Barça-Madrid: Todo para la vuelta

El primer partido de las semifinales de la Copa del Rey terminó con tablas en el luminoso. Cesc Fábregas inauguró el marcador a los cincuenta minutos con asistencia de Messi, en una jugada donde José María Callejón se quedó colgado cuando la zaga blanca tiraba el fuera de juego; luego el central Raphael Varane empató el encuentro al cabecear un centro de Özil, a falta de diez minutos para el final.  Sin embargo, el marcador no refleja lo ocurrido en la cancha. En el campo se vivió gran intensidad desde el pitido inicial, pero los constantes envites de ambos equipos no terminaron con el balón en el fondo de las redes tantas veces como se esperaba.

La primera incógnita que traía el clásico era la de los guardametas. Casillas se lesionó y el Madrid fichó sin dilaciones a Diego López, un veterano dela Liga Española con experiencia sobrada en el Villareal y en el Sevilla. La otra opción de Mourinho era Adán, principal punta de lanza en su reciente cruzada contra el capitán madridista; aunque empleó al canterano en la última jornada de Liga, el técnico luso se decidió por la experiencia del antiguo tripulante del submarino amarillo. Por la parte culé, aunque Pinto siempre es el encargado de defender los tres palos en los enfrentamientos coperos, las especulaciones se disparan cuando se acercan los enfrentamientos entre merengues y azulgranas; está claro, si se trata de vender, cualquier fórmula es válida. Las actuaciones de ambos cancerberos fueron correctas, pero ninguno de los dos inclinó la balanza hacia un lado. Pinto se jugó par de veces el físico, y Diego López detuvo par de obuses de los laterales catalanes.

Jordi Alba y Dani Alves son un buen ejemplo de lo más y lo menos del partido. El español que tanto deslumbró enla Eurocopa por su buena asociación con Andrés Iniesta, aún no ha justificado los millones desembolsados por el conjunto catalán. Su banda era una autopista donde el ataque blanco se movía sin mayores complicaciones: los centros de Özil, Benzema y Essien fueron continuos. Sí, Alba da una gran profundidad en ataque por la banda izquierda, pero deja demasiados espacios atrás, además de no ser un gran marcador; de hecho, el centro del mediapunta alemán que termino en gol salió desde su banda tras la salida de un córner. Por su parte, el brasileño sí logra un equilibrio entre ofensiva y defensiva; no es el jugador de temporadas atrás, ni está cerca de su mejor rendimiento, pero sus rivales sufren a partes iguales sus incorporaciones al ataque y sus labores en la zaga.

Y de los laterales culés saltamos a los centrales emergentes del Real Madrid. Carvalho y Varane fueron los escogidos por Mourinho para suplir a Ramos y Pepe. El portugués se mostró dadivoso e inseguro; en la primera mitad tuvo que solucionar con faltas algunos de sus errores debido a la falta de velocidad y la mala forma por los pocos juegos disputados en lo que va de temporada. Su contraparte fue el joven francés: impecable, salvó a su equipo en varias jugadas donde él era el último hombre (en especial un disparo de Xavi a puerta vacía)  y como colofón, marcó el gol del empate; partido redondo para él.

El resto de los jugadores terminaron el encuentro sin penas ni glorias. Quizás Callejón por su error y Benzema por la pólvora mojada fuesen otros puntos bajos del conjunto merengue; el francés desperdició  dos buenas ocasiones para perforar la puerta defendida por Pinto, aunque en líneas generales no tuvo un mal partido. Por los blaugranas, Xavi, que no se encontraba muy cómodo en el campo, y Fábregas, a pesar del gol, fueron los jugadores que no rindieron como suelen hacerlo. Claro, a este nivel y con estos equipos, pequeños destellos de estos ases del fútbol pueden significar un giro de golpe y porrazo. Modric sustituyó a Callejón en el segundo tiempo y pareció ser un revulsivo para los suyos, pero era un espejismo, en apenas minutos se diluyó en el mediocampo.

Lo más esperado era el duelo Messi-Cristiano. El argentino dio la asistencia a Fábregas, pero no lució. Entre las faltas y el buen juego de la línea final de los merengues, el mejor del mundo no pudo empatar con Alfredo di Stéfano como máximo goleador de los clásicos. El portugués, por su parte, se mostró más incisivo en ataque, con varias oportunidades de gol que no pudo materializar debido a la buena marca de los centrales catalanes y la incomodidad con que llegaba a los balones.

Ambos jugadores, los mejores del mundo sin discusión, siempre crean gran expectativas ante este tipo de encuentros; existe una suerte de globalización alrededor del argentino y el luso, aislándolos en una burbuja mediática donde pocas veces entran otros temas que se refieran a estos dos clubes. Cuando los clásicos no terminan con un claro ganador y las actuaciones de los jugadores no venden titulares, la prensa se va por las declaraciones de sus protagonistas, acciones extradeportivas, o incluso el arbitraje. La vuelta, en el Camp Nou, aun está en duda si se jugará el 27 de febrero.

Mañana se jugará el otro partido de las semifinales, Sevilla-Atlético de Madrid, donde lo más trascendental será la ausencia de “el tigre” Falcao. Los colchoneros ya cayeron la jornada anterior ante los leones de San Mamés (Athletic Club de Bilbao) con la ausencia de su delantero estrella, y ya se comenta acerca de una posible Falcaodependecia en el equipo del “Cholo” Simeone. La última palabra la tendrá el terreno de juego.