Lo que ha ocurrido en las redes sociales con cuentas cubanas, traen recuerdos de varias conversaciones durante un recorrido de norte a sur por Vietnam en los años 90 del siglo pasado, cuando Internet no estaba tan popularizado como en estos tiempos.
Casi a punto de aterrizar en Ciudad Ho Chi Minh, un oficial del ejército, entrado en años, que me miró con sonrisa pícara, como si me conociera, por lo cual pregunto a mis acompañantes si era algún amigo que trabajó o estudio en Cuba.
Me explicaron que me identificó como cubano al escucharme, pero cuando expresé el asombro por su acierto, aunque por mi origen asiático muchos se confunden constantemente, aclararon: a un experto como él en el arte de crear confusiones, no hay quien lo confunda.
Era un oficial cuya misión durante la guerra fue despistar los aviones dotados de los más avanzados aparatos para localizar las concentraciones de tropas del ejército patriótico con el propósito de dejarles caer encima bombas con total exactitud.
La premura por continuar el viaje para llegar a un destino intermedio donde abordar otros medios de transporte que incluyeron hasta una patana, impidió una charla más prolongada en la cual hubiera aprendido muchas tácticas quizás necesarias en estos momentos.
Cómo confundir los sofisticados medios para detectar hasta el sudor, orine y heces fecales propios en una concentración alta de personas en una zona boscosa, fue algo en lo que insistí conocer durante todo el trayecto que demoró casi todo el día.
Los anfitriones explicaron lo que sabían, y aseguraron que esas costosas técnicas fueron derrotadas con inversiones de pocos centavos y sin muchos más recursos que la fuerza de trabajo humana, algunos recipientes, hachas y equipos para cortar ramas de árboles.
Hasta los días de hoy sigue pareciendo un chiste que aquel hombre fuera el jefe de un grupo de soldados cuya misión era cortar árboles y sobre todo, sus ramas para colocarlos en otro lugar después que pasara el avión espía, con lo cual –dijeron- cambiaban la configuración que ya hubiera captado.
Dicen que al sobrevolar la zona para bombardear, esa transformación confundía los sofisticados medios usados durante muchos años contra los combatientes que seguían una milenaria tradición de lucha y resistencia contra invasores.
También recuerdo aún como algo simpático lo relacionado con la orine y heces fecales, que recogían para luego esparcirlas en zonas donde no hubiera personas, de manera que los bombardeos ocurrían en áreas despobladas.
Por estar en época de fuertes lluvias e inundaciones, no pude visitar túneles, pero me contaron que también habían creado un modelo de forma tal que cuando el enemigo los perseguía dentro de ellos y tiroteaban, las balas rebotaban por las paredes y se volvían contra quienes disparaban.
Si los vietnamitas lograron vencer al poderoso y bien equipado ejército invasor de los Estados Unidos, tenemos esas experiencias para salir victoriosos ante las últimas acciones de Twitter que marcó algunos medios de prensa cubanos como “afiliados al Gobierno” de Cuba, una acción que censura y estigmatiza a medios públicos del país y que afecta a los destinatarios y potenciales lectores de los tuits de los medios etiquetados.
El solo hecho de haber comenzado el bloqueo del pajarito azul para que los mensajes no lleguen a su destino, ya fue el estímulo para poner en marcha la creatividad para sortear el cerco contra los mensajes cubanos con armas primitivas, pero como armas al fín, pueden lograr su objetivo.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.