Hace pocos días tuvo lugar en La Habana el IV Diálogo de Derechos Humanos entre Cuba y la Unión Europea (UE), el cual coincidió la visita al país del Excelentísimo Señor Eamon Gilmore, representante especial de la UE para los derechos humanos.
De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, tales intercambios se enmarcan en el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la Mayor de las Antillas y la UE. Lo que a través de un clima respetuoso y constructivo permitió abordar diversas temáticas vinculadas a los derechos humanos, tanto en el ámbito de los derechos civiles y políticos, como de los económicos, sociales y culturales.
Aun cuando se evidenciaron claras diferencias de posición respecto a varios de los temas tratados, la parte cubana reiteró su compromiso con la realización plena de todos los derechos humanos, e hizo énfasis en la importancia del diálogo y la cooperación como vías efectivas para la promoción y protección de los derechos humanos, sin politización, selectividad, dobles raseros e injerencias en los asuntos internos
También, se informó sobre el amplio, profundo e integral proceso de reformas legislativas que ha tenido lugar en el país a partir de la entrada en vigor en 2019 de una nueva Constitución, la que ha influido en el fortalecimiento del marco jurídico e institucional para la promoción y protección de los derechos humanos.
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Asimismo, la delegación cubana mostró su preocupación respecto a situaciones de derechos humanos en algunos estados miembros de la mancomunidad europea, incluyendo las restricciones a la libertad de expresión, manifestación, asociación y creación artística, así como los tratos discriminatorios hacia las personas migrantes y no europeas.
La cita, amparada en los principios, modalidades y procedimientos recogidos en el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre Cuba y la Unión Europea, dejó cuatro acuerdos fundamentales.
El primero plantea discutir y adoptar, durante el primer trimestre de 2024, un cronograma de intercambios técnicos en diversas áreas de derechos humanos; entre ellas, las concernientes a las mejores prácticas en materia legislativa, al adelanto de la mujer, los derechos sexuales y reproductivos, derechos de la infancia, derechos de personas en situación de discapacidad, entre otras.
El segundo acuerdo consiste en discutir, de conjunto, potenciales proyectos de cooperación en diversas áreas de derechos humanos, que incluirían alimentación, vivienda, atención médica, energía, cultura, medio ambiente, cambio climático, participación ciudadana, y atención a personas o grupos en situación de vulnerabilidad, así como las recomendaciones aceptadas en el Examen Periódico Universal.
Otro acuerdo plantea iniciar la implementación del proyecto de colaboración “Fortalecimiento de la Defensoría para la protección integral de los derechos de la niñez y la adolescencia.” Y el cuarto habla sobre continuar promoviendo la cooperación en áreas como la digitalización de los registros del Estado civil, notarías y Gaceta Oficial.
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Disposiciones que llegan en un contexto marcado por la exitosa presentación de Cuba en el IV ciclo del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos, donde se validó el reconocimiento de la comunidad internacional en dicha materia y se reconoció, una vez más,que el bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos (EE.UU) hace más de 60 años constituye una violación sistémica y masiva y el principal obstáculo al desarrollo de la nación.
Las relaciones entre Cuba y la UE iniciaron en 1988 y, desde entonces, ha tenido momentos de distanciamiento. Sin embargo, tras la reapertura de los vínculos diplomáticos entre la Isla y EE.UU. durante el gobierno de Barack Obama, en diciembre de 2016 fue suscrito el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación, que se implementó en 2017, y que fue el punto de partida para el restablecimiento de los diálogos sobre derechos humanos.
Hechos que hablan de una voluntad política real para dialogar y establecer vínculos desde el respeto y el reconocimiento de diferencias. Una realidad que desmonta por completo el discurso que intenta mostrar a una Cuba sola y aislada, carente de legalidad y derechos.
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