//

jueves, 12 de diciembre de 2024

Panchito Gómez Toro y Juan Delgado, escoltando a Maceo a la gloria eterna

Muero en mi puesto, no quiero abandonar el cadáver del general Maceo...

Arnaldo Alfredo Delgado Fernández en Exclusivo 07/12/2024
0 comentarios
Maceo
Maceo

Antonio de la Caridad Maceo Grajales, es una de las personalidades más destacadas en las gestas por la independencia de Cuba, durante el siglo XIX. De ahí que su fama sobrepase las fronteras nacionales y sea homenajeado en numerosos sitios del mundo por diferentes sectores sociales y grupos étnicos. Incluso sus enemigos admiraron su patriotismo, valor y honor militar.  

No cabe duda alguna de la magnitud que alcanzó la personalidad del General Antonio. Pero aún y cuando sobresalió entre sus contemporáneos, tuvo que enfrentar los prejuicios y la discriminación racial característica de su época. Incluso entre los suyos fue blanco de ataques discriminatorios condicionados por el color de su piel y su origen social humilde. 

Las difamaciones a su persona y los ataques discriminatorios de ninguna manera amedrentaron su patriotismo y sed de libertad, todo lo contrario. Lo convirtieron en un abanderado de la lucha por los derechos del hombre en su nación. Así encabezó algunos de los momentos más gloriosos de la historia de Cuba, como por ejemplo la protesta de Baraguá, negándose en esta a aceptar una paz sin independencia y sin abolición de la esclavitud.

Hombre de ideas claras y valor probado, logró convertirse en un paradigma de la lucha por la independencia dentro y fuera de Cuba.

Lamentablemente la muerte lo sorprendió en el pleno apogeo de la lucha por la independencia patria, no sin antes ganar el mérito de extender la lucha armada por toda la isla caribeña en un a invasión que había iniciado en Baraguá, mismo sitio que lo vio erguirse en 1878 cuando se opuso rotundamente al pacto del Zanjón.

Pero para recordar las tristes horas de la caída en combate del Lugarteniente General Antonio, es necesario volverse a la obra del historiador Manuel Fernández Carcassés.

En su libro Antonio Maceo Grajales, ensayo biográfico sucinto, narra el trágico suceso. Manolo, como es conocido entre sus amigos, cuenta que en la mañana del 7 de diciembre de 1896 el Titán de Bronce, les confiesa a sus más allegados que había soñado con Mariana, su madre.

También les menciona a Margarita una muchacha que conoció en enero del propio año en Punta Brava, de ella cuenta el prestigioso historiador, llevaba Maceo cuando murió, como bufanda en el cuello, un pañuelo de flores que la muchacha le había obsequiado.  

Es válido recordar que Maceo había tenido fiebre toda la noche, así cuenta Carcassés, que días antes había caído repentinamente desfallecido el héroe cubano de una causa jamás conocida.

Pero aquella tarde del 7 de diciembre caía en combate el general forjado a golpe de sangre y fuego, y no por una posición económica o un estatus social. Un enfrentamiento para nada relevante desde una perspectiva militar le arrebataba la vida al ilustre hijo de la ciudad de Santiago de Cuba. 

Muchos han considerado el hecho una traición, como el club profesional del Partido Revolucionario Cubano, para hombres y mujeres Federico de la Torre. Lo cierto es que existen más de trece versiones del triste acontecimiento. Pero si algo de relevante y paradigmático tuvo, fue la actitud de Francisco Gómez Toro (Panchito).

Este aunque estaba herido desde el combate de la Gobernadora 4 días antes, se reusó abandonar el cuerpo de su padrino, el General Antonio.

Panchito, instantes antes de morir escribió una breve nota cargada de patriotismo y honor. Digna de ser divulgada hasta la saciedad, porque si bien fue Panchito asesinado por las huestes españolas, había preferido suicidarse antes de caer en manos de los opresores de su patria.

Al respecto escribió a sus hermanos, su madre y su padre, el Generalísimo Máximo Gómez:

"Mamá querida, 

Papá, hermanos queridos:

Muero en mi puesto, no quiero abandonar el cadáver del general Maceo y me quedé con él. Me hirieron en dos partes. Y por no caer en manos del enemigo, me suicido. Lo hago con mucho gusto por la honra de Cuba.

Adiós seres queridos, los amaré mucho en la otra vida como en esta. Su Francisco Gómez Toro.

En Santo Domingo. Sírvase, amigo o enemigo, mandar este papel de un muerto".  

Manuel, continúa contando en su libro, que en el momento en que llegaron los españoles Panchito aún estaba vivo y fue rematado por los españoles que luego saquearon las pertenencias de ambos cuerpos.

Los cuerpos fueron rescatados gracias a la valentía del coronel Juan Delgado cuando este gritó arengando a la tropa “El que sea cubano, el que sea patriota, el que tenga vergüenza, que me siga”… Acto seguido fueron rescatados los cuerpos y sepultados en secreto, bajo la custodia del campesino Pedro Pérez.

Fueron exhumados al concluir la guerra, en presencia del Generalísimo Máximo Gómez, el 2 de septiembre de 1899.    


Compartir

Arnaldo Alfredo Delgado Fernández

Universidad de Oriente


Deja tu comentario

Condición de protección de datos