Walz, de 60 años, fue elegido por primera vez para el Congreso en 2006, sirvió en la Cámara de Representantes durante 12 años y ascendió hasta convertirse en el demócrata de mayor rango en el poderoso Comité de Asuntos de Veteranos antes de regresar a su natal Minnesota en 2019 para liderar ese estado.
Su historial político liberal y defensa de la administración de Joe Biden en la campaña electoral de este año lo convirtieron en una figura con gran atractivo para integrar el binomio con Harris si busca evitar que el republicano Donald Trump regrese a la Casa Blanca.
La elección de Walz aporta el equilibrio que necesita Harris no solo para tratar de ganar en noviembre sino también para gobernar dada sus amplias conexiones en el Capitolio.
En las últimas horas cada vez más eran las voces dentro de la Cámara de Representantes que abogaban por Walz, quien además tiene la distinción de ser el soldado alistado de mayor rango en la historia del Congreso, un estatus que le permitió ser querido por los partidarios del Pentágono en ambos partidos, señalan las reseñas de medios locales.
Ese currículum único, combinado con sus raíces del Medio Oeste, su historial político liberal y su feroz defensa de la administración de Joe Biden en la campaña electoral de este año, hicieron que la balanza se inclinara a su favor.
Walz preside actualmente la Asociación de Gobernadores Demócratas y mientras estuvo en el Capitolio se abrió camino allí desafiando a sus colegas en algunos temas de alto perfil y dando voz a los votantes del interior del país que, según él, eran desatendidos incluso por su propio partido, destacan las reseñas.
La vicepresidenta se enfocó durante el fin de semana en entrevistas a Walz, así como al gobernador Josh Shapiro, de Pensilvania, y el senador por Arizona Mark Kelly.
Harris tuvo que sopesar muy bien porque la esperada decisión podría impactar en la unidad que ha exhibido el partido en torno a su candidatura después de la salida del presidente Joe Biden de la campaña por la reelección.
Los progresistas de la fuerza azul (color que identifica al partido) discrepaban de Shapiro por sus posturas sobre Israel y el manejo de las protestas pro palestinas en Pensilvania y presionaron porque fuese Walz el candidato a vicepresidente.
Después del mitin en Filadelfia, Harris y Walz viajarán el resto de la semana por Wisconsin, Carolina del Norte, Nevada y Georgia, estados clave en los venideros comicios.
A 89 días de las elecciones, los demócratas acaban de lanzar su carta, apostarán con el biomio Harris-Walz como ficha del triunfo sobre el republicano Donald Trump y su candidato a vice, JD Vance.
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