Algunos entendidos discrepan sobre el término adecuado para identificar el fenómeno. ¿Es pérdida o mutación lo que viene ocurriendo con las tradiciones culturales autóctonas del campo cubano? Tomando partido al respecto, Yenia Castañeda Castellanos, directora del área de Estudios Socioculturales del Consejo Nacional de Casas de Cultura, plantea que podríamos hablar mejor de que se han modificado algunos símbolos o elementos identitarios o tradicionales, pero no afirmar de manera absoluta que existe pérdida de identidad.
“Lo identitario de la cultura campesina no está restringido solo a las expresiones músico-danzarias de la cultura popular tradicional, sino que es un concepto mucho más abarcador, en el que se destaca como elemento clave la relación y el conocimiento de la naturaleza, es decir, el medio ambiente, la geografía del lugar y los espacios circundantes. En el campo, todo ello implica una relación muy natural en el uso de los recursos propios, y ese espacio es condicionante de los imaginarios sociales, aunque todo esto depende del tipo de población rural”.
Trascendiendo el tema y ubicándose entre lo estratégico y lo necesario del trabajo para la salguarvarda de la identidad nacional, que es mucho más que campo y folclor, la directiva compartió algunas ideas con Cubahora.
- ¿Coincide usted en que el sistema de Casas de Cultura tiene un gran desafío en lo concerniente al mantenimiento y rescate de las tradiciones? ¿Qué opina al respecto?
Así es. Es cuestión de muchas fuerzas, ya que el trabajo cultural en la comunidad depende de factores internos y externos a la institucionalidad. En la actualidad se han identificado muchos, y se trabaja por transformarlos y corregirlos en la medida de lo posible.
“El encargo social de las casas de cultura radica en el desarrollo de procesos participativos desde la promoción, la apreciación y la creación artística y literaria; de modo que todo ello contribuya al fortalecimiento de la cultura popular y tradicional, el movimiento de artistas aficionados y, por ende, la elevación de la calidad de vida de la población, en interacción con los actores sociales locales.
“Además, nuestras instituciones desarrollan una programación cultural, y son las responsables de la atención técnico metodológica a las áreas de cultura de los palacios de pioneros”.
- Cuba vive hoy grandes transformaciones en el ámbito económico. ¿Cómo puede repercutir eso en el papel de nuestra cultura?
Debe ser condición básica para nuestro trabajo que esa transformación no limite el papel de la cultura, sino por el contrario. Velar por ello es también nuestro aporte a la actualización del modelo económico y social.
“Como parte de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, específicamente el 163, se elaboró un diagnóstico integral que nos pone de frente a la situación del sistema de Casas de Cultura, y al mismo tiempo nos ofrece la posibilidad de redimensionar su labor institucional.
“Por ejemplo, para los proyectos de iniciativa de desarrollo local, hay grandes potencialidades si se tiene en cuenta la cultura, desde lo local, lo regional y, por supuesto, lo nacional. La cultura campesina tiene un caudal riquísimo, inmenso, que se pudiera explotar”.
- ¿Hacia dónde se orientan hoy las principales estrategias de trabajo del Sistema?
Específicamente, están dirigidas a potenciar y evaluar el impacto social de las diferentes prácticas de los instructores de arte en la vida cultural de los territorios. No menos importante resulta el fortalecimiento de aquellos procesos culturales que ayudan a la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, entre los que se cuentan las tradiciones campesinas, así como una mayor visualización en los medios de comunicación del trabajo de experiencias comunitarias de gran valía para el desarrollo cultural del país. Lo más importante es salvar lo que es nuestro, hacer por lo cubano.
- En el orden logístico, ¿qué se vislumbra sobre el estado de algunas de las instituciones?
Bueno, hay que seguir estimulando y haciendo hincapié en la reparación, remodelación y ambientación de las Casas de Cultura, asunto que pasa por las prioridades que den al tema los gobiernos locales. Eso es decisivo.
“A nivel nacional también se están llevando a cabo acciones para fortalecer la preparación de los cuadros y reservas del sistema, de manera que estos puedan garantizar una gestión institucional menos verticalista y una mayor interacción con los diferentes actores locales, que posibilite implementar adecuadamente la política cultural en los territorios.
“De todo esto se desprende la necesidad de realizar una planificación adecuada e intencionada de los recursos materiales y financieros con los que se dispone estudiar y atender las especificidades y prioridades de cada comunidad, para lo cual la participación real y activa, a través de actores sociales que las representen, es fundamental”.
Yoelvis Lázaro
9/8/13 16:07
Gracias a usted, Mercy, claro que hay diferencias en el logro de casas de cultura intrincadísimas con una experiencia de cara a la comunidad asombrosa. Todo pasa, a mi entender, por las lógicas que operan en cada escenario. Recordemos que la cultura es un fenómeno en el que definen sus actores, más allá de recursos muchas veces. Pero dejemos que sean los especialistas quienes reflexionen sobre el tema. Bien valdrá el acercamiento. Mis saludos afectuosos y seguimos en contacto.
Mercy
9/8/13 15:55
Ahh, Yoelvis, muchas gracias por responderme. Y me has respondido tan bonito que casi me da pena con mi comentario. Bueno, por lo menos doy fe de que leí el trabajo de principio a fin. Creo que de verdad sería interesante pudieras ahondar en el diagnóstico. Y quisiera comprobar también mi suposición de que hay casas de cultura en lugares con más recursos que tienen menos resultados que otros más intrincados y sin embargo con ingenio hacen más cosas. Puedes contarnos cuáles han sido proyectos de Casa de Cutura que se han consolidado a lo largo de estos años? Gracias nuevamente por tu comentario.
Yoelvis Lázaro
9/8/13 15:36
Mercy, mis saludos para usted, es bueno contar con lectores que alerten y contribuyan a darle cauce y mejores sentidos a nuestras propuestas periodísticas, pues ya no somos solo nosotros quienes escribimos y elaboramos; el cibernatura cuenta igual. Respeto también su lectura, y la agradezco. Ahora bien, me gustaría de igual modo referir algunas consideraciones: desde un principio queda claro que no es una promotora cultural quien nos habla, es una directiva, como bien usted dice. Tampoco creo que el hecho de que se precise el número de un Lineamiento signifique que haya que saberlos todos de memoria, es más bien un dato añadido, que pudo o no estar, pero no veo que se afecta con su presencia el texto. Y sí, mire usted cuán valioso pueden ser los criterios de nuestros lectores, creo que sería provechoso ahondar más en el acompañamiento que ha de darle el sistema nacional de Casas de Cultura a la Actualización, tomando en cuenta todo lo que hacen, partiendo de lo que arrojan sus diagnósticos y estrategias. Ese pudiera ser tema de otros trabajos, como seguimiento a este que se presenta. Contamos con usted, Mercy, los lectores siempre suman miradas interesantes que nos llevan a pensar y repensar lo que hacemos. Mis saludos reiterados, y espero seguir coincidiendo y recepcionando sus opiniones, siempre valiosas, desde Cubahora, una buena plaza para hacernos de más y mejores criterios.
Mercy
8/8/13 9:46
Con todo respeto para el autor...esta entrevista y sobre todos las respuestas son típicas de una funcionaria y no de una promotora cultural. Confieso que el título me atrapó, pero al final se terminó mencionando un lineamiento 163 como si estuviéramos obligados a sabernos todos los números y recitarlos como el catecismo. Por qué no explicó que arrojó el diagnóstico, por qué el periodista no indagó más? Y cuáles son las posibles respuestas?
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