Guardianes de la memoria

Eduardo trabaja con bata blanca y guantes y no es doctor. Eduardo digitaliza fotografía de prensa. Gabriela en cambio trabaja todo el día con datos, los gestiona, los procesa, los interpreta y facilita el acceso a ellos en una empresa. Eduardo y Gabriela se graduaron de Ciencias de la Información, una carrera universitaria que durante muchos años ha estado estereotipada, pero que al conocer sus detalles verá que abarca importantes aspectos de la vida del nuevo milenio.

Los ciudadanos del siglo XXI consumen involuntariamente gran cantidad de información, gracias al flujo comunicativo que circula en Internet. No siempre esta es veraz, y no todas las personas tienen el mismo acceso a fuentes documentales de calidad. Es por ello que en los objetivos de la Agenda 2030 de desarrollo sostenible se aspira a aumentar el acceso a la tecnología de la información y las comunicaciones y proporcionar acceso universal y asequible a Internet en los países menos adelantados.

En artículos anteriores comentábamos sobre la importancia de la preservación de la memoria histórica en la era moderna. En la medida en que la información se genera y consume de forma digital, supone una alerta desde el punto de vista de la trazabilidad. Los registros públicos o documentos constituyen la evidencia de la actividad humana y administrativa. En ocasiones no se tiene en cuenta la magnitud de su valor para la gestión pública, su carácter probatorio y su uso como fuente primaria para las investigaciones o el desarrollo científico de un país.

Es por ello que muchos países han trazado estrategias para proteger sus bienes documentales. En Cuba, la institución encargada de proteger la memoria histórica del territorio nacional es el Sistema Nacional de Archivos, amparado por el Decreto- Ley No. 265/2009 “Del Sistema Nacional de Archivos de la República de Cuba”.

Conozca en este enlace cómo se trabaja en Cuba para perfeccionar los sistemas de archivos

Por la importancia que requiere el asunto, la preservación de la memoria histórica ha sido definida como una prioridad del gobierno cubano. Por ello, cada mes se realiza en el Palacio de la Revolución un encuentro donde se pasa revista a determinados temas que contribuyen a la meta de detener el deterioro del patrimonio documental, según reportó la periodista Leticia Martínez en el diario cubano Juventud Rebelde hace unos meses.

Proceso de digitalización de fotografía de prensa (Foto: Fernando Medina/ Cubahora)

¿UN AÑO PARA LOS ARCHIVOS?

Teniendo en cuenta el panorama descrito hasta entonces a grandes rasgos, la pregunta no es descabellada. El 2019 fue declarado el Año Iberoamericano de los Archivos para la Transparencia y la Memoria, tras la XXVI Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, efectuada en noviembre de 2018 en Guatemala.

En el informe presentado por ministras, ministros y altos funcionarios de cultura de países iberoamericanos, se resaltó la importancia de generar políticas culturales que ofrezcan impulso a instancias y mecanismos, que hagan efectiva una participación ciudadana incluyente e intercultural en el acceso a bienes, productos y servicios culturales.

Además, en el documento se propuso fortalecer alianzas estratégicas del espacio cultural iberoamericano con el propósito de desarrollar políticas públicas de forma transversal, inclusiva, integral y participativa que promuevan acciones concretas para dar fundamento a la implementación, por parte de toda la ciudadanía de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Hasta aquí, hemos intentado concientizar sobre la importancia de los archivos en la protección de la memoria colectiva, ya sea de una nación, un país o una cultura en general. Pero, quizás usted se pregunte en qué lugar han quedado Eduardo y Gabriela, protagonistas medulares de esta historia, y fundamentalmente, de este día.

Las Ciencias de la Información están fundamentadas en las disciplinas Bibliotecología y Archivística como áreas del conocimiento de larga existencia y desarrollo a escala mundial. Pero la vida de Eduardo y Gabriela está más allá de las estanterías repletas de libros. Su perfil profesional se encuentra muy relacionado con los procesos de comunicación. Por tanto, incluye también la implementación de productos electrónicos que faciliten el uso de recursos informacionales, así como la identificación, diseño, implementación y evaluación de diferentes tipos y modalidades de servicios y sistemas de información en distintas organizaciones. Vamos, que en medio del desarrollo informacional que hemos descrito, Eduardo y Gabriela pudieran ser considerados los imprescindibles del siglo XXI, si de organizarnos y encontrarnos en el mundo de la información se trata.