El Evangelio, de Elisa Victoria

A Eulalia le tocaba comenzar sus prácticas como maestra, pero se olvida de especificar y la ubican en un colegio de monjas. Pasada la sorpresa, la joven tendrán que enfrentarse con otra faceta de la vida adulta, la laboral, y lidiar con unos niños que la necesitan.

Así comienza la historia de Laila, como apodan a la protagonista, en “El Evangelio”, de la también joven escritora Elisa Victoria. Encontramos en Laila un reflejo de los millennials, de la juventud, pero no como una etapa aventurera y feliz, sino con los problemas que asedian a esa generación y a la siguiente.

También el colegio es un micromundo que muestra la sociedad y sus conflictos, sobre todo en el sistema educativo. En la novela se resalta cómo la educación estricta y conservadora puede afectar el desarrollo de los niños.

El libro además trata de respetar las diferencias. Laila en sí misma tiene sus complejos y se siente diferente, es por eso que en sus clases intenta incluir y valorar a todos los niños para que no se sientan excluidos.

La propia autora dio clases en un colegio de monjas y en parte el libro se basa en esa experiencia y otras que investigó. “La base de la preocupación y la sensibilidad de la protagonista es que ella siempre se ha sentido diferente. Y la diferencia se castiga mucho. No se hace de forma explícita o porque se busque el castigo, sino porque la forma en la que suele ser tratada resulta castigadora porque te hace sentir extraño. Te sacan de la normatividad haciendo que sientas que los demás están bien pero tú no tanto. Por eso a la protagonista le preocupa apoyar la diferencia que observa en los niños que tiene alrededor, fomentar su autoestima y brindar a esas características individuales aceptación y calidez”, explicó en una entrevista.

Otro tema que aborda es la sexualidad y los tabús que crean la sociedad y la religión con respecto a esta.

Entre la narración y el monólogo interior, “El Evangelio” es un libro reflexivo, con un personaje principal sensible y observador. Además, tiene ese tono entre lo irónico y divertido que no te deja aburrirte a la vez que te hace pensar. Es un libro que sobre todo a los millennials les tocará la fibra sensible.