El CIP apuesta por la preservación del patrimonio

Sin la preservación y recuperación del patrimonio cultural, la identidad de los pueblos está en riesgo. En este sentido, las comunidades han tomado conciencia de la importancia de preservar aquellos bienes que representan los valores de su cultura y que de alguna forma guardan la evidencia de sus mejores características.

Contrario a lo que muchos puedan pensar, al hablar de patrimonio cultural, no solo se hace referencia a los monumentos y manifestaciones del pasado, sino también a lo que se llama patrimonio vivo: las diversas manifestaciones de la cultura popular, las poblaciones o comunidades tradicionales, las artesanías y artes populares, la indumentaria, valores, costumbres y tradiciones, características de un grupo o cultura, incluso hasta el conocimiento.

En Cuba existe un cuerpo legislativo y regulatorio que ampara jurídicamente el patrimonio documental de la nación.Según fuentes académicas,en el contexto legislativo nacional aparecen diferentes períodos históricos en cuanto al tratamiento y evolución de la condición patrimonio documental, hasta su concreción en el presente siglo en dos decretos leyes que abrigan esta categoría de manera concisa: el Decreto-Ley No 271/10 "De las Bibliotecas de la República de Cuba, y el Decreto-ley No. 265/2009 "Del Sistema Nacional de Archivos de la República de Cuba". Ambas jurisdicciones reconocen el deber del Estado cubano de salvaguardar y conservar para la posteridad el patrimonio bibliográfico de la nación.

La prensa escrita cubana es considerada un gran patrimonio histórico-cultural. Valiosos ejemplares desde el siglo XVIII se conservan en la Sociedad Amigos del País —actual Instituto de Literatura y Lingüística—, la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí y su red de bibliotecas públicas, el Archivo Nacional de Cuba, la Fototeca de Cuba, entre otros.

Lo mismo sucede con la fotografía de prensa, cuyas colecciones son consideradas de las más ricas en el continente latinoamericano. Diferentes investigaciones han constatado que los fondos fotográficos de los órganos de prensa escrita poseen en sus colecciones millares de ejemplares, únicos e irrepetibles, que crecen diariamente como parte de la rutina de producción mediática. Por otra parte, la fotografía constituye un material continuamente utilizado por los profesionales del sector periodístico, aunque su uso trasciende a este gremio.

Ante las posibilidades que abre el escenario actual, mediado por el adelanto de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), “la digitalización de documentos en bibliotecas y otros centros de información se ha convertido en una de las tareas centrales orientadas a difundir la información, tanto en redes locales, nacionales como en aquellas de alcance internacional al estilo de Internet; al tiempo que se favorece la protección de los originales”, asegura la directora del Centro de Información para la Prensa (CIP), Livia Reyes.

OTRO ANIVERSARIO ¡ARRIBA, ARRIBA!

El CIP se creó el 7 de febrero de 1987, en respuesta a uno de los lineamientos trazados por los delegados al V Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba. Desde entonces, entre otras misiones medulares, la preservación del patrimonio de la prensa escrita cubana constituye una de las líneas estratégicas de la institución, expresada en su objeto social: “asesorar y coordinar metodológicamente la gestión documental en los diferentes medios de comunicación masiva”.

Según el documento de la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios e Instituciones IFLA, por sus siglas en inglés, la preservación es un concepto global que incluye tanto la conservación como la restauración y pasa a convertirse en una tarea de administración que afecta la gestión bibliotecaria”.

Sin embargo, al hablar de preservación se hace además un llamado, y es aquí donde radica lo más novedoso del concepto: otorgar a los individuos el acceso al patrimonio, que es un derecho y un deber, conlleva a que las personas aprendan a proteger los bienes patrimoniales ahora y para la posteridad.

Para cumplir con esta encomienda, el CIP ha trabajado desde hace varios años en crear las bases de trabajo cooperado y las condiciones técnicas necesarias para asumir con responsabilidad y eficiencia un proyecto de digitalización que beneficie a los medios cubanos de prensa escrita.

“La primera acción que se realizó desde CIP con vistas a desarrollar un proceso de intervención en sus fondos documentales para la preservación a largo plazo de la memoria y del patrimonio mediático de la prensa escrita fue en el año 2006, con la concreción de un proyecto con ADAI, una asociación de los países miembros de las cumbres iberoamericanas, donde por primera vez se hizo un inventario de la fotografía de los medios de prensa escrita del país”, comenta la directora de CIP al referirse a los antecedentes del proyecto de digitalización.

Un año después, en 2007, a partir de una tesis de pregrado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, en opción al grado de licenciado en Ciencias de la Información, se hizo “por primera vez, la propuesta de los Lineamientos para el tratamiento documental de la fotografía de prensa. La pesquisa marcó las pautas a seguir en el proceso de preservación de la fotografía a partir de criterios de selección de procesamientos de conservación e incluso de servicios, hasta llegar a la digitalización” agregó la directiva.

Tomando como referente los resultados anteriores, entre otras iniciativas, como por ejemplo el diseño e implementación del Sistema de Gestión documental de la fotografía de prensa, en el año 2013, el Proyecto de Digitalización para la preservación digital a largo plazo y acceso al patrimonio de los medios cubanos de prensa escrita centra su importancia en la preservación de la memoria histórica y cultural, a la vez que permite el acceso y la socialización de contenidos con el uso de las TIC.

No cabe duda de que con el desarrollo acelerado de la era tecnológica y el despertar de una sociedad que apuesta por el acceso pleno al conocimiento, el almacenamiento, procesamiento, búsqueda y recuperación de la información devienen cuestiones bien interesantes.

EL PROYECTO DE DIGITALIZACIÓN: PRIMEROS PASOS

El proyecto de digitalización que desarrollo el CIP se centra en los fondos que tienen hoy las Unidades de Información de la prensa corriente, es decir, de la prensa que actualmente circula en el país, medios nacionales y provinciales.

“Una vez consolidada la primera fase del proyecto, asociada a la asimilación tecnológica para desarrollar los procesos de digitalización, se prosiguió a la selección de las fotos que serían digitalizadas. Para ello se tuvo en cuenta, primero, que estas estuvieran identificadas”, comenta Yissel Carmenate, gestora de información del CIP y licenciada en Ciencias de la Información.

La identificación es el proceso de obtener los elementos particulares de cada fotografía, con vistas a su diferenciación. “La identificación es un elemento importante a la hora de digitalizar una imagen puesto que no vale la pena invertir recursos en digitalizar una fotografía de la cual se desconozcan estos elementos. Recordar que con la digitalización de la fotografía de prensa se prevé crear un repositorio de información al cual puedan tener acceso profesionales de la prensa en virtud de un mejor periodismo”, agregó la especialista.

Otro criterio que se tiene en cuenta a la hora de seleccionar las imágenes es que estas encierren determinado valor por el ajuste temático según el perfil de la publicación, o determinado impacto social e ideológico.

Hasta el momento se han digitalizado alrededor de 2 mil fotografías, pertenecientes al periódico El Habanero, ya fuera de circulación. Solo aquellas que cumplían con los requisitos de selección anteriormente explicados.

Al cierre de 2016 el CIP tiene previsto haber digitalizado 1.5 millones de fotografías. Para el mes de marzo se debe terminar la digitalización de las fotografías seleccionadas de El Habanero y posteriormente se pasará a digitalizar los contenidos fotográficos de Tribuna de La Habana.

Por otra parte, en la era de los recursos electrónicos, lejos de reducirse las necesidades de preservación, estas se incrementan, debido a la multiplicidad y fragilidad de esta clase de soportes. Un reto para el cual también se prepara el CIP y el que tarde o temprano tendrán que enfrentar otros centros de información que pretendan preservar para futuros usuarios lo que se genera hoy en formato digital.