En Cuba hay muchas mujeres como Marta, una jubilada de 78 años que vive sola en un reparto de la periferia habanera. Tampoco es extraño encontrarse con personas en la misma situación de Alberto, que compagina su trabajo de director en una empresa estatal con la de único cuidador de su madre inválida y octogenaria. Ambos, semana tras semana, sortean varios problemas comunes para todos los cubanos, pero que les resultan más complejos a personas de la tercera edad y sus cuidadores.
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«Al cierre de 2020, el 21,3% de la población cubana tenía 60 años o más. Las proyecciones indican que para 2030 los adultos mayores serán 3,3 millones de personas (…) » explicó al periódico Granma el máster en Ciencias Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
Con estas cifras, no es sorprendente que el Estado cubano desarrolle medidas a favor del bienestar de los ancianos. Esto se evidenció con el anteproyecto del Código de las Familias, cuya ratificación por referendo popular permite establecer el derecho de los adultos mayores a tener una vida autónoma, independiente y libre de violencia, así como la participación e inclusión social y familiar.
Además, están incluidos los derechos de los cuidadores, pues son los que ayudan a personas, por algún motivo imposibilitadas, a realizar sus actividades diarias.
Sin embargo, detrás del telón, quedan demasiados problemas sin resolver que les dificultan a las personas de la tercera edad tener una vida más cómoda, en especial si viven solos.
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Actualmente (2023), varios de los establecimientos comerciales operan en la modalidad de ventas en Moneda Libremente Convertible (MLC) son los comercios estatales que más abastecidos se encuentran. ¿Le es posible a un anciano, en caso de que no tenga quien le envíe la divisa, comprar con el dinero de su jubilación ese producto X en otra parte a un precio razonable? Téngase en cuenta que la pensión mínima es de 1528 pesos cubanos, y el dólar, en el mercado informal, supera los 180 pesos. ¿Puede un cuidador dejar de ejercer su trabajo para hacer una cola con la esperanza de poder adquirir un producto de primera necesidad?
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Y este fenómeno de las colas no está ligado solamente a la venta en MLC, sino que es en un contratiempo normal, aunque no menos molesto, para la mayoría de los cubanos. Hay largas filas de espera por todas partes: en los cajeros, panaderías, farmacias, para subir a una guagua, etc. ¿Cuántos abuelitos, que muchas veces dentro de la familia son quienes buscan los mandados, pasan horas de pie esperando? ¿Cuántas veces conseguir artículos esenciales como los culeros desechables para adultos resulta una verdadera odisea?
- Consulte además: Cuba, población de 60 años y más (Parte I) (+Infografía)
Las personas mayores constituyen un grupo de riesgo ante la aparición de varias enfermedades relacionadas con el envejecimiento. La inestabilidad en las farmacias de medicamentos como la insulina y la glibenclamida, usadas para tratar la diabetes, o el enalapril y el captopril, necesarios para tratar la hipertensión, por solo citar algunos, incita la compra en el mercado negro a un precio notablemente superior. Adquirirlos resulta un bálsamo para el cuerpo, pero un dolor para los bolsillos. ¿Cómo alivian sus padecimientos aquellos ancianos que no los pueden comprar?
En Cuba se le ha puesto mucho empeño a lograr el bienestar pleno de los adultos mayores. Aun así, mientras no se resuelvan los cuantiosos problemas que afectan las necesidades básicas de este grupo etario y sus cuidadores, personas similares a Marta y Alberto verán la ancianidad como una carga, y no como afirmó Pitágoras: «la recompensa de una bella vida».
Debido a la pertinencia del tema, por el fenómeno de envejecimiento poblacional que sufre el país, este trabajo forma parte de un documental interactivo llamado “El camino de Geras”, desarrollado por un grupo de estudiantes de 3er año de Periodismo de la Facultad de Comunicación. En este documental se abordará el problema de la soledad en los adultos mayores en la provincia de La Habana como vía para lograr una visibilidad respecto al tema y capacitar y concientizar a la familia cubana en general sobre este tema.
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