El muchacho que no rebasa los 18 años, apura todas sus gestiones para preparar aquello que le será útil en la Beca. Su compañero le aconseja tener calma y disfrutar de los pocos días que restan de agosto. El niño juega y retoza, consciente que solo un par de días lo separan de su escuelita rural, sabe que la maestra, con su doble condición de vecina, lo visita insistiendo en que el día 3 de septiembre les verá a todos las caras.
La pequeña Fara ha sufrido el cambio de Círculo Infantil unas tres veces, porque el suyo estaba deteriorado y el otro fue dañado por el huracán Irma, sus padres han tenido que agenciárselas para que no sea brusco el traslado. Estos ejemplos, para nada nos alejan de la realidad que hoy tienen Cuba ante el venidero curso escolar: expectativa, preparación y desafío. Si ajustar el inicio de algo depende de abandonar cierta costumbre, o si como reza el refrán, todo lo nuevo es bueno pero inseguro; el nuevo curso escolar 2018-2019 será resultado de retos múltiples.
Las expectativas de los educandos tienen su basamento en que, la educación general en nuestro país se ha caracterizado por excelente, aunque el éxodo de maestros ha sido talón de Aquiles. Los Seminarios que cada año realiza el Ministerio de Educación arroja hacia qué caminos y cómo se realizará las estrategias de educación en la Isla, según programas de estudios y alcance de las propuestas científico-técnica.
''Estamos conscientes de nuestras deficiencias, de lo que nos falta todavía por lograr. La subida de esa cuesta dependerá de la unidad de nuestro sector con todos los factores de la sociedad'', expresó la Doctora Ena Elsa Velázquez Cobiella, ministra de Educación, en la inauguración del Seminario Nacional de Preparación del curso escolar 2018-2019.Resultados del aprendizaje, indicadores de eficiencia relacionada con la retención escolar, trabajo metodológico en aras de superar los resultados del aprendizaje; son problemas reales que hoy enfrenta la educación en el país, y hacia ello se debe trabajar. Auque las cifras no son tan alarmantes como años anteriores, si el tiempo con que se cuenta, para que los resultados que se esperan se conviertan en un futuro más cercano.
La Doctora Silvia Navarro, directora general del Instituto Central de Ciencias Pedagógicas, organismo que lidera el Perfeccionamiento, subrayó que la complejidad de los problemas de la educación cubana requiere de soluciones con un enfoque integral y multifacético, que demanda una transformación en el funcionamiento de las instituciones y modalidades educativas en los diferentes niveles y tipos de educación.
¿Listos?
Sin temor a equivocarnos, a pesar de las aún deficientes condiciones para el comienzo de la etapa lectiva, Cuba estará lista para asumir a estudiantes y profesores en el nuevo período educacional. Cómo educar desde el corazón, cómo hacer del aula o el campo de entrenamiento un espacio para la confianza y el diálogo, cómo impregnar en los estudiantes el amor genuino por la historia patria, cómo movilizar voluntades y crear conciencia, cómo sembrar las ideas de Martí y los líderes históricos de la Revolución en el alma de nuestros jóvenes para que crezcan alejados de dogmas y consignas vacías será camino seguro en los próximos 10 meses.
Datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, apuntan que el grado de escolaridad promedio de la población cubana mayor de 25 años asciende a 11,5 años. Mientras, la esperanza de escolaridad actualmente es de 13,8 años (casi segundo año de enseñanza universitaria). Asimismo, en una población de casi 11,27 millones de habitantes, se han graduado más de un millón de universitarios.
La educación como bien público, el acceso a la enseñanza de calidad, la necesidad de garantizar igualdad de oportunidades para todos los jóvenes, es tema para la agenda de 2030, para los aseguramientos con que Cuba apuesta por la excelencia. Cuando las políticas públicas asumen las necesidades sociales, las universidades son pertinentes. La educación es el proceso conciente que asumen las instituciones educacionales para confirmar el principio de “instruir puede cualquiera, educar solo quien sea un evangelio vivo”.
Ajustarnos ante la realidad
Frente a las nuevas necesidades generadas por el progreso social, deben abrirse nuevas perspectivas de utilización de las TIC como un resultado de la cultura y como mediadores en la transmisión y apropiación de la cultura en el contexto educativo. Ante esta revolución educacional todas nuestras escuelas y prácticamente todas las aulas del país, cuentan con un televisor, un video y computadoras para el desarrollo del proceso de enseñanza - aprendizaje. A nivel nacional se ha creado dos canales educativos con el propósito de apoyar el trabajo que desarrollan los maestros y profesores y, con ello, contribuir a la educación de todo el pueblo. Al ser dotadas las escuelas de estos medios y posibilidades, se abre ante el magisterio cubano un grupo de interrogantes, tales como las siguientes:
• ¿Se puede seguir enseñando y educando con los métodos tradicionales?
• ¿Qué ventajas tiene el uso de estos medios en la educación?
• ¿Qué métodos permiten utilizar toda esta tecnología que se ha puesto en manos de profesores y alumnos?
• ¿Se está preparado para utilizar con eficiencia estos medios?
• ¿Estos medios, simplifican el trabajo o requieren más esfuerzo intelectual?
• ¿Es necesario el estudio y la investigación de estas tecnologías?
• ¿Los alumnos aprenden más con estos medios?
• ¿Cómo utilizar estos medios en el desarrollo del proceso educativo de manera que sean efectivos?
El actual modelo educativo se nos aparece obsoleto, mientras la sociedad y los sistemas productivos avanzan, evolucionan y se adaptan a las exigencias de la sociedad. La idea de escuela ha de cambiar y hacerse más flexible de tal modo que comenzamos a vislumbrar la importancia de otros entornos educativos como la formación permanente de profesionales de la educación. En definitiva, la cultura en la que la escuela ha de desarrollar su labor es una cultura para vivir y caracterizada por el desarrollo y el impacto de las tecnologías. La nueva escuela exige un reajuste curricular a todos los niveles: hábitos, actitudes, contenidos, estrategias,... Significa, por tanto, que hemos de plantear un nuevo concepto de educación diferente al tradicional, una escuela distinta a la que hemos conocido.
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