La Cuba de 1950

En aquellos días los asuntos patrios no son, precisamente, la prioridad A-1.

   No podía haber sido de otro modo. Al frente de los destinos nacionales se halla Carlos Prío Socarrás, un hombre débil y vacilante, que se ha sentado en el trono presidencial por medio del Partido Revolucionario (Auténtico), una entidad ya desprestigiada a más no poder. (Por cierto, a Prío le ponen el apodo de El Manquito, pues sus guatacas se quejan de su tacañería).

   Mientras tanto, Francisco Franco pronuncia declaraciones escandalosas. El Caudillo asegura que la derrota española en Cuba fue culpa de los políticos madrileños, y no gracias al heroísmo mambí. Emilio Roig de Leuchsenring se lo come con una respuesta airada.

   MÁS DE CUBA, EN EL CINCUENTA

   Un liberal, que aspiraba a representante, declara a sus íntimos: “Yo no le pido limosnas a mi partido, sino complicidad. ¡Que me lleven en todos los negocios turbios!”. (El susodicho se autotitulaba como “un hombre de ideas nuevas”).

   Cierto ministro, quien cesaba en su cargo, recogía sus supuestas pertenencias en el despacho. Un amigo le dijo: “Mi socio, deja por lo menos el aire acondicionado”. (Y que conste: eso no lo inventé yo. Está en mis manos el recorte de prensa que lo autentifica).

   El ex presidente Grau tiene un libro titulado Viva en casa propia. Un vacilador cubiche, quien lo vio leyéndolo, comentó: “Éste sí que se aprendió bien la lección”. Aludía a la residencia del antiguo mandatario, palacete en Miramar que su dueño llamaba “mi chocita”.

   EL CINCUENTA TAMBIÉN TRAJO BUENAS NUEVAS

   Ya lo hemos dicho: no hay un año cubano que sólo esté señalado por la corrupción, el fracaso y la grisalla.

   También ocurrían hechos enaltecedores del espíritu. Así, en 1950, la poetisa matancera Carilda Oliver Labra da a conocer Al sur de mi garganta, un libro con el cual iban a vibrar generaciones y generaciones de cubanos, que no estuviesen muertos sentimentalmente.

   Fernando Ortiz publica La africanía de la música folklórica de Cuba; Roig de Leuchsenring, Cuba no debe su independencia a los Estados Unidos; Fina García Marruz, Las miradas perdidas.

   Rita Longa diseña su célebre ballerina, símbolo sempiterno de Tropicana.

   Benny Moré regresa a Cuba. En México ha grabado 60 discos con Pérez Prado, y ha aparecido en varios filmes: Carita de cielo, Fuego en la carne, Al son del mambo…

   Nace, en Güira de Melena, el tresero Pancho Amat.

   El boricua Daniel Santos graba el bolero-mambo Un poquito de tu amor, del manzanillero Julio Gutiérrez.

   Se filma Rincón criollo, con papeles protagónicos para Blanquita Amaro, Celina, Reutilio y el irrepetible Ñico Saquito.

   Eduardo Hernández, Guayo, funda el Cine-Periódico.

   Mientras –claro, él no lo sabe--  Jorge Negrete nos está visitando por última vez.