Desde hace más de 60 años los distintos gobiernos de Estados Unidos han sostenido de forma más o menos manifiesta un espíritu hostil e injerencista hacia Cuba. Una realidad que más allá de intereses presidenciales responde, por sobre todas las cosas, a uno de los pilares de la política de estado de la nación norteamericana.
Lograr un cambio socioeconómico en la isla para ejercer influencia sobre ella ha sido desde 1959 la gran aspiración de las administraciones estadounidenses. Por eso no han escatimado ni recursos ni esfuerzos para promover y aplicar estrategias que golpeen de manera directa la economía de un país ya de por sí maltrecha y deformada tras siglos de explotación colonial y neocolonial.
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Con ello se busca hacer del descontento y la confrontación popular la mejor excusa para justificar medidas que supuestamente ayudan al pueblo cuando, en el mejor de los casos, solo benefician a un sector muy específico que pudiera serle de utilidad.
Nadie con intenciones de ayudar sostiene durante tanto tiempo un bloqueo económico, comercial y financiero que ha causado pérdidas incalculables y afectado la vida de millones de cubanos. Nadie en pos de la democracia y los derechos humanos se inventa leyes para entorpecer el vínculo comercial con terceros países o incluye a un pequeño estado del Caribe víctima del terrorismo en una infame lista de patrocinadores de este para cerrar todavía más las opciones comerciales.
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El cinismo histórico con el que EE.UU. ha justificado su postura con Cuba muestra a las claras una retórica que se sustenta en una despiadada lógica imperial. Incluso, cuando han reconocido que sus acciones, a pesar del indiscutible daño material, no han logrado rendir nuestro proyecto sociopolítico han manifestado abiertamente la búsqueda de alternativas para continuar con la presión política y la persecución comercial.
Las medidas que adoptó el gobierno de EEUU hace un año tienen una clara motivación política y un propósito de destrucción de la Revolución🇨🇺.
— Bruno Rodríguez P (@BrunoRguezP) May 28, 2023
El gobierno estadounidense miente abiertamente cuando habla de que son medidas para beneficiar al pueblo cubano.#MejorSinBloqueo pic.twitter.com/PANheAbUDr
Hablamos, en definitiva, de una realidad, quizás trillada por nuestros medios de comunicación y utilizada en exceso para justificar torpezas propias. Pero una realidad que ha causado y continúa causando daño a varias generaciones de cubanos y que obstaculiza el desarrollo de la nación.
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