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miércoles, 20 de noviembre de 2024

¡Buenos modales! Son tan fáciles…

Los buenos modales pautan nuestro comportamiento y potencian las maneras correctas de proceder en cualquier situación sin importar la edad...

Ana María Domínguez Cruz en Exclusivo 12/09/2015
1 comentarios

Duele escuchar y constatar  que aquel que emigró hace unos años, regresa ahora al barrio y le da los Buenos Días y las Buenas Noches a los vecinos, pide permiso y agradece con dulzura cada acción… “porque nadie tiene mala memoria y todos recordábamos cómo se comportaba antes”.

Da vergüenza subir a un ómnibus y encontrar a la mayoría de las mujeres de pie y a la mayoría de los hombres sentados..

Agobia la impotencia cuando entramos a un centro de trabajo y en la recepción nadie nos atiende… y una de las trabajadoras apoya un pie en la mesa para arreglarse las uñas…

“Nosotros mismos nos maltratamos todo el tiempo”, oímos, y asentimos, porque  si bien es cierto que aun existen personas atentas y bienintencionadas, no es menos cierto que pululan las que no ponen en práctica  normas elementales de buena educación.

¿Los modales? Sí, los buenos modales…los que pautan nuestro comportamiento a la hora de comer, los que determinan cómo tratar a quien desconocemos, los que potencian las correctas maneras de proceder en cualquier situación sin importar la edad.  El tema fue la motivación principal para reunir en el espacio televisivo de la Mesa Redonda, junto a la periodista Arleen Rodríguez, a las doctoras Nancy Chacon e Hilda Castillo, profesora titular e investigadora del Centro de Estudios Pedagógicos, respectivamente; a la periodista Susana Gomes y a la doctora Keyla Estévez, investigadora del Centro de Estudios sobre Juventud .

Nadie duda que la familia siembra y atiende la semilla del árbol que florecerá después, y que la escuela debe reforzar esos patrones conductuales en correspondencia con los principios de la sociedad que habitamos. No hay dudas tampoco sobre la necesidad de predicar con el ejemplo antes de pronunciar discursos repletos de ética teórica. Sobraron los motivos en el debate para que tampoco hubiera recelos que impidieran expresar  lo decadente de una sociedad en la que los valores se van perdiendo cada vez más.

¿Exageraciones banales? No lo creo. Cada vez son menos los padres que les inculcan a sus hijos normas básicas de educación formal que, no necesariamente, debe enseñarse como contenido de una asignatura académica como lo es la Matemática o la Biología. Es mucho más fácil comer con el plato en la mano viendo televisión, sin usar mas cubiertos que una cuchara como también es más  fácil andar por la vida dando empujones y pisotones sin pedir disculpas.

Que exista un reconocimiento social sobre la pérdida de los buenos modales implica que las personas son capaces de distinguir entre lo que debe hacerse y lo que realmente no se hace, comenta Estévez, pero lamentablemente ello no se traduce en que a diario seamos capaces de reprender a quien, justo al lado, incumple con el civismo más simple.

Si alguien hace uso de la tecnología constantemente - como suele suceder con frecuencia con los jóvenes-, y poco le importa que una persona le hable o le demande su atención mientras teclea un mensaje o localiza el tema musical de su preferencia en su playlist, no basta con tildar a las tecnologías de peligrosas porque se supone que con ellas la vida se nos haga más fácil, y no menos comunicativa, acota Gomes.

Retomar las Escuelas de Educación Familiar es un punto de partida para fomentar el vinculo entre la institución educativa y la familia, insistió Castillo, pero si como yo otras miles de personas jamás oyeron hablar de ella, queda entonces el aprendizaje de los buenos modales en terreno de nadie, y solo escrito en un manual que no puede llegar a todas las manos por limitaciones en su impresión y distribución.

Instrucción no es sinónimo de educación, y aunque un maestro domine los contenidos a impartir en el aula, debe ser supervisado su comportamiento para con los alumnos, su manera de vestir y de conducirse, pues el ejemplo del docente muchas veces se toma con más firmeza que el que se tiene en el hogar, refirió Chacón.

Y al final, ¿a quién culpar? ¿A la institución que no puede garantizar cestos de basura por doquier o al que no le explico a su hijo que es preferible llevar la lata y el papel sucio en el interior de la cartera antes de lanzarlo a la calle?

La educación, escribió Albert Einstein, es lo que nos queda cuando ya olvidamos todo lo aprendido en la escuela. Digo más…Es, incluso, lo único que existe cuando ni aprendizaje escolar hubo en medio del campo o de una época dura que imponía trabajar. Tan grata es la convivencia familiar cuando los buenos modales están a la orden del día. Es tan fácil…


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Ana María Domínguez Cruz

"Una periodista cubana en mi tercera década de vida, dispuesta a deslizar mis dedos por el teclado".

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Yordanis
 21/10/15 12:04

Realmente duele reconocer que somos un país muy instruido, pero muy mal educado. No hace mucho un compañero que viajó a Panamá me contaba de todas las cosas que allí pudo ver, el desarrollo, los adelantos, pero yo me pude percatar que lo que más le impresionó fué como las personas, de cualquier edad, que pasaban junto a él siempre le decian: "BUENOS DÍAS SEÑOR", entonces nosotros estamos ayudando a instruir a medio mundo y no somos capaces de instruir lo más elemental en nosotros mismos que es la educación formal.

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