El periódico no llama dos veces

FOTOS, INFOGRAFÍAS Y VIDEOS: FERNANDO MEDINA (Con la colaboración de JAVIER MONTENEGRO y estudiantes de Periodismo)

Alex apenas tiene nueve años y sus lecturas raras veces rebasan las orientadas en clases; pero no hay tarde que olvide sentarse a recortar titulares, fotos y tablas estadísticas de la página deportiva del periódico. “Cuando mi abuelo termina de leerlo en el portal se lo pido y selecciono lo que me interesa”, cuenta mientras me enseña un álbum con imágenes de sus futbolistas favoritos, hecho de esa manera por él mismo.

El abuelo de Alex sabe de la pasión de su nieto y quizás por eso sale cada mañana en busca de Granma o Juventud Rebelde. Él tampoco es muy amante de la lectura, pero, más allá de escuchar la radio y conocer las noticias por Telesur o el Noticiero Nacional de Televisión, le agrada el olor a tinta y la posibilidad de releer algunas informaciones, incluso una semana después, para compartirlas con el vecino, o marcarlas y guardarlas.

Poco conocen  Alex y su abuelo de cómo llega la prensa impresa cada día a Placetas, el municipio donde viven, en Villa Clara. Para ellos lo importante es adquirir un ejemplar de los 34 400 que corresponden a su provincia diariamente; pero, en Cuba hoy, lograr que la prensa llegue a tiempo desde los poligráficos donde se imprime hasta cada municipio del país es un proceso complejo y no exento de dificultades.

La salida diaria de un periódico implica la coordinación de no pocos esfuerzos: equipos editoriales que conciben y elaboran el contenido, operarios y maquinarias que imprimen cada día 500 mil ejemplares de Granma y 250 mil de Juventud Rebelde, y una red que permite la distribución en todo el país. Cada día, el periódico debe cumplir ese itinerario.

Les proponemos una serie de reportajes acerca de cada momento del proceso de concepción, impresión y distribución de un periódico en Cuba. Millones de cubanos, como Alex y su abuelo, nos hacen pensar en la importancia de que todo ese trabajo se conozca y, también, que el periódico nunca llama dos veces ¿Seremos capaces de atender su primer y único llamado?