Cuba: Producir alimentos desde la base (+Infografías)

Jorge trabaja como administrador de un organopónico de La Habana desde hace 12 años. Lo conoce como la palma de su mano. Dice mientras su brazo recorre, de derecha a izquierda el local, como un padre que abraza imaginariamente a un hijo.

A lo lejos, hombres “forrados” con gorras, sombreros, botas y camisas trabajan la tierra, protegidos del Sol. Algunos de ellos llevan casi el mismo tiempo que Jorge aquí, así que esta es también su casa.

Desde la década del 90 en este espacio, que pareciera pequeño para quienes transitan con frecuencia por aquí, se cosechan alimentos. En la actualidad, parcelas de 40 metros ocupan las 0.5 hectáreas productivas que tiene el establecimiento y se atienden 24 variedades de cultivos entre hortalizas, condimentos y plantas medicinales. Este organopónico cubano, como otro cualquiera, pertenece al programa de agricultura urbana, suburbana y familiar que desarrolla el país.

Por la importancia que tiene para el desarrollo socioeconómico, el gobierno cubano dedica especial atención a la producción de alimentos y en el último año se ha concentrado en garantizar la producción nacional, invertir en el desarrollo de la industria, el encadenamiento productivo y las exportaciones.

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AGRICULTURA URBANA, SUBURBANA Y FAMILIAR A LO CUBANO

El programa forma parte de un sistema organizado en el año 1997. Su antecedente data del 27 de noviembre de 1987 cuando el General de Ejército Raúl Castro, entonces Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, indicó la generalización de los organopónicos en el país.

Experiencias de este tipo existen en América Latina y el Caribe, desarrolladas fundamentalmente por instituciones locales, organismos gubernamentales y agencias de cooperación internacional. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha considerado el ejemplo de Cuba como emblemático y exitoso en la región.

Los objetivos de este programa se conducen fundamentalmente a producir alimentos en el ámbito urbano y suburbano para contribuir a satisfacer la demanda alimentaria de la población local. Este contribuye con el Plan de Autoabastecimiento Municipal, el cual a su vez se vincula con el Plan de Desarrollo para el 2030.

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Para ello se utilizan tecnologías agroecológicas, tracción animal, energías renovables, sobre la base de un alto grado de sustentabilidad territorial de los insumos productivos, los recursos naturales y la capacitación de los productores.

Para apoyar la logística, se cuenta con una infraestructura con unidades diseñadas por el programa o por entidades participantes en el mismo, que contempla:

• Red de Fincas de Semillas
• Red de Centros y Microcentros de abonos orgánicos.
• Consultorios – Tienda del agricultor (CTA).
• Viveros y casas de posturas.
• Movimiento de Unidades de Referencia y de Excelencia.
• Expoferias.
• Círculos de Interés.
• Aulas de capacitación.
• Puntos de Venta para la comercialización y como vía de divulgación y capacitación.
• Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE).
• Red de Centros de Monta e Inseminación Artificial.
• Clínicas Veterinarias Municipales.
• Centros de preparación y doma de animales para la tracción animal.
• Fincas Integrales de alimentación animal.

Estas unidades le viabilizan al productor parte de los servicios e insumos productivos mínimos necesarios.

La jefa nacional del programa, Elizabeth Peña Turruellas, declaró a Granma que se ha enfatizado en incrementar la estabilidad de la producción de hortalizas y condimentos frescos, avanzar en la producción de semillas en las fincas municipales, y alcanzar mayor eficacia en el funcionamiento de las unidades empresariales de base-granjas.

Durante el año 2018, las provincias más destacadas en el recorrido del Grupo Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar fueron Santiago de Cuba, La Habana y Sancti Spíritus.

Los productos que Jorge y los cuatro trabajadores que cultivan la tierra en el organopónico obtienen, son destinados fundamentalmente al consumo popular a través de puntos de venta que existen en la comunidad. Además, tienen contratos con empresas cercanas y entre sus prioridades se encuentran los círculos infantiles y sociales.

Aunque la producción local de alimentos contribuye y destaca por sus aportes, no trasciende a las necesidades crecientes de la población, esta depende más de las grandes industrias. Es por ello que se trabaja en el encadenamiento productivo, se invierte en la recuperación de las fábricas y en la optimización de procesos.