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miércoles, 27 de noviembre de 2024

Maestros, educadores: sensibilidad, aprendizaje y confianza

Dayla es una profesora que mezcla juventud y responsabilidad, orgullo y pasión por lo que hace…

Liz Armas Pedraza en Exclusivo 22/12/2020
4 comentarios
CUBA_COVID_MAESTROS
Educar es una vocación, es una cuestión de sentimientos

Dayla, como la mayoría de los niños y niñas, jugó a tener una escuelita, aunque quizá ella se lo tomaba más en serio que el resto. Y es que, desde pequeña, su respuesta al clásico “¿qué quieres ser cuándo seas grande?” fue siempre la misma: maestra. Ahora ya todo dejó de ser un juego. Con 24 años Dayla está frente a un aula, es Licenciada en Educación Especial, tiene el respeto de sus alumnos, es su amiga, profesora y educadora (que no es lo mismo).

Su día comienza a las 5:45 am y termina a las 9 de la noche, en una cronología casi perfecta, pero agotadora. “Es que no paro”, me dice. Y en medio de tanta juventud y responsabilidad, es posible escuchar el orgullo y la pasión por lo que hace.

“Escogí la carrera por vocación siempre quise ser maestra y cuando llegó el momento elegí ese camino, particularmente el de la Educación Especial. Mi mamá es graduada de Oligofrenopedagogía (actualmente Defectología) y de ella aprendí todo. No obstante, el factor más influyente en mi vida ha sido mi tía, que es discapacitada intelectual severa producto de una parálisis cerebral. Por eso, desde pequeña he estado estrechamente relacionada con la educación especial.

Como parte de las prácticas preprofesionales, estuve dos años trabajando en la escuela Anhelos de Celia, un centro donde estudian los niños diagnosticados con retardo en el desarrollo físico. La experiencia allí fue muy buena, aprendí muchísimo gracias a una psicopedagoga que conocí ahí y fue mi tutora. Aunque ya llevaba la teoría del Varona, en esta escuela tuve contacto con la práctica. Allí, además, había escolares con otras dificultades específicas en el aprendizaje, muchos de ellos medicados. Fue todo un reto”.

— Después de graduada de la Escuela Pedagógica, ¿cuál ha sido la experiencia frente a las aulas?

Actualmente no estoy ejerciendo la Educación Especial porque estoy cumpliendo el Servicio Social en la Escuela Pedagógica Eduardo García Delgado, formando a los futuros maestros. También ha sido un desafío porque nunca había trabajado con adolescentes, que tienen características muy particulares que los hacen completamente diferentes. No obstante, ellos me respetan mucho, una cuestión que creo que es fundamental.

En esta escuela los estudiantes están becados y cuando Eta se convirtió en una amenaza para La Habana tuvimos que mandarlos para su casa. Es tal la fraternidad que crean, que muchos de ellos preferían estar ahí y ayudar. Por eso es muy bonito cuando la escuela y los maestros se convierten en refugio, en un espacio de confianza y empatía.

Por otro lado, la asignatura que imparto es solo a los estudiantes de primer año y se llama Introducción a la Especialidad en la carrera de Educación Especial y Primaria. Es una gran responsabilidad porque esta asignatura es el gancho que enamora, por eso deben ser muy motivacionales. De hecho, para la clase de esta semana utilicé como recurso el cortometraje Cuerdas. A la mayoría se le salieron las lágrimas, eso es señal de que les interesa y tienen buenos sentimientos. Y es que los sentimientos son fundamentales para un maestro.

— Ha sido un año, además, marcado por la pandemia de la COVID-19. ¿Cómo mantuvieron el contacto durante todo este tiempo de aislamiento físico? ¿Dejaste de ser maestra en algún momento?

Lo más importante es que el contacto con los estudiantes nunca se perdió. Yo soy guía de un grupo y junto a mis alumnos creamos un grupo de WhatsApp donde nos mantuvimos conversando, preocupados unos por el otro, supervisando desde la distancia que realizaran las tareas integradoras, que visualizaran las teleclases. Por eso uno nunca deja de ser maestro, aunque no esté frente a un aula, porque educamos.

Durante estos meses también hice guardias en la escuela mientras funcionaba como centro de aislamiento para pacientes sospechosos a la COVID-19. Varias veces hicimos visitas a las casas de los estudiantes, adoptando todas las medidas necesarias. Además, validamos programas, planes de trabajo, hicimos mucho trabajo desde casa. Este curso realmente fue muy intenso.

— Si tuvieras que responder de manera breve, ¿qué valores no puede faltarle a un maestro?

Para mí, lo fundamental es amor y sensibilidad. Esta profesión tiene que sentirse, debe correr por las venas.

Infografía: Laydis Soler Milanés/Cubahora


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Liz Armas Pedraza

Amante de los datos y el deporte. Periodista y cubana.

Se han publicado 4 comentarios


Maikol Rober Martínez Miranda
 22/12/20 11:23

A los educadores,

Esos que cada día se levantan muy temprano para llevar a sus aulas ese amor infinito y toda la sabiduría para que cada día niños, jóvenes y hasta ancianos seamos más cultos. Porque como dijera Martí: "Educar es depositar en cada hombre toda la obra humana que le ha antecedido: es ponerlo a nivel de su tiempo para que flote sobre él, y no dejarle debajo de su tiempo , con lo que no podrá salir a flote; es preparar al hombre para la vida". Instruir puede cualquiera. educar solo quien sea un evangelio mismo.

(Al colectivo de profesores de la Escuela Camilo Cienfuegos de Capdevila del pelotón #3 Compañía N.8)

davidson
 22/12/20 11:09

 

Feliz fin de año 2020 y próspero año nuevo 2021 les deseamos a todos y muy especialmente a los Educadores.

CubaEstrellaQueIlumina

https://davidson.cubava.cu/

https://davidson.cubava.cu/2020/12/19/feliz-fin-de-ano-2020-y-prospero-ano-nuevo-2021/

raima
 22/12/20 10:25

Muy lindo trabajo.

RAC
 22/12/20 9:56

Primero que todo quiero poner un FELICIDADES bien grande a todos los educadores y personal de educaión de nuestro país, por su entrega de  cada día. Bonito trabajo, que orgullo ver como una muchacha tan joven le dedique pasión a una especialidad tan difícil y consagrada, un orgullo mayor porque conozco  a estás dos muchachas, la periodista y la profe, desde que eran dos niñitas de primaria, ver que se han convertido en dos profesionales que aman su trabajo y lo dan todo por el, felicidades especiales a  las dos.

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