Un tema sensible para la población cubana a partir del día cero ha sido el apoyo a personas vulnerables tras el alza de los precios. Como es natural las familias cubanas han sacado sus cuentas en cuanto a gastos e ingresos se refiere, y existen varias preocupaciones sobre el tema.
Al respecto, desde el anuncio de la puesta en marcha de la tarea ordenamiento, el gobierno cubano ha dado seguridad de que se continuará con el apoyo estatal, bajo la premisa de subsidiar personas y no productos.
En Cuba existen dos formas de ayuda en ese sentido: el régimen de seguridad social y el régimen de asistencia social. Sobre el primero la ministra del sector, Marta Elena Feijó, explicó que ofrece prestaciones monetarias para cubrir riesgos ante la enfermedad del trabajador, la invalidez total o parcial, y otros derechos como la licencia de maternidad. El segundo implica el apoyo a personas sin recursos no aptas para el empleo y que generalmente no cuentan con respaldo familiar.
Para ambos casos el monto mínimo recibido se incrementó para poder afrontar los nuevos valores de productos y servicios. La pensión mínima aumentó a 1528, el costo de la canasta de bienes y servicios de referencia. Mientras que se fijó en 1 260 pesos la asistencia social.
Sin embargo, el precio y calidad de servicios de ayuda como el Sistema de Atención a la Familia (SAF) y los hogares de ancianos, unido a los costos de la electricidad y medicamentos, ha preocupado a adultos mayores y familias.
Primeramente, cabe señalar que el país afronta un envejecimiento poblacional cuya tendencia ha ido en aumento en los últimos años. Según las últimas estadísticas de 2020, el 21,3 % de la población tiene 60 años o más.
Esto significa un mayor número de personas necesitadas de seguridad o asistencia social, lo que recae en el presupuesto estatal. Aunque la población mediante un porcentaje de sus ingresos aporte a la primera, la cifra es aún insuficiente para cubrir los gastos, y en cuanto a la segunda, esta se asume totalmente desde el estado.
Sin embargo, Cuba mantiene su política social y su gobierno ratifica en sus alocuciones la idea de no dejar a nadie desamparado. Como parte de su medidas para atender ese envejecimiento poblacional, existe en el país una red de hogares de ancianos que tiene prioridad.
Cifras brindadas por el Marino Murillo señalaron que un total de 2 324 adultos mayores se encuentran en régimen de internado en esos centros. De ellos 513 asumen el pago con sus ingresos o con ayuda de su familia, y otros 1 811 reciben subsidio de la asistencia social. Un 75% recibe ese apoyo de manera parcial.
Otro sistema de ayuda a la tercera edad son los asistentes pagados por el Estado, estos se dedican a cuidar a personas de movilidad restringida como ancianos y adultos solos. Suman 5 515 y están a cargo de 8 328 beneficiarios.
Ante las dudas de la población por falta de ingresos para los adultos mayores, el gobierno informó que se estableció un monto de 30 mil millones de pesos para subsidiar personas. De ahí que si necesitan ayuda para costear además de la casa de abuelos o el SAF, por ejemplo, medicamentos, podrán solicitar apoyo de la asistencia social.
OTRAS AYUDAS AL PAGO DE BIENES Y SERVICIOS
Existen además dentro del sistema cubano, ayudas y prestaciones para personas vulnerables en diversas áreas. Por ejemplo, los discapacitados y estudiantes pagan un 50 % del pasaje de los ómnibus, y los medicamentos para enfermedades crónicas permanecen subsidiados.
También se evidencia en la canasta familiar normada. Todos los productos para niños de cero a seis años se mantienen a bajo costo, al igual que las dietas por enfermedad.
En el caso del pago de la tarifa eléctrica, se conserva el apoyo a personas que lo necesiten. Marino Murillo señaló que actualmente 153 núcleos se benefician de esa ayuda, los cuales comprenden niños y pacientes con enfermedades crónicas, de ellos algunos requieren equipos de climatización en los hogares.
¿CÓMO SOLICITAR ASISTENCIA SOCIAL?
Para aplicar a una ayuda de la asistencia social un núcleo familiar debe considerarse vulnerable. Esto significa que no recibe ingresos económicos ni ayuda familiar suficientes para pagar alimentación y servicios básicos, por no contar con integrantes aptos para el trabajo como adultos mayores, discapacitados o personas al cuidado de estos.
Si cumple con esos requisitos puede solicitar ayuda en la Dirección de Trabajo de su municipio o contactar o con el trabajador social de su localidad.
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