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martes, 19 de noviembre de 2024

Tú fumas…yo no fumo ¿Cómo convivimos?

El consumo de tabaco es la principal causa evitable de muerte. Sin embargo, datos de la Organización Mundial de la Salud aseguran que esa epidemia mata cada año a casi seis millones de individuos en el planeta...

Yuniel Labacena Romero en Exclusivo 31/05/2015
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Con solo 12 años de edad decidió que él sería su nuevo compañero en la vida. Lo atrapó en un instante aquella noche de fiesta y no reparó en las consecuencias que podría traerle en ese entonces y en el futuro. Según me contó, lo hizo por “embullo” de unos amigos; pero pasaron los días, las noches y el tiempo hasta que se creó entre ambos una fuerte  intimidad que los convirtió en amigos inseparables.

Muchas veces sus compañeros y hasta familiares se alejan de él, pues el olor que lo distingue es maloliente, ni hablar del color de su dentadura, o de cómo su economía ha ido al piso. Ya tiene 29 años y cuando lo ha castigado alguna tos, una bronquitis u otra enfermedad, se compromete a dejarlo. Sin embargo, cada día vuelve por sus humos y se deja tentar por sus venenosos “placeres”.

Esta historia de Gabriel, que siendo un adolescente comenzó a fumar, duele, como también duele saber que el 24 por ciento de la población cubana de 15 años y más en el país fuma activamente; es decir, una de cada cuatro personas, y más del 50 por ciento están expuestos al humo del tabaco en su hogar, en el trabajo o en lugares públicos, según datos de la III Encuesta de Factores de Riesgo de Enfermedades No Trasmisibles.

Duele porque esa rigurosa indagación demuestra que un 17 por ciento de adolescentes de 13 a 15 años fuma, con lo cual ha habido un incremento en ese segmento poblacional. Entre las mujeres, el 16 por ciento fuma, es decir, aproximadamente dos de cada 10, mientras entre los hombres lo hacen tres de cada 10, el 31 por ciento.

Atormenta, pues el consumo de tabaco es la principal causa evitable de muerte. Sin embargo datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguran que esa epidemia mata cada año a casi seis millones de individuos en el orbe, de los cuales más de 600 000 son no fumadores que fallecen por haber respirado humo pasivamente. Duele, pues si no actuamos con prisa, a partir de 2030 la epidemia matará cada año a más de ocho millones de personas.

Gabriel, como los miles que actualmente en Cuba y en buena parte del mundo fuman, no interiorizan que debido al desfase de varios años entre el momento en que la gente empieza a consumir tabaco y la aparición de problemas de salud, la epidemia de enfermedades y defunciones relacionadas con el tabaco no ha hecho más que empezar.

¿Y LOS QUE NO FUMAN?

¿Quién piensa que el humo de segunda mano tiene más de 4 mil 000 químicos conocidos de los cuales, como mínimo, 250 son nocivos y más de 50 son cancerígenos para el ser humano? ¿Quién analiza que respirar ese humo de tabaco ajeno provoca cardiopatías y varios padecimientos del aparato respiratorio y cardiovascular que pueden conducir a una muerte prematura para los adultos.

Una embarazada que respira humo de cigarro, le está trasmitiendo a su bebé a través de la placenta, todas las sustancias tóxicas del tabaco, lo que evidencia que ese humo daña a su futuro hijo antes y después de nacer. Actualmente unos 700 millones de niños, o sea, casi la mitad de los niños del mundo, respiran aire contaminado por humo de tabaco.

Entonces Gabriel, como el resto de sus compañeros fumadores, no ha de ponerse bravo cuando esa persona que no fuma le pide apagar el cigarro. No imaginan que ni la ventilación ni la filtración, ni siquiera ambas combinadas, pueden reducir la exposición al humo de tabaco en espacios interiores a niveles que se consideren aceptables. Los entornos totalmente exentos de humo de tabaco ofrecen la única protección eficaz.

El costo del consumo de tabaco se mide en función de la enorme carga de morbilidad, el gran sufrimiento y las muchas dificultades familiares que ocasiona. Me cuenta el joven que cuando su progenitora o algunos de sus amigos le recuerdan esos detalles, ha intentado abandonar esta práctica, pero no lo ha logrado. Luego de pasar dos o tres días en abstinencia vuelve por sus humos, en ocasiones dice, "por estrés".

Él, como quienes esgrimen esa tesis, no debieran olvidar lo que apuntael reconocido Doctor en Ciencias Ricardo González Menéndez, quien ha dedicado más de 40 años al estudio de las adicciones: esa conducta resulta totalmente inefectiva, pues la nicotina no tiene efecto tranquilizante alguno, pero sí puede generar estrés, bloquear los efectos de medicamentos, favorecer disfunciones sexuales eréctiles y eyaculatorias, así como infertilidad.

"Otro efecto poco conocido es que una vez establecida la dependencia, los cigarrillos dejan de encenderse para obtener placer, y solo lo hacen para atenuar los síntomas de abstinencia manifestados entre apagar uno y comenzar el otro", advierte y agrega que existen otros recursos efectivos y nada peligrosos para combatir el estrés como los ejercicios físicos y deportes, el baile, escuchar música o intercambiar chistes, películas o discos de humor...

MANO DURA… ¿CUÁNDO EXISTA LA LEY?

Aunque más de mil millones de personas, es decir, el 16 por ciento de la población mundial, está protegida por leyes nacionales integrales sobre espacios sin humo, muchos son los que se “esfuman” esas importantes legislaciones, como aquellos servicios integrales para ayudar a los consumidores a dejar esa práctica. Los fumadores cubanos no están exceptuados de ellos: parecen chimeneas humanas andantes.

Nadie hace caso a los diversos instrumentos legales que regulan o prohíben fumar en lugares públicos y no faltan violaciones como las de ver a profesionales de la salud fumando en los centros asistenciales; a los de educación, en las instituciones de enseñanza; a chóferes y pasajeros, en los transportes públicos, o a trabajadores de gastronomía y servicios en sus puestos de faena.

Pero lo peor de los casos es que muchos saben, lo ven en la televisión, lo escuchan en la radio, lo leen en los periódicos, se lo recuerdan los carteles prohibitivos en lugares públicos y hasta la tos cuando se complican. Existe el Acuerdo 5570/2005 del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, mediante el cual se prohíbe fumar en espacios públicos cerrados, medios masivos de transporte, centros educativos, de salud y deportivos.

No menos importantes son la diversidad de resoluciones, acuerdos e indicaciones ministeriales que protegen al no fumador y prohíben fumar en espacios cerrados, pues es ciencia constituida que el humo del tabaco daña tanto a las personas que fuman como a las que no lo hacen. Por ello es importante el conocimiento y observación de estas normas, así como elevar la exigencia en su cumplimiento.

Según recordaba recientemente la doctora Elba Lorenzo Vázquez, coordinadora nacional del Programa de Prevención y control del Tabaquismo, las regulaciones establecen que deben señalizarse las áreas de fumadores y no fumadores en los centros, y vedar la venta de cigarrillos y tabacos a menores de 18 años; no obstante, en algunos establecimientos esto se incumple, al igual que la señalización.

Añadía que con el establecimiento de una ley antitabáquica en Cuba se obtendrían mejores resultados y se apoyarían de manera contundente las acciones de nuestro Programa que el país desarrolla. La propuesta de esa ley o decreto-ley parece estar en marcha, y principalmente con cambios más radicales en cuanto a las regulaciones vigentes.

Prohibir fumar en lugares cerrados y la venta a menores de 18 años como hasta ahora, vedar las formas de promoción y patrocinio del tabaco en el territorio nacional, la venta de productos de este tipo en los centros de salud, educación y deportivos, la comercialización de cigarrillos al menudeo y en cajetillas de menos de 20 cigarrillos, e incrementar el precio a productos del tabaco, entre otras, son algunas de las medidas propuestas para al futura ley.

La existencia de una Ley Antitabaco no tiene que desestimular la producción; su objeto debe ser el consumo y la protección del medio ambiente, para resguardar al fumador y a los no adictos como apuntaba la Doctora María Teresa Ferreiro Tuero, del Centro de Investigaciones Jurídicas, quien calificó de insuficiente aún la aplicación y el cumplimiento de las normas para la venta y las prohibiciones de expender en lugares públicos y cerrados.

Ahora que llega otro Día Mundial Sin Tabaco y que está dedicado a poner fin al comercio ilícito de productos del mismo, muchos son los que debieran aprovechar la fecha para decir adiós a esta práctica. El comercio ilícito es un importante motivo de inquietud a escala mundial, en particular en lo que se refiere a la salud, el derecho y la economía, la gobernanza y la corrupción.

Según algunos estudios el mercado del tabaco ilícito podría suponer hasta una décima parte de los cigarrillos consumidos en el mundo. Sensibilizar acerca del daño que proporciona tal actividad es una necesidad, sobre todo porque los productos ilícitos también engañan a los jóvenes consumidores, pues no llevan advertencias sanitarias, y en ocasiones empujan a los niños a participar en actividades de venta ilegal.

En ello también trabaja nuestro país como en la prevención del tabaquismo, que se inicia desde el momento en que las personas llegan por cualquier motivo a una consulta médica. Todo paciente que llega a este sitio, independientemente del motivo —según su condición de fumador activo, fumador en abstinencia o fumador pasivo o involuntario—, debe recibir un consejo médico o intervención mínima del médico o la enfermera de la familia y hasta los servicios de cesación tabáquica que se brindan en las salas de rehabilitación de los policlínicos y en los centros comunitarios de salud mental.

Recuerde que la prohibición de fumar no cuestiona el derecho a fumar un producto legal como es el tabaco sino que hace valer el derecho de los no fumadores a respirar aire limpio y puro. El argumento "ya el mal está hecho", no es válido para rechazar un tratamiento antitabáquico. Así que piense como nos enseña el Doctor en Ciencias Ricardo González Menéndez, al reconocer que mundialmente más de cien millones de seres humanos han vencido el tabaquismo, nunca es tarde para recuperarse y eliminar sus peligros. Usted puede dejar de fumar.


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Yuniel Labacena Romero

Se han publicado 1 comentarios


Jorge
 1/6/15 9:09

El consumo de tabaco en Cuba tiene muchas contradicciones. Por un lado los medios aconsejan eliminar el consumo y por el otro se alienta con propagandas vistosas en cualquier sitio donde se vende este producto. Lo último que me llamó la atención fue que en la reciente feria cuyo nombre es más que un eslogan "Salud Para Todos" por lo que significan esas palabras dentro del contexto cubano actual, en el interior de los pabellones donde se exhibían los novedosos productos para diagnosticar o mejorar la salud de las personas, se montaron kioscos de venta de alimentos y bebidas. ¿Y qué mejor lugar que ese para darle promoción y vender los maravillosos cigarros cubanos con las mejores propagandas que permitían localizarlos desde cualquier lugar donde uno se parara? ¿En verdad debemos creer que los expositores y visitantes extranjeros tomaron con seriedad lo que se estaba promoviendo en esa feria?

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