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sábado, 30 de noviembre de 2024

La pelota del otro lado…una vez más

La Habana emplaza públicamente a la Casa Blanca por el ametrallamiento de la embajada cubana en Washington...

Néstor Pedro Nuñez Dorta en Exclusivo 13/05/2020
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Embajada de Cuba-Estados Unidos
Los puntos están sobre las íes…habrá que ver si los requeridos hablan.

Hace unos días, cuando escribimos sobre este tema a horas de acontecido el grave suceso, advertimos que “callar otorga”, y  justo así titulamos el comentario en cuestión en el entendido de que difícilmente el gobierno de Donald Trump diera una respuesta coherente sobre las interioridades de tan alevosa agresión.

Primero, añadimos entonces, porque el actual clima oficial norteamericano con relación a Cuba, promotor de sanciones, de apretar el bloqueo, y de desacreditar  e intentar amedrentar a nuestros médicos que sirven en el exterior, entre otras barbaridades, propicia justamente actos de corte terrorista como el perpetrado por el ciudadano Alexander Alazo, de origen cubano y residente desde hace varios años en los Estados Unidos.

Segundo, porque como se hace evidente a partir de las revelaciones hechas por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, en su conferencia de prensa de este martes 12 de mayo, el señor Alazo, al que algunos le atribuyen trastornos mentales, resultó ser muy cercano a  entidades ligadas a la mafia antipatriótica y terrorista radicada en Miami, donde acuden asiduamente personajes como el legislador Marco Rubio y otros congresistas de su calaña, y hasta el propio vicepresidente norteamericano Mike Pence.

Todo puesto por Cuba en la pantalla de la TV con fotos, videos, pelos y señales, en un trabajo de investigación y búsqueda que bien podría haber ya realizado el “eficiente” aparato gringo de seguridad e inteligencia.

De manera que las evidencias están ahí, tan translúcidas y claras como el agua de manantial, y como neta demostración de que la injustificable tardanza del actual gobierno gringo en dar una respuesta sobre el ataque tiene más visos de complicidad que de incapacidad.

Así, puesta en la picota, si de salvar su honrilla se trata, la Casa Blanca debería entonces hablar de una vez, y explicarle a los cubanos, a sus ciudadanos, y a la opinión pública mundial, cómo un “loco” de la categoría de Alexander Alazo andaba en la calle con pistola al cinto, fusil automático en ristre y cocaína en el asiento del auto, recorriendo estados de la Unión e inspeccionando anticipadamente el entorno de su vandálico ataque a la embajada cubana, donde –según admitió- mataría sin contemplaciones a quien saliese a la puerta.

Cómo un individuo con tales antecedentes no fue al menos puesto bajo vigilancia cuando se dice que acudió  a los organismos de seguridad estadounidenses a denunciar que “matones comunistas cubanos” le perseguían, y cómo nadie se preocupó por sus acendrados vínculos con gente en extremo violenta dentro de los traficantes de la agresividad contra Cuba establecidos en plena jungla miamense.

La palabra la tienen entonces, desde mister Trump y su vice, hasta el secretario de estado Mike Pompeo y cuantos personeros hegemonistas manejan hoy a capricho la política y el comportamiento externo de la primera potencia capitalista.

De todas formas, no hacerse ilusiones…la prepotencia desbordada de esta administración muestra que no hay límites en eso de violentar derechos y deberes, en silenciar, retorcer y manipular acontecimientos y  juicios, y en pretender que nada ni nadie puede pedirle cuenta, como si la sensatez, la decencia y la historia no acostumbrasen a pasar siempre la factura.


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Néstor Pedro Nuñez Dorta

Periodista


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