A los más variados pensadores se les ha atribuido la frase de que "La verdad es la primera víctima de la guerra.". No es de extrañar que algunos historiadores señalen a Esquilo (Eleusis, 525 a. C. – Gela, 456 a. C.), el dramaturgo creador de la tragedia griega, cuando los personajes más influyentes se dedicaban a guerrear como un oficio por estatus, rapiña y expansión.
Pero en los tiempos que corren, cuando el ciudadano promedio no está ajeno a lo que sucede en cualquier lugar del planeta, el abuso y la brutalidad contra la verdad llega a niveles grotescos e insospechados en las acciones de la guerra psicológica, de cuarta o quinta generación, no convencional, golpes suaves o combinación de estas estrategias perversas.
Los políticos norteamericanos han probado con creces sus habilidades para retorcer la verdad, como magistral y humorísticamente lo constata George Carlin: "Es la vieja doble moral estadounidense. Decir una cosa y hacer otra diferente. Y por supuesto este país (Estados Unidos de América) fue fundado bajo una doble moral. Es parte de nuestra historia, es una doble moral muy básica: Un grupo dueño de esclavos que querían ser libres. ¿Estoy en lo cierto? Qué absurdo. Lo que hicieron fue matar a un montón de ingleses blancos, para seguir poseyendo a sus esclavos negros, para luego exterminar a los indios rojos, ir hacia el oeste para robarle territorio a los mexicanos marrones y finalmente tener un lugar de donde despegar, volar y lanzar bombas nucleares sobre los japoneses amarillos. ¿Saben cuál debería ser el lema de este país? '¡Danos un color y nosotros nos deshacemos de él!" - What Am I Doing in New Jersey? (1988).
Durante años el imperio estadounidense ha aparentado darle poca importancia a América Latina, mientras la consideraba su patio trasero por todos sus valores humanos y de recursos, pero como ahora los tiempos han cambiado luce feo, y el secretario de Estado John Kerry, les ha dicho a los que considera súbditos del subcontinente, que han abandonado la Doctrina Monroe.
Sin embargo, sucesos presentados como legítimos o nobles nos llevan al laberinto de la agresión ilimitada. El Comando Sur de los Estados Unidos (USSOUTHCOM), mantiene un portal en Internet para la guerra de la información del Ejército norteamericano en América Latina, con factura similar a los que el Pentágono administra en otras regiones donde ha intervenido militarmente, han explicado las periodistas Rosa Miriam Elizalde y Stella Calloni. Como se puede comprobar tal práctica es ilegal en Estados Unidos, pero se ampara en subterfugios.
Diálogo se publica en tres idiomas, inglés, español y portugués, con informaciones de actualidad y reportajes especiales dedicados a América Latina desde la perspectiva del Ejército de los Estados Unidos. En los “Vínculos de referencia” dicho portal incluye a la Oficina de Difusión de Cuba Buró Internacional de Difusión de Estados Unidos que lleva al sitio de Radio Martí diseñado en principio contra la Isla, pero trabajando además en la ofensiva de la derecha continental en estos momentos para proyectos como Piramideo no solo contra Cuba y la creación de “multitudes inteligentes” propias del manual del golpe suave de Gene Sharp.
Quizás el lector a priori considere el dato insignificante, pero cuando se revisa la mezcla de la estrategia del ejército de Estados Unidos hasta el 2020 reforzando la guerra no convencional, el espionaje encabezado por la NSA y sus agencias como la CIA, sus organizaciones tapaderas y ONGs como la USAID o la NED, sus tanques pensantes, supuestos institutos sin fines de lucro como el IRI o Freedom House, fundaciones, contratistas, un ejército de periodistas pagados para una agenda definida y financiamiento oficial del Congreso de la Unión para “la democracia y los derechos humanos”, se puede comprender los nuevos caminos de la guerra destinados a apropiarse del escenario popular que son sus calles, mediante el caos, la anarquía, la violencia, guerrillas urbanas tipo Maidán en Ucrania o “pacíficos estudiantes” guarimberos en Venezuela.
POLITICOS DE EE.UU. HABLANDO DE PAZ Y DEMOCRACIA
Nada es más explícito en América Latina que la evolución que va teniendo el Comando Sur, uno de los diez Comandos Combatientes Unificados (COCOM). La envergadura de la amenaza fue más visible en el 2008, con la reactivación de la IV Flota para ejercer el control y dominio exclusivo de América central, Sudamérica y el Caribe.
El Comando Sur controla prioritariamente la formación, adiestramiento y operaciones de las fuerzas armadas de América del Sur, el Caribe y América Central, dentro de la estrategia geopolítica global del imperio norteamericano, cuando son evidentes los procesos de cambios no deseados para Washington en Venezuela, Bolivia, Nicaragua, la indoblegable Cuba, Ecuador, ahora El Salvador, Argentina y Brasil definen una posición distante de las imposiciones del USSOUTHCOM; se fortalece el Alba, UNASUR y se afianza la CELAC.
Un hecho inusitado en aquel 2008, no fue lo suficientemente repelido: el incremento de las bases militares terrestres, aeronavales y fluviales (de 21 a 76, principalmente en Colombia, Chile, Panamá, El Salvador, Guatemala, Costa Rica, Honduras, Paraguay, Perú, México, Aruba, Curazao).
La verdad fue prostituida una vez más al profundizarse la “cooperación” de militares norteamericanos y militares de América latina y del Caribe, el entrenamiento combinado, la asistencia “humanitaria”, la atención a desastres, los ejercicios y operaciones UNITAS, la operación Partnership Of the Americas (Sociedad de las Americas), las operaciones militares sobre derechos humanos e integración, el fortalecimiento de la coalición internacional marítima, la interoperabilidad. Se instalan los llamados “Centros de Respuesta para Situaciones de Emergencia” (como el de Paraguay, que su nuevo gobierno considera “trascendental”). Se instalan igualmente los “Sitios de Operaciones Avanzadas (SOA)”, como las de Piura y Loreto en el norte y nororiente del Perú, en un afán por reemplazar la Base de Manta en Ecuador que fue desactivada por el presidente Correa, según el análisis de Rubén Ramos a partir de estudiar la aplicación del llamado golpe suave en Venezuela como variante la guerra no convencional.
En realidad las misiones del Comando Sur y la Cuarta Flota, con sus bases militares y la OTAN abriéndose camino con su base en Las Malvinas y sus acuerdos con Colombia son reseñadas por varios analistas:
- Garantizar la expansión imperial.
- Ejercer pleno dominio económico, social, político y militar en la región.
- Eliminar los focos antiimperialistas que surjan en la sociedad civil.
- Ejercer un férreo control político en la región.
- Mantener e incrementar los niveles de dependencia militar y, naturalmente,
- Incrementar la deuda externa, saquear los recursos de los pueblos, desmantelar las estructuras de los Estados y detener los avances nacionales en tecnología, ciencia y desarrollo autónomos de los países, ya que se convertirían en una amenaza que atentaría contra la hegemonía imperial.
Todo, en nombre y no de hecho para consolidar y expandir las democracias, eliminar las supuestas amenazas contra los países que consideran democráticos, cooperar con el desarrollo económico de la región, eliminar el tráfico, producción y consumo de drogas, además del altruismo de instruir a los militares latinoamericanos y caribeños.
Llegados a este punto de prostitución de la verdad, sería tonto admitir que Latinoamérica y el Caribe quedarían indemnes viendo la puja global de retorno a la guerra fría bajo el entramado de Estados Unidos ejecutando la batuta de la OTAN en Europa, y que considera a los llamados BRICS una amenaza.
Vienen por nosotros y a eso destinan su poderío. Quizás hoy comprendemos mejor la angustia y lo visionario de los patricios de Nuestra América, como llamó José Martí al espacio geográfico espiritual del Río Bravo a la Patagonia. Aquel que ganó el apostolado libertario para Cuba sentenció en magistral ensayo:
"Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo en la cabeza, sino con las armas de almohada” aunque aclara que las "armas" son "armas del juicio [por cuanto] vencen a las otras." Y, así enuncia la importancia de generar un pensamiento propio, como vía para resistir ante el dominador: "Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra." y "No hay proa que taje una nube de ideas". Concluyendo, “para la paz de los siglos, con el estudio oportuno y la unión tácita y urgente del alma continental"
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