jueves, 18 de abril de 2024

La guerra interminable

Unos afirman que la guerra terminó el 7 de mayo de 1945. Otros aseguran que fue el 8. Los rusos conmemoran la victoria contra el fascismo el día 9. Pero para cientos de millones de personas en el mundo, la paz es aún una quimera que se aleja cada vez más y los coloca en peligro de extinción, porque el fascismo resurge aupado por políticos de peor calaña que Adolfo Hitler.

Jorge Gómez Barata en Exclusivo 09/05/2010
0 comentarios

Nunca he podido saber exactamente cuando terminó la II Guerra Mundial.

Ninguna operación militar en la historia alcanzó las dimensiones de la batalla por Alemania en 1945. Eisenhower invadió Francia, rindió a Italia, liberó a Bélgica y Holanda y al mando de 93 divisiones, entró en Alemania al encuentro de las tropas soviéticas que avanzando desde Stalingrado, hicieron a los alemanes desandar los caminos de Europa Central, Oriental, los Balcanes y el Báltico, liberando al entonces inmenso país soviético, además de a Rumania, Bulgaria, Hungría, Checoslovaquia, Albania, Yugoslavia, Austria, Noruega y después de atravesar la inmensidad de Polonia, con todas las fuerzas de sus ocho frentes de batalla, cargaron sobre Alemania con la misión de tomar Berlín.

Stalin no se conformaba con menos.

El 2 de mayo de 1945, el jefe de la guarnición de Berlín, Helmuth Weidling, capituló ante la comandancia soviética.

El 4 de mayo de 1945, el almirante Georg von Friedeburg firmó la rendición ante el mariscal británico Bernard Montgomery.

El 7 de mayo, en Reims, ante Eisenhower, el mariscal Jodl firmó la capitulación incondicional.

Enterado Stalin, desautorizó las ceremonias, desconoció las actas y ordenó una capitulación en regla, en Berlín, y con la Plana Mayor alemana presente. Los aliados no se opusieron al acto litúrgico que luego desconocieron.

En realidad Eisenhower, en cumplimiento de lo acordado por Roosevelt, Churchill y Stalin de no aceptar otra cosa que la rendición incondicional, rechazó varios intentos alemanes de obtener una paz separada.

Cuentan que el general norteamericano, que tenía en alta estima a Stalin como comandante y se atenía a los compromisos contraídos, accedió a recibir al almirante Kart Donitz, oficialmente sustituto de Hitler, y cuando éste le expuso su intención de rendir las tropas que le cerraban el paso hasta Berlín, le preguntó: "¿Eso es todo?"

El jerarca alemán, que apostaba a la disolución de la alianza soviético-norteamericana, quedó perplejo. "¡Márchese!", le ordenó Eisenhower.

Todo indica que las instrucciones de Eisenhower cambiaron, y el 7 de mayo, en su comandancia de Reims, aceptó capitulación incondicional con el general Jodl en representación de Alemania.

El mariscal soviético Zhúkov cuenta que Stalin, en cólera, le dictó los detalles de la ceremonia de capitulación que debía tener lugar en una sede militar alemana y con la presencia todas las partes vencedoras, representadas por altos oficiales, vestidos para la ocasión, banderas, banda música y fotógrafos.

El escenario fue preparado en el casino de oficiales de Berlín. Por Estados Unidos estuvo presente el general Carl Spaatz. Gran Bretaña se hizo representar por el general William Tender y Francia por el general Jean de Lattre de Tassigny. Wilhelm Keitel asistió por los vencidos. La estrella fue Georgi Zhúkov, de la Unión Soviética.

Cuenta que Keitel entró en la sala con aire marcial, taconeó fuerte e intentó hacer un discurso. Zhukov no se lo permitió.

"¡Firme!", le dijo, alargándole el acta e indicándole pluma y tintero.

Keitel levantó el bastón de mando en señal de saludo, firmó y se marchó. Al cruzar el umbral, un sargento soviético recibió el bastón y le arrancó las charreteras.

Al final hubo un banquete bien servido y regado. Los alemanes comieron en un local aparte. Al momento de los postres se les anunció que estaban arrestados.

Para dar la noticia, la radio alemana consumió un minuto y diez segundos. Churchill se asomó al balcón de Whitehall y habló dos minutos y 15 segundos. En París, De Gaulle fue todavía más lacónico: "La guerra esta ganada". Truman no quiso hablar porque "si bien la libertad había llegado a Europa, en Asía todavía se combatía". Stalin declaró: "La ceremonia es en Berlín y allí es donde se hacen los discursos".

Aquella fue la primera guerra en que murieron más civiles que militares y la única en que se planteó el exterminio de pueblos enteros: judíos, gitanos y eslavos; también la primera en que quienes la provocaron fueron juzgados y condenados. Por única vez en la historia, la promoción de la guerra fue considerada un delito y una ideología: el fascismo, fue puesta fuera de la ley.

La guerra, que duró cinco años y medio, les costó la vida a 55 millones de personas. La Unión Soviética, Alemania y Polonia fueron los países más desvastados. La Unión Soviética el que más vidas aportó y Estados Unidos el que gastó más dinero.

En varios países de Europa, el fin de la guerra se celebra el día 7 de mayo. Los alemanes y los norteamericanos lo conmemoran el 8 y los rusos el 9. En realidad la matanza continuó. Todavía faltaban los capítulos de Hiroshima y Nagasaki. Finalmente, el 2 de Septiembre de 1945, la pesadilla terminó. Pero aún los pueblos esperan por la paz.


Compartir

Jorge Gómez Barata

Profesor, investigador y periodista cubano, autor de numerosos estudios sobre EEUU. y especializado en temas de política internacional.


Deja tu comentario

Condición de protección de datos