Desde la antigua edad paleolítica, ya el Homo sapiens en Europa conocía lo que era la fermentación y fue capaz de producir bebidas alcohólicas para su consumo con el ánimo de embriagarse. En nuestra era actual el consumo del alcohol se ha ido incrementando de forma indiscriminada, favorecido por la fabricación de nuevas bebidas de destilación desde las mejores marcas de ron, ginebra, coñac, whisky, etc. hasta menjurjes alcoholizados de manera poco cuidadosa.
Los caminos del alcohol
La mayor parte del alcohol, el 80%, se absorbe en el intestino y un 20% en el estómago; la mayor parte del alcohol absorbido, el 90%, es transformado y excretado a través del hígado. Tan solo el 10% restante se elimina sin metabolizar, una mitad por el aliento y lo restante por la orina, saliva, sudor y leche materna.
La concentración de alcohol en la sangre se encuentra en dependencia de la cantidad del alcohol absorbido por unidad de tiempo y de su velocidad de eliminación. Por otro lado, su absorción es mayor cuando el estómago se encuentra vacío, así como del grado alcohólico de la bebida; su absorción comienza a ser máxima con las bebidas que contienen entre un 15 y un 30% de alcohol y se acelera cuando se ingieren refrescos gaseosos.
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El alcohol puede engordar
El alcohol puede ocasionar incremento de peso de dos maneras diferentes. Primero, el alcohol contiene un elevado contenido de calorías. Algunas mezclas de bebidas incluso pueden contener la misma cantidad de calorías que una comida, pero sin ninguno de sus nutrientes y por se les llama “calorías vacías”, aportando una cantidad importante de esas calorías al organismo. Un solo centímetro cúbico de alcohol (1 ml) involucra 7 calorías. Esa cantidad se sitúa entre las calorías de las proteínas y los carbohidratos, pues esos dos primeros contienen 4 calorías por gramo; y las grasas, los nutrientes más calóricos, con 9 calorías por gramo. Las calorías del alcohol son de muy fácil combustión y por eso son utilizada de inmediato por el organismo para proveer energía, retrasándose o interrumpiéndose la metabolización de sus propias grasas para este mismo fin pues este proceso metabólico es más complejo y trabajoso. O sea, se vuelve más demorada o incluso se paraliza la reducción del peso corporal.
En segundo lugar, también es posible tomar malas decisiones alimentarias cuando se bebe, incluso con un solo trago. Por eso, quien está tratando de bajar de peso, puede dar un impulso a sus esfuerzos al eliminar el consumo de bebidas alcohólicas. Porque también es recomendable atender a la forma en la que la bebida afecta de manera negativa hábitos alimentarios. Consumir bebidas alcohólicas y más con el estómago vacío hace sentir mareos con más rapidez y a perder el control sobre sí mismo y esto puede llevar a comer y beber más de lo deseable. Los resultados de diferentes investigaciones han demostrado como las personas tienden a tomar malas decisiones alimentarias cuando ingieren bebidas alcohólicas pues esos líquidos desmoronan la voluntad y la de otros centros inhibitorios de cualquier persona y liberan los instintos básicos o primarios de la personalidad.
Con el primer trago, el alcohol incrementa la afabilidad, la fluidez para hablar y la autoconfianza dentro de una sensación de bienestar, o sea nos ponemos contentos. Con mayores cantidades sobreviene un estado de excitación y de embriaguez con variaciones emocionales, disminución de la atención y de la concentración, del juicio crítico y del control, llegando a un marcado deseo de quedarse dormido. Al mismo tiempo se va perdiendo el dominio sobre el control alimentario, ya no importa comer cualquier cosa, se pierde el control sobre sí mismo y es muy probable que se consuma lo que no se debe y en cantidades marcadamente exageradas. De la misma manera que comer con demasiada rapidez puede conducir a comer en exceso, beber con rapidez demasiados tragos puede provocar que se beba más de lo deseable.
Control de las calorías
La mejor manera de controlar las calorías de la bebida es eliminar el alcohol en la vida de las personas deseosas de perder peso y de mantenerse sanas. Antes de salir a comer fuera, se debe establecer condición de abstemio de la persona obesa y se debe mantener al rechazar una bebida que no quiere o desea. Rehusarse a beber del todo puede llevarlo a ser el conductor designado al final de la fiesta y si andan en carro propio.
Cuando el bebedor quiere bajar de peso
En estos casos se debe asistir a una consulta especializada cuando el interesado o un ser querido están preocupados por la cantidad excesiva de alcohol que consume, pues la persona obesa por sí mismo no puede controlar su consumo de alcohol y esto está causando problemas en la casa, en el trabajo y en su excesivo peso corporal.
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Consulte además: Como eliminar el alcoholismo
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