Seguidor de las doctrinas de “San Carlos”, como llamaba a Carlos Marx con la más marxista irreverencia, Ernesto Che Guevara concedió una importancia especial a la economía, como base de la construcción de una nueva sociedad.
Desde joven el argentino se había acercado no sólo a la obra del barbudo filósofo de Treveris, sino también a la de Federico Engels y Vladimir Ilich Lenin con la lectura febril de textos de ambos pensadores, pero sin caer en la trampa de la aceptación acrítica.
Fue aquel un desprejuiciado acercamiento que le permitió elaborar un cuerpo teórico propio para sentar las bases de lo que sería el Sistema Presupuestario de Financiamiento, el experimento económico que aplicó después en Cuba desde su cargo de ministro de Industrias, a partir de 1960.
El largo estudio del marxismo le allanó el camino para llevar a la práctica las ideas sobre la construcción del socialismo, un acto colosal que veía como “un fenómeno de producción, organización y conciencia”.
Para el Che, “el socialismo es un fenómeno económico y también un fenómeno de conciencia, pero debe realizarse sobre la base de la producción. Sin una producción importante no hay socialismo”, y en ese criterio basó toda su concepción de la economía.
Sin prejuicios, el Comandante Guevara retomó una idea leninista, la filtró por el alambique revolucionario de una nueva experiencia histórica e impulsó el trabajo voluntario, algo inédito en este lado del mundo.
Sin embargo, el argentino tenía claro que ese novedoso y altruista movimiento no podía sustituir a la productividad del trabajo, categoría que defendió en la teoría y la práctica.
“Todo se reduce a un denominador común en cualquiera de las formas en que se analice: al aumento de la productividad del trabajo, base fundamental de la construcción del socialismo y premisa indispensable para el comunismo”, decía el Che en un texto ya clásico, El Socialismo y el hombre en Cuba.
Hoy el país vive un proceso de actualización del modelo económico que, lejos de lo que algunos pueden creer, ratifica la doctrina guevarista de la necesidad de aumentar la productividad y de convertir el trabajo en la primera necesidad del ser humano.
Ya Raúl ha pedido desterrar la idea de que Cuba es el único país del mundo donde se puede vivir sin trabajar y esa afirmación está perfectamente alineada con el pensamiento económico del Che.
Como Raúl ahora, el argentino abogó por desarrollar una nueva actitud ante el trabajo, el cual, dijo, debe ser una necesidad moral.
“Productividad, más producción y conciencia, esa es la síntesis sobre la que se puede formar la sociedad nueva”, aseguró el Che hace casi medio siglo y esa fórmula parece marcar ahora el rumbo de la nación, empeñada en salir de un complicado atolladero económico.
Los Lineamientos, aprobados hace ya un año por el VI Congreso del Partido, son una hoja de ruta hacia el futuro que transita por el camino de la elevación de la productividad y la recolocación del trabajo honesto como incentivo y fuente de bienestar personal.
Hace unos meses, al concluir una sesión de la Asamblea Nacional, Raúl insistía con la frase, “Y ahora a trabajar”, una exhortación simple pero que encierra toda la filosofía y la estrategia gubernamentales en un momento en que la nación se juega la supervivencia económica y por ende la sobrevida política.
Todo lo que hoy se hace en la actualidad en el país, donde el trabajo trata de volver a ser el centro de la vida nacional, está indisolublemente emparentado con el pensamiento económico del Che, un hombre que trató de transformar al país también desde la teoría y esa fue la fórmula que dejó para la Cuba de hoy.
Raymond Muller
18/6/12 16:18
El pensamiento económico de Ernesto Che Guevara es, sin lugar a la menor duda, indispensable y necesario para construir una sociedad socialista como la cubana. Asesinado hace 45 años, su pensamiento hubiera debido desde entonces seguir siendo materia de inspiración fundamental no solamente para el gobierno cubano, sino también para el ejército de economistas agrupados en la conocida Asociación nacional de Economistas de Cuba, y de directores y administradores de empresas productivas que existen en Cuba. Sin embargo, al periódico Granma, del viernes pasado 15 de junio, no le ha quedado más remedio que publicar el articulo Incumplimientos en cobros y pagos Lo más peligroso es lo que no se ve ORTELIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ Reuniones van y reuniones vienen, avisos, advertencias... ¿El tema? Una y otra vez la cadena de impagos, y nada ha podido, hasta ahora, acabar con este laberinto de relaciones imprecisas donde el dinero siempre anda en la cuenta de otra entidad. Al menos eso sucede en la provincia de Ciego de Ávila, panorama que no difiere mucho del resto de la nación. (…) Sigue en: http://www.granma.cubaweb.cu/2012/06/15/nacional/artic01.html ¡Elocuente y contundente tanto, que el Che debe haberse removido largamente en su tumba!
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