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martes, 5 de noviembre de 2024

Cuatro siglos de una hermandad

Hasekura Tsunenaga fue el primer japonés en pisar tierras cubanas el 23 de julio de 1614, y colocó desde entonces la semilla de amistad entre dos naciones de culturas muy distintas…

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 23/07/2014
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Cuatrocientos años han transcurrido ya desde que el 23 de julio de 1614, el puerto de la villa de San Cristóbal de La Habana acogiera al buque San Juan Bautista tripulado por una singular comitiva que el velo del olvido no ha podido cubrir, aún con el paso implacable del tiempo.

¿Cómo omitir o dejar pasar que ese día puso sus pies en esta tierra Felipe Francisco de Fachicura? Un nombre que así escrito, en perfecto castellano luego de un bautizo en España, poco puede decirnos del veterano de las invasiones japonesas a Corea entre 1592 y 1597.

Hasekura Rokuemon Tsunenaga, nacido en 1571 y fallecido ocho años después de llegar a La Habana, es el primer japonés que arribó a tierras cubanas, y que sin saberlo, colocó la semilla de una historia de hermandad entre dos pueblos que hoy continúan recordándola.

Al servicio del señor de Oshu y fundador de la ciudad de Sendai, Date Masamune, Hasekura encabezó una  misión diplomática entre 1613 y 1620 a la ciudad española de Sevilla y al Vaticano en Roma. La ruta hacia España era a través del Pacífico, recalando en el virreinato de Nueva España  en el actual México, y de ahí, debía recorrer el Caribe y el Atlántico, para remontar el Guadalquivir hasta Coria del Río y, luego, seguir una ruta terrestre por España que le llevaría por Sevilla, Madrid y Barcelona. En Barcelona embarcaría para recorrer el Mediterráneo rumbo a Italia, haciendo escala en un puerto del Sur de Francia, para finalmente recorrer la costa italiana hasta Roma.

Esta misión diplomática, reconocida como Embajada Keichō, tenía como objetivo abrir un nuevo rumbo comercial y promover la entrada a Japón de misioneros que propagaran la fe cristiana, por lo que se considera que Hasekura es el primer embajador de la nación nipona entre América y Europa.

Comenta la Licenciada Teresita Hernández, directora de la Casa de Asia, que en su travesía con destino a Europa, el samurái se tomó un respiro en Cuba, en uno de los puertos más importantes del mundo en aquella época, y aunque fue una breve estancia, tuvo el tiempo justo para abordar un buque de los que integraban la Flota de Indias.

Hasekura, conocido también como Rokuemon por sus cualidades de disciplina, sagacidad y dotes de buen negociador, estaba acompañado de los frailes Luis de Sotelo, Diego Ibáñez e Ignacio de Jesús, junto a otros 30 españoles y 150 japoneses y encontró en nuestro país la tierra ideal para descansar hasta reanudar su viaje en agosto.

“Referencias de su paso por la villa cubana se han encontrado en los Archivos de Indias, el Museo de Sendai y en la Biblioteca del Vaticano, donde se atesora una crónica sobre su visita, escrita por Escipione Amati y publicada en 1615”.

Un parque en la Avenida del Puerto en el que figura una estatua suya de bronce desde el 26 de abril de 2001 es el primer homenaje que se erigió en recordación de su visita, gracias a la donación que hiciera del monumento la Escuela Sendai Ikue Gukuen. Es también un símbolo del inicio de las relaciones amistosas con el archipiélago asiático, desde donde viajaron a Cuba otros coterráneos de Hasekura entre 1898 y 1943, que luego se aplatanaron en nuestro territorio.

“En la Casa-Museo de Asia se exhibe una copia facsimilar de la carta enviada por Date Masamune al Cabildo de Sevilla y en 1994, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana emitió una medalla conmemorativa de la misión de Hasekura Tsunenaga, a propósito del aniversario 380 de su arribo a La Habana”, apuntó Hernández.

En lo que va de año han sido muchas los conciertos, veladas, ferias y  actividades culturales que se han realizado 4 siglos después de la visita de este samurái a tierras cubanas con motivo de esta fecha, precisa la directora de la Casa-Museo de Asia. “Responden todas a un programa central en el que colaboran distintas instituciones y coordinado por el Ministerio de Relaciones Internacionales. Nuestro centro no se restringe a esta fecha pues asumimos que todo el año es de celebración, por lo que desarrollaremos la Jornada por la Cultura Japonesa en noviembre y en septiembre y octubre tendremos otras actividades teóricas, artísticas y culturales en general”.

Sin dudas, este 23 de julio, además de recordar el Día Mundial del idioma español, pensaremos en Hasekura Tsunenaga, el primer japonés que nos visitó.


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".


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