El 30 de noviembre de 1956, el Movimiento 26 de Julio llevó a cabo un levantamiento armado en Santiago de Cuba, en apoyo al desembarco previsto de los expedicionarios del Granma.
En esa jornada, el pueblo santiaguero se unió en un acto de resistencia, vistiendo el emblemático verde olivo y armándose para enfrentar las fuerzas del dictador Fulgencio Batista con el objetivo de desviar la atención de las autoridades hacia la zona de desembarco, permitiendo así que Fidel Castro y sus hombres pudieran llegar a la Sierra Maestra con mayor seguridad.
A mediados de noviembre, Frank País, líder de esta acción revolucionaria comunicó a los líderes del Movimiento 26 de Julio los objetivos de la acción planificada en Santiago. La estrategia consistía en cercar el cuartel Moncada para neutralizar a las tropas allí acantonadas y reunir armas. Para lograrlo, se llevarían a cabo ataques contra la Policía Marítima, la Policía Nacional y una armería situada en la Plaza Dolores.
El levantamiento armado en Santiago de Cuba y otras localidades del oriente del país puso de manifiesto la capacidad combativa del movimiento clandestino y marcó el inicio de la insurrección popular en el llano.
- Consulte además: Un despertar verde olivo en Santiago de Cuba
La generación más joven conmemoró el levantamiento armado en Santiago de Cuba, liderado, hace 68 años por el movimiento 26 de Julio con Frank País al frente, en respaldo al desembarco de los expedicionarios del yate Granma, liderados por Fidel.
Con la presencia de las autoridades del Partido y el Gobierno del territorio, combatientes de la Revolución, pioneros, estudiantes de las universidades santiagueras, trabajadores y pueblo en general de la Ciudad Héroe, frente a la antigua estación de policía de la Loma del Intendente, hoy museo de la Clandestinidad, se realizó el acto central para conmemorar la fecha .
Yesenia Acuña, miembro del buró Provincial de la UJC aseveró en sus palabras que el ejemplo del joven Frank País García guiará por siempre el trabajo de la organización juvenil en la provincia.
En estas acciones cayeron en combate Pepito Tey, Tony Alomá y Otto Parellada, 3 jóvenes intrépidos como muchos de su generación.
Por imprevisibles sucesos, el yate Granma no arribaría a las costas cubanas hasta el 2 de diciembre, pero el 30 de noviembre pasó a la historia como una victoria moral que traspuso las puertas de la historia porque es uno de los hechos que siembran una revolución y nombres inevitables en la memoria
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