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viernes, 5 de diciembre de 2025

Con sombrero y sin sombrero

El mayor beneficio de la risa es que además de un antídoto, sea una ocasión para reflexionar sobre la vida...

Félix Arturo Chang León
en Exclusivo 05/12/2025
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El humor es como un medicamento que recibimos sin darnos cuenta. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández/ Cubahora)
El humor es como un medicamento que recibimos sin darnos cuenta. (Alfredo Lorenzo Martirena Hernández / Cubahora)

Se dice que el cubano se ríe hasta de sus propias desgracias, y a ello atribuyen la capacidad de enfrentar situaciones adversas y controlarlas hasta ponerlas a su favor, pero es un camino tan estrecho como el ancho que puede tener el filo una navaja.
El tema lo tuve previsto tratar con Argelio García, el emblemático humorista que bajo el nombre artístico de Chaflán, dominaba el escenario con el influjo de su sombrero, que cuando se lo ponía, todo era en broma.

Aquella breve charla se desvió o quizás fue que él lo llevó intencionalmente, hacia su interés por ser narrador deportivo, intenciones que tuvo y gestionó según tuve confirmación de un funcionario del deporte.

Lo cierto es que el humorista no caminaba por el filo de una navaja, pues dejaba bien claro dónde estaba el límite del chiste y de lo serio, y se arraigó tanto el método, que en la década de los 70 del siglo pasado era frecuente que alguien reclamara saber si lo decían con sombrero o sin sombrero.

El concepto de la risa, como remedio consiste en usar el humor como fármaco cotidiano que entretiene, pero al mismo tiempo alivia tensiones, favorecer el bienestar, pero que invita a la reflexión sobre las situaciones que se presentan en la vida diaria.
El humor es como una pastilla o jarabe para la salud, al disminuir o eliminar el estrés, levantar el ánimo y hasta beneficiar no solo la salud mental, sino también la física, pues la risa fortalece la capacidad de afrontar las duras situaciones.

Problemas cotidianos como los apagones y los miedos a que una situación pueda empeorar, pueden ser aliviadas y encontrar soluciones o paliativos con un ambiente más distendido frente a las preocupaciones que crecen día a día.

​Ingerir una píldora de humor puede ir más allá de distraer, un aliciente que contribuye a alejar pensamientos negativos de esperar  circunstancias exageradas que ocurren en un bajo porcentaje de ocasiones, e impiden el estímulo a actuar para cambiar los puntos de vista.

En medio de apagones, inflación, desabastecimiento en las bodegas y farmacias, la cadena de maltratos y otras durezas,un buen humor popular es como la válvula de escape de una olla de presión, utensilio con el que podemos comparar nuestra mente en no pocas ocasiones.

​Y no puede desestimarse el humor como una forma delicada, eficiente y eficaz de crítica social hacia conductas sociales que al pasar el tiempo y apreciadas con el necesario distanciamiento, se aprecian hasta ridículas.

También hay que apreciar en toda su justeza la participación en el proceso de toma de decisiones y en promover la acción hacia el cumplimiento de alguna medida, así como de rectificación en, pero no a tontas y a locas, sino como corresponde al humor y saber cuándo es con sombrero y cuándo sin sombrero.

Una cosa es reír hasta en las desgracias propias para mantener el ánimo en alto, y otra muy diferente darle un ingrediente de burla, o ponerla en función del dispositivo de agresión mediática dirigido a inducir al desánimo, el desaliento, la desconfianza y la inacción.

Por cierto, hay quienes caminan por el filo de la navaja y luego se dejan caer en uno u otro lado, con lo cual dejan bien claro si hacían buen humor, o usaban la risa para la subversión político ideológica.


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Félix Arturo Chang León

Periodista cubano de origen chino que nació y vive en Cuba. Santa Clara. Dirigió el periódico Vanguardia durante 16 años.


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