sábado, 27 de abril de 2024

Entre el cielo y el infierno

En el programa de materiales locales de la construcción que atañe a municipios y zonas apartadas del país, resulta esencial el papel rector de los gobiernos locales y provinciales..

Melbys Nicola en Clases de Periodismo 17/11/2012
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Materiales de construcción
Materiales de construcción

Si bien las particulares condiciones económicas de Cuba, asediada por un bloqueo agravante y tenaz han influido en todas las ramas sociales e infraestructurales del país, entre los espacios más dañados la construcción y sus recursos. Dificultad  en el acceso a los materiales y la tecnología, carencia de presupuestos para paliar las consecuencias y por consiguiente un deterioro marcado del parque habitacional de la Isla, son las principales de dicha situación.

Con una industria considerablemente deprimida en comparación con la altísima demanda nacional existente hoy en día y los elevados costos de producción e importación, toda alternativa es muy valiosa para los especialistas de las entidades involucradas. En especial para el Ministerio de la Construcción, la búsqueda de soluciones que minimicen dichas carestías y devengan sustento importante sin disminuir la calidad, es uno de sus principales objetivos.

En este ámbito la avanzada que lleva el Gobierno cubano por la producción de materiales locales va cobrando cada vez más relevancia: Cuba apuesta por el desarrollo de esta alternativa como única forma de solucionar en menos tiempo las necesidades acumuladas en el sector.

En el programa, que atañe a municipios y zonas apartadas del país, resulta esencial el papel organizativo y rector de los gobiernos locales y provinciales. Con el beneficio de poder disminuir costos, sustituir importaciones e incluso la capacidad de generar confecciones de alta calidad como sucede con los mosaicos coloniales, constituye esta una estrategia válida en los días que corren, sobre todo en el Oriente de la Isla, recientemente azotado por el huracán Sandy que provocó innumerables daños.

RADIOGRAFÍA DE UN PROCESO

A partir del quehacer del Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDEM) de la Universidad Central de Villa Clara se amplificó el conocimiento sobre este programa llevándolo a gran escala mediante un sistema de trabajo denominado ABeCé.

Refieren los expertos que el programa tiene como referencia la agricultura urbana. Así, cuenta con 21 subprogramas, 10 de los cuales se especializan en producción y que aúnan a los yacimientos con los saberes tradicionales y artesanales, pues es primario el conocimiento práctico y la inventiva de las personas, especialmente si ya tienen experiencia en estas labores.

De acuerdo con las fuentes consultadas el ABeCé fue implantado en el cuarto trimestre de 2011 con la participación de los presidentes de los Consejos de la Administración municipales (CAM) y provinciales y los representantes de los organismos vinculados de algún modo como los ministerios de Transporte, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente.

Fundamentalmente a partir de 2009 el Gobierno cubano retoma y enfatiza la urgencia de fabricar materiales alternativos usando para ello materias primas locales y desechos industriales, gestión dirigida a aliviar el problema de la vivienda y a permitir que la gran industria se centre en grandes planes de desarrollo de la Isla.

Básica para el desempeño del ABeCé es la ejecución efectiva del sistema de trabajo, la mano de obra y las materias primas. En este sentido hoy se trabaja con tres fuentes principales: yacimientos de calizas, arenas, arcillas y zeolitas para garantizar los elementos de piso, pared, y áridos de modo general. Asimismo, se incluyen los componentes reciclados y los desechos industriales y finalmente los que provienen del balance nacional, es decir cemento y acero.

Entre los elementos obtenidos por este concepto destacan la piedra, arena, bloques, ladrillos, baldosas, mosaicos y la cal para la cual hay un proyecto de expansión mucho más amplio, incluyéndola como extensor de cemento y para la confección de morteros especiales y pinturas.

No obstante, la autonomía en la producción local de materiales la definen los áridos y elementos de pared, piso y cubierta, que constituyen casi 84 % de la vivienda. La posibilidad de trasladarlos desde cortas distancias significa un ahorro considerable de portadores energéticos, subraya Tomás Vázquez Enríquez, jefe del Grupo Nacional encargado del control, planificación y evaluación vinculadas al programa de desarrollo local, adscrito al Ministerio de la Construcción (Micons).

Del lado de los productores las principales solicitudes son un mercado estable a partir de contratos con el Estado; una legalización en cuanto a la fuente de materia prima, incluida la leña, y que se establezca un mercado mayorista para adquirir insumos necesarios para sus producciones, tales como vagones, palas, pigmentos, piedras abrasivas y cemento, entre otros.

El equipo de especialistas, el movimiento de innovadores y la inventiva popular componen y dan vida a la base tecnológica que demanda esta realización fabril, aun cuando se establecen nexos con industrias como la sideromecánica para producir moldes y equipos pesados. Sin embargo, ejemplos de reciclaje y adaptación de mecanismos ya dan notables resultados en diferentes regiones del país, en lo respectivo a áridos, alfarería y confección de mosaicos.

Esta proyección, enfocada hacia la solución de las necesidades constructivas desde las propias localidades, forma parte de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución emanados de su VI Congreso y orientados a satisfacer, con calidad, las necesidades para la construcción, conservación y rehabilitación de viviendas.

INFORMACIÓN ES PODER

En la exploración de soluciones concretas que devengan alternativas para la entrega de materiales de la construcción de amplia demanda, diversas entidades han desempeñado un papel fundamental. Decisivo en esta labor ha sido sin duda el Centro Técnico para el Desarrollo de los Materiales de Construcción (CTDMC).

Aliado importantísimo de plan para ventas locales, el CTDMC lidera investigaciones de gran impacto en el uso de recursos de menores costos, tal como ejemplifica Enrique I. Baluja Flores, director general de la entidad: el empleo de fibras vegetales para la elaboración de materiales como bloques y paneles aligerados, el uso de puzolanas naturales en la fabricación de cementos mezclados y otros aglomerantes, la elaboración de cemento romano y del impermeabilizante cementoso D-10, además de estudios dirigidos a sustituir la arena de mar por polvo de piedra caliza de cantera, en la obtención de morteros de terminación y para el empleo de los restos de la fundición en la producción de materiales de la construcción.

Igualmente, la asesoría técnica, realización de producciones experimentales junto a los territorios, y la elaboración de documentos normativos, regulaciones de la construcción y manuales de buenas prácticas son parte de la relevante labor que desempeña el Centro Técnico. Se suman, por supuesto, la capacitación y adiestramiento.

Especial atención merecen en este entramado el estudio y puesta a disposición de las materias primas derivadas de desechos tanto industriales como provenientes de demoliciones. También se trabaja con gran ahínco en respuestas para la cerámica roja, así como en normativas que garanticen la calidad.

Por su parte, el Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDEM), es pionero en los estudios para aunar economía y ecología potenciando para ello las materias primas locales (más baratas e  independientes de importaciones); la baja inversión (gracias a mejores condiciones de financiamiento); el trabajo a pequeña escala (en especial para áreas rurales); la creciente fuente de empleos que representa y los bajos costos que, sin demeritar la calidad, ofrecen la posibilidad de precios más cómodos.

Entre las principales razones que esgrimen los especialistas para impulsar este modo productivo destacan el ahorro de recursos materiales, la preservación del medioambiente y las soluciones de viviendas resistentes en caso de desastres naturales. A partir de ello, su labor investigativa se concentra en generar tecnología destinada a este programa, siguiendo rigurosamente un esquema de innovación, desarrollo e implementación.

A partir de este modus operandi se han obtenido productos variados que ya benefician diferentes regiones del país. De acuerdo con los especialistas pueden enumerarse las tejas de microconcreto, consideradas, a pesar de tener críticos y detractores, como una de las mejores y más económicas soluciones de techo disponibles hoy en Cuba, además de muy resistentes a vientos huracanados. Se suman los cementos puzolánicos ternarios, que pueden sustituir hasta 60 % de clinker, y ser aplicado de forma masiva, además de tener resistencia superior y menores costos.

Producción y remolido local de áridos, briquetas de biomasa y/o aserrín reciclado, quema de ladrillos rojos, paneles de ferrocemento y prefabricados del sistema SERF, son otros recursos, incluso muy efectivos ante la contingencia de un desastre y la necesidad de dar alberge a muchas personas.

Juan de las Cuevas, doctor en Ciencias Técnicas, asesor del Grupo Nacional puntualiza el origen de esta nueva vanguardia que privilegia los materiales alternativos: el lineamiento 293, del VI Congreso del PCC consigna que "deberá prestarse especial atención al aseguramiento de los programas de viviendas a nivel municipal, a partir de las materias primas existentes en cada lugar y las tecnologías disponibles para fabricar los materiales necesarios".

Asentado en este punto el Micons creó la Dirección de Desarrollo de Producciones Locales, para rectorar un programa interdisciplinario y multisectorial. Se organizó pues el Grupo Nacional de las Producciones Locales que integra a todos los factores que intervienen activamente en el proyecto: CIDEM (MES); Cedel (Citma); Igp (Minbas); CTDMC e Inv (Micons) y un grupo de asesores y personal de la Dirección del ministerio rector.

Desde la luz de su experiencia cincuentenaria en el ramo Juan de las Cuevas destaca las principales características que debe poseer la producción local: "las más ventajosas son aquellas que utilizan desechos industriales como materias primas; que el yacimiento se encuentre a una distancia razonablemente económica, preferiblemente transportable con medios rudimentarios también constituye un aspecto esencial.

"Asimismo, un consumo mínimo de madera, cemento y acero, y a su vez de los portadores energéticos, junto con una fácil utilidad de estos implementos en obras, sin grandes requerimientos ni alta calificación de los operarios, los convierten en productos a considerar si de optimización se trata. Que sean ligeros, resistentes y duraderos serán por otro lado, características esenciales".

Luego del poderoso embate del huracán Sandy a las provincias orientales, mucho se hace y se coordina para minimizar los daños. Los análisis por parte de grupos dedicados al desarrollo de materiales locales tampoco se hacen esperar, y aunque las cifras aún no se completan, es sabido que sobre todo de los techos la cifra de daños asciende a más de 90%; se trata de cubiertas ligeras, que requieren solución inmediata.

Y subraya el experto: "Es necesario desarrollar una estrategia de producción local para construir viviendas resilientes -capaces de asimilar con el menor daño posible impactos y perturbaciones- que disminuyan el riesgo ante fenómenos meteorológicos.

"Se impone desarrollar urgentemente un plan para incrementar la estructura de edificaciones resistentes que permitan cubiertas sólidas. Para ello deben priorizarse la producción de áridos, paredes, pisos y cubiertas. Además, urge estudiar una estrategia preventiva para una situación similar en la Capital", remarcó.

EL PESO SOBRE LA ESPALDA

A pesar de las múltiples ventajas que se desprenden de este modo diferente de producción, que no por alternativo resulta menos favorable, aún los resultados están lejos de ser masivos, como tampoco lo es su apreciación, su repercusión.

J. Fernando Martirena, director de Investigación y Desarrollo de estructuras y materiales del CIDEM; explica: "es muy importante reconocer el verdadero valor de la producción a menor escala. Hemos logrado montar este modelo en 48 municipios. Lo imprescindible es que los gobiernos locales identifiquen esto como la solución de los problemas y no pensar que la solución tiene que venir de afuera.

"Los lineamientos 291 al 295, o sea producción descentralizada de materiales, utilización de materias primas o de recursos del municipio, priorización de la fuerza no estatal y del esfuerzo propio en la construcción de viviendas, resumen lo que hacemos como entidad .

"El CIDEM ha desarrollado toda una tecnología para implementar eso, y además durante estos últimos 15 años hemos montado con ayuda internacional proyectos que nos han permitido demostrar su efectividad.

"Los resultados demuestran que puede lograrse casi 70 % de la independencia municipal en la producción de materiales y en la solución del problema de la vivienda sin necesidad de ayuda externa", señala.

Activo participante del impulso constructivo a que está llamada la sociedad cubana desde sus propias capacidades, el organismo es proveedor de know-how y tecnología, avalada por una constante búsqueda de mejoras y soluciones.

"En tecnología trabajamos sobre todo en materiales como los cementos, ya sean los puzolánicos producidos a pequeña escala o el metacaolín que ya va a ser un programa nacional y que pueden bajarle el precio en 15 pesos en el mercado del Ministerio de Comercio Interior (Mincin) a la bolsa de cemento para la población.

"Técnicas para la producción de elementos prefabricados como bloques, adoquines, elementos de techo, o sea, todos los materiales que consisten en la llamada vivienda gris, incluido también el piso, forman parte de nuestras propuestas y son manufacturas que se comercializan en las redes locales de ventas del Mincin".

El sostenimiento de la calidad en productos que se confeccionan de modo artesanal, y a veces precario, es una preocupación constante de la población, a la postre el receptor final de esta industria -que atañe un tema tan sensible- porque, además puede comprometer la seguridad de su vivienda y, por supuesto, de su vida. Con respecto a este punto concluye el especialista:

"Hay una cosa que es clara, el pueblo es sabio. Las personas vinculan estos productos con mala calidad porque en años anteriores, cuando se intentó implementar algo semejante hubo mucha indisciplina tecnológica en la conformación, la selección de la materia prima y en su certificación.

"De hacerse correctamente, en los materiales producidos en la localidad la única diferencia con los tradicionales es que las distancias de movimiento y transporte se minimizan mucho, pero de las materias primas se dispone en la localidad. La calidad en las normas y requisitos técnicos tienen que ser los mismos que los de los materiales industriales que se comercializan o producen a nivel industrial. Esa debe ser la fortaleza y en ese sentido nos enfocamos como entidad y como país".


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Melbys Nicola


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