O son eternos pesimistas o se trata de personas a las que le han robado la felicidad, pero se van volviendo incapaces de alegrarse hasta por la más descomunal de las buenas cosas que le suceden en su vida.
De los pesimistas trataremos en otra ocasión, en esta nos centraremos en los que han sido víctimas de que les han arrebatado el disfrute del bienestar que produce lograr un objetivo o resolver un problema.
Cuando solemos hacer un viaje, aunque sea de paseo a poca distancia, es común prepararse, y para ello lo primero es revisar lo que tenemos y entonces pensar en qué pudiéramos necesitar en ese trayecto que por supuesto, debe tener un límite o etapas que vencer.
Es práctica extendida que llegando el final de un año, se quiera que el siguiente sea mejor, y se expresan en los saludos durante las festividades para recibir y despedir los 12 meses, cada uno de los cuales constituyen una especie de meta corta en la vida.
En las horas que faltan para comenzar el primero de enero de 2023 estamos a tiempo de saber si hemos sido víctimas de esos personajillos tóxicos que cuando se les saluda con un ¿cómo estás? o ¿cómo andas? con voz de ultratumba sueltan:
“Estoy vivo que ya es bastante, o ando que ya es bastante…” y seguidamente continúan tratando de inocularle al prójimo iguales sentimientos de depresión, tristeza, abatimiento, desesperanza, desaliento, que en no pocas ocasiones logran.
Por cierto, hay por algunos lares personajillos que además de desear, actúan por cambiar el curso de la vida cubana, y al intentarlo por enésima vez, en este caso la número 64, terminan por admitir: “¿caerse? En Cuba nada ni nadie se cae, ni de la cama cuando está durmiendo.”
Volvamos al tema. Al margen de ladrones de bienestar o felicidad, muchas personas revisan lo que tienen a finales de 2022: La enfermedad pulmonar Covid-19 causada por el ya no tan nuevo coronavirus SARS-CoV2 ha sido enfrentada y controlada sin tener que envidiarle nada a países altamente desarrollados.
Un país subdesarrollado al que se le impide adquirir lo que en el mundo es habitual para otras naciones, creó sus propias vacunas para retornar a una nueva normalidad, y se trata de inmunógenos con características propias.
Cuando adversarios y resentidos auguraban hasta el fin de la población cubana, esta llega a los últimos días del año con el propósito de evitar que resurja lo que se redujo a la mínima expresión.
Y para quienes los apagones no solo fueron de luz eléctrica sino también de razonamiento, ya en la recta final de 2022 viven los resultados de un país que no desiste ni se desalienta por haber tenido resultados adversos en los propósitos de estabilizar el sistema electroenergético en el verano.
Como mismo ha decaído el interés por perseguir las estadísticas de casos de pacientes a quejados por la Covid-19, va perdiéndose el seguimiento al parte sobre el déficit en la capacidad de generación o las termoeléctricas que salían de servicio por mantenimientos o averías.
No obstante, es común en las charlas referirse a la reserva con la cual va operando cada día ese sistema que está recuperando capacidades para dar paso a nuevos trabajos de ampliación tanto por la vía renovable como la tradicional, mediante inversiones extranjeras ya probables.
Errores, deficiencias, negligencias, equivocaciones, pillos, corruptos, delincuentes… de todo hay, pero también hay buenos cubanos que a veces no percibimos y valoramos en su justa dimensión porque la lacra los tapa con su pestilencia, que acrecientan los adversarios.
Pues bien: estamos vivos, andamos y lo conseguido al controlar la pandemia y revivir la generación eléctrica, sumado a otros hechos no solo a escala social, sino también individual y familiar, nos permiten ir con optimismo a recorrer los 12 meses del 2023, donde habrá buenas noticias que El Foro les desea en su vida laboral, social, familiar y personal.
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