El término visual hace referencia a la vista como instrumento o medio para ver. Visualidad es el efecto que produce un conjunto de objetos vistosos a la vista de quien los contempla.
En una dieta “visual básica”... uno come aquello colocado delante de los ojos, tal como se pudo demostrar al contemplar los alimentos dispuestos en el centro de mesa de diferentes hogares y compararlos con el peso de la dueña de la casa.
LAS PISTAS A LA VISTA
La comida colocada en los centros de mesa, supuestamente las preferidas, aporta pistas sobre el peso de las personas.
Investigadores de la Universidad de Cornell publicaron los resultados de una investigación en la revista Health Education and Behavior.
Ellos realizaron fotografías de los centros de mesa de más de 200 hogares y compararon sus contenidos con el peso de las mujeres residentes en esos domicilios.
RESULTADOS ELOCUENTES
Las damas con cereales refinados para el desayuno así como pan blanco o galletitas dulces a la vista en sus mesas, pesaban 20 libras por encima de aquellas sin estos productos a la vista.
Quienes exhibían latas o pomos de refrescos provocativamente a la vista de todos, pesaban de 24 a 26 libras por encima de aquellas moradoras en casas sin refrescos en el centro de mesa.
BUENAS TENTACIONES
Las mujeres con frutas de fácil consumo en sus centros de mesa, como guayabas o platanitos, pesaban 13 libras menos en relación a aquellas con sus centros de mesa desprovistos de estos saludables alimentos.
En esta investigación se encontró una asociación entre el peso de una persona y los alimentos de fácil acceso en sus respectivos hogares.
MALAS Y BUENAS TENTACIONES
Los cereales, aunque sean refinados, pueden considerarse un alimento saludable, pero si el ama de casa al pasar por delante del centro de mesa se come una galletica o un pedazo de pan, eso no contribuye a mantener un peso normal.
Quien desee conservar la estética corporal debe imitar en lo posible a las personas delgadas.
Si estas últimas convierten sus hogares en casas ”para delgadas por diseño” eliminando de sus centros de mesa todo aquello poco saludable excepto una frutera de fácil acceso, imitarlas posiblemente nos haga mucho bien.
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