Verano a precio módico

Al fin llegaron las vacaciones, con su sol ardiente, sus playas azules y mucho tiempo libre para disfrutar del estío más deseado del año. Sin embargo, este período ofrece otras oportunidades de esparcimiento que tienen el valor agregado del aprendizaje, la reflexión y, por si fuera poco, un significativo alivio a los bolsillos del joven estudiante o de mamá y papá, en el caso de lo más pequeños.

¿Divertirse sin desfondar la alcancía? Parece imposible, al menos, al compás de estos tiempos. El transporte solamente constituye un gasto mayor, el consumo de alimentos a precios bien elevados nos divorcia concienzudamente de las comidas rápidas o de cenar en familia fuera de casa. ¡Y qué decir de los centros recreativos! ¡Y de los centros nocturnos! Entonces, ¿cómo disfrutar el verano en esta provincia villaclareña sin hacer muchos gastos?

TV mañana, tarde y noche es lo primero que se nos ocurre si queremos relajar un poco y no se puede ejecutar un plan mayor. Pero no a todos les resulta una experiencia excitante el hecho de permanecer en su casa las 24 horas del día durante dos meses de intenso calor. Así que para quienes desconocen ofertas accesibles, Cubahora sondeó las propuestas culturales de algunos centros representativos de la ciudad del Che Guevara y de Marta Abreu.

Las joyas antiquísimas del Museo de Artes Decorativas acompañan sus encantos de la trova, la música tradicional y de concierto. Así persisten espacios que al estilo de “Con ciertas palabras” impulsan la canción trovadoresca en sus diferentes etapas, vinculada a la colección del museo mediante la época histórica de piezas y cantares. Otros como “Trova al Desnudo”, de la mano del reconocido Alain Garrido promueven la canción cubana. La música campesina encuentra su espacio a través de los tríos Sedacero y Ernestina Trimiño.

A todo un programa de propuestas musicales que bien abarcan la mayoría de los días de la semana, se le suman otras ofertas tradicionales como las visitas dirigidas y la exposición de piezas que pertenecieron a familias distinguidas de Santa Clara. La entrada, cuando no es libre, apenas excede el monto de 1.00 peso.

¿Qué más se puede hacer sin gastar mucho dinero?... Cerquita del museo, y también mirando enternecida al Parque Vidal, abre sus puertas para todos la Biblioteca Provincial José Martí. Esta institución ofrece cursos de verano encaminados a las manualidades y la promoción cultural.

Su programa convida a peñas martianas, de tradiciones e históricas; así como entrevistas con músicos importantes dentro del panorama provincial. La verdad, es casi un lujo esos sábados de concierto en la Sala Caturla, así como las Puertas Afueras, entre otras actividades dedicadas a los niños.

Caminando por la misma senda nos sale al paso la librería Pepe Medina; cuenta con un sistema de peñas para el público infantil y público general. Cada una de estas de la mano de escritores de prestigio local y nacional. Y es esa una oportunidad que también exploran los miembros de la Asociación Hermanos Saíz, con variados talleres y entregas de la vanguardia artística. La Casa del Historiador de la Ciudad de Santa Clara, por su parte, se nutre de estos talentos para noches de descarga y momentos nostálgicos.

Ninguna de estas actividades exige altos gastos. Pero si de hacer vida cultural es de lo que va este verano 2018 el centro cultural El Mejunje mantiene sus espacios habituales y ofrece la entrada libre desde la mañana a hasta la tarde-noche para los públicos más variopintos del sistema solar. Entre los atractivos destaca su galería de la planta alta con exposiciones novedosas, que se pueden disfrutar junto a un agradable airecillo que alcanza a colarse por los amplios ventanales en estos meses.

Por su parte, la propia galería provincial remoza sus atractivos con exposiciones fotográficas, también un poco de buena música y proyectos de la Sociedad Cultural José Martí. Y más alejado del centro, los visitantes y locales pueden disfrutar de las propuestas del Complejo Histórico Ernesto Guevara y del Monumento al Tren Blindado.

Todo esto constituye solo una muestra de las posibilidades de pasatiempo para los vacacionistas, quienes también podrían optar por aquellos cursos de los Joven Clubs de Computación y Electrónica, las energéticas excursiones al campo, o esas cortas caminatas a la Loma del Capiro, que muchos jóvenes emprenden, guitarra en mano, en busca de una vista deslumbrada y de la puesta de ese ardiente sol que nos dora el cuerpo por estos meses.

Estas son algunas rutas a transitar para mover los codiciados meses de asueto, sin desestimar la buena lectura, algunas pelis famosas, series, música en compañía de amigos y ¿por qué no?… alguna que otra tardecita de sol y playa, porque al fin y al cabo somos cómplices de este el país que puede nombrarse a sí mismo como un “eterno verano”.