaje místico que nunca aparece, pero, y si aparece…

 En resumen, dos vagabundos, una carretera, un árbol y un tal Godot…  

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Aquí les dejo también la obra de teatro dirigida por el español Alfredo Sanzol.