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lunes, 23 de diciembre de 2024

El bloqueo, el margen y el jonrón

Una breve metáfora para entender el bloqueo norteamericano y lo que nos corresponde en un juego donde priman sus reglas…

Mario Ernesto Almeida Bacallao en Exclusivo 23/06/2021
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Cuba bandera bloqueo
El discurso del vocero de los Estados Unidos resultó triste y previsiblemente manipulador

Resulta complejo encontrar, a los años que corren, una metáfora que nos clarifique el bloqueo económico, comercial y financiero; que nos lo simplifique al punto del más básico entendimiento. Una metáfora, por demás, que nos incorpore y asuma responsablemente como entes cruciales y activos en el resultado final de cada proceso bajo este manto de las ataduras.

Ernesto Teuma, un joven intelectual de nuestro país, especialista de Casa de las Américas, mente lúcida como pocas y osada y audaz… nos ha brindado una imagen que he decidido transcribir con urgencia, para que no se pierda en lo etéreo de las redes sociales, en la fugacidad de un Facebook live

“Imagina que estás en un juego de pelota –nos anima el joven Teuma–; Cuba, por supuesto, es el bateador y, del otro lado, está el pítcher y el equipo que representa.

“Pero hay una ‘pequeña’ trampa: ese pítcher y su equipo han jugado todos los trucos sucios; han comprado a los árbitros, estamos jugando en  casa de ellos, compraron una multitud que nos abuchea; incluso si nos tira un dead ball, el árbitro lo va a cantar strike; si nos da bola… el árbitro puede asumirlo como un strike

“Entonces –continúa–, nuestro margen de maniobra es muy pequeño. Él va a seguir haciendo eso; él quiere ganar, ese pítcher quiere destruirnos la vida, quiere hacer un lanzamiento de 120 millas y en un espacio tan pequeño que la posibilidad de batearlo resulte mínima.

Pero existe.

“A veces, parece que el bloqueo es solo culpa del pítcher, por la manera en que lanza, en que juega sucio. Sin embargo, hay otro detalle muy pequeño que tiene que ver con el bloqueo y es nuestra propia posibilidad. Los resultados de las vacunas cubanas, por ejemplo, son, en medio de esas restricciones, en medio de ese juego sucio, con ese mínimo espacio de bateo disponible, el mayor jonrón que se puede dar.

“Quizás, el aprendizaje del bloqueo también esté no solamente en reconocerlo, en no resignarnos a él, en protestar, en buscar su levantamiento; sino también en jugar nuestro juego de la mejor manera posible: aprovechar ese mínimo espacio de bateo para que hayan más jonrones –como la vacuna– en la agricultura, en la economía interna, en la producción de alimentos; aprovechar ese mínimo espacio, ese margen de maniobra pequeño, para dar la mayor cantidad de jonrones posible; si no, perdemos el juego”.

Mientras Teuma desarrollaba esta breve y acertadísima metáfora, en la sede de la Organización de Naciones Unidas se votaba la resolución presentada por Cuba contra el propio Bloqueo. Una vez más –para seguir con el estilo que nos propone el amigo Ernesto– se dio la jugada cantada: 184 naciones a favor, dos en contra –adivinen quiénes– y tres abstenciones.

El discurso del vocero de los Estados Unidos resultó triste y previsiblemente manipulador, dejando claro, incluso antes de votar, que se oponía a la resolución de marras, que sus medidas eran válidas y que no era el único país que usaba ese tipo de armas.

Visto el caso y consumado el hecho, sabiendo que hay mecanismos que al parecer solo conocen el juego de la asfixia, habrá que escuchar las palabras de un intelectual mayor como Silvio Rodríguez cuando nos convida a asumir al enemigo –me perdonarán los esteticistas, maquillistas y etcétera– y pensar que, a pesar de que la vida se las haya arreglado para ponérnosla difícil, todavía no hay un pítcher que lance la bola por debajo de la tierra.

Hasta que eso no ocurra –acontecimiento insólito–, la jugada definitiva habrá de estar siempre en nuestras muñecas.

*Las palabras de Ernesto Teuma fueron pronunciadas en la Revista Especial del ICRT a propósito de las votaciones de la resolución presentada por Cuba en la ONU contra el Bloqueo. Este espacio se desarrolló de forma exclusiva para redes sociales y a modo de video.


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Mario Ernesto Almeida Bacallao

Periodista y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana


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