viernes, 19 de abril de 2024

Toma chocolate…y paga los créditos

Los nuevos créditos bancarios, que tienen un sentido comercial y por tanto ciertos niveles de interés, deben ser pagados puntualmente por sus beneficiarios…

Raúl Menchaca López en Exclusivo 03/02/2012
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Amante del chocolate espeso y caliente, Omara González siempre soñó con reparar su vetusta casona del Vedado habanero, una vivienda que adquirieron sus abuelos hace casi 80 años y que ha sufrido los lógicos embates del tiempo sin recibir un arreglo profundo.

La actual propietaria, una mujer acostumbrada a “meterle el pecho a la vida”, es una de las más de tres mil solicitantes de créditos amparados por el Decreto Ley 289, y otras tres resoluciones del Banco Central de Cuba (BCC), que entraron el vigor el 20 de diciembre último y que favorecen a cuentapropistas, pequeños agricultores y personas interesadas en reparar o construir casas.

Más adelante, en la medida en que las condiciones del país lo permitan, los préstamos bancarios se ampliarán a aquellos que desean adquirir bienes para la propiedad personal o satisfacer otras necesidades.

Los préstamos actuales son concedidos en casi un millar de sucursales de los Bancos Metropolitano, de Ahorro, y de Créditos y Comercio, entidades que para el otorgamiento tienen en cuenta la actividad económica del solicitante, el mérito de la operación y la factibilidad del negocio.

Como un mercado mayorista que llegará en su momento, los créditos son mecanismos reclamados sobre todo por el emergente sector de los cuentapropistas que necesitan tener la garantía de un apoyo financiero.

Contar con un capital a préstamo para reparaciones, ampliaciones o simplemente obtener nuevas materias primas, es una innegable necesidad en la realidad cotidiana de los más de 357 mil cubanos que hoy impulsan emprendimientos privados.

Por supuesto que la nueva política crediticia que se aplica tiene diferencias con la que hasta ahora conocemos, pues en los últimos tiempos la banca nacional sólo ha ofrecido muchos créditos de carácter social, que son los que han servido para el pago de los miles de equipos electrodomésticos que conformaron años atrás la Revolución Energética.

Sin embargo, los nuevos préstamos tienen un matiz más comercial, es decir, las instituciones bancarias se reservan el derecho de otorgarlo o no, en dependencia de las posibilidades de devolución del solicitante.

También se encargan de fiscalizar el uso correcto de los fondos requeridos, algo que constituye una práctica internacionalmente aceptada, pues como los bancos son los que prestan el dinero, tienen todo el derecho del mundo a controlar que se emplee en los fines solicitados.

Por otra parte, ese financiamiento tiene un lógico nivel de intereses, conocido entre los expertos como tasas activas, que son las que garantizan el margen comercial de las entidades bancarias y que prácticamente habían desaparecido de la actividad comercial cubana.

De acuerdo al tipo de crédito solicitado, el interés fluctúa desde un mínimo de 2,25 por ciento, para la compra de materiales o el pago de la mano de obra en la construcción, hasta un máximo de 9 por ciento, en el caso del pedido para capital de trabajo o inversión.

Los porcientos de interés de los créditos destinados a la construcción y reparación de viviendas son los más bajos de todos, algo que demuestra que a pesar del sentido comercial del préstamo, hay una postura racional ante uno de los más urgentes y graves problemas del país.

Esa es otra evidencia de que el profundo proceso de cambios que vive la sociedad, cuyo objetivo no es otro que diseñar una economía eficiente y sustentable, tiene grandes diferencias con los programas de ajuste neoliberales, porque en Cuba lo más importante es que el hombre está en el centro de la transformación.

Otra vez se manifiesta la capacidad de adaptación táctica en correspondencia con el estratégico fin de perfeccionar el socialismo cubano y de eliminar los pedruscos que aparecen en el camino y entorpecen el avance.

La entrega de los nuevos préstamos bancarios, viejo reclamo de los cuentapropistas, ayudará también a enfrentar el déficit habitacional y resolverá problemas como el de Omara, quien ya sabe que si se le otorgan podrá seguir tomando chocolate, pero siempre pagando sus créditos.

Tasas activas para las personas naturales y Jurídicas (Pesos cubanos)

Tabla Merchaca


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Raúl Menchaca López


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