Yaimé, en extremis, mantiene el título del disco en casa

Hemos aprendido el nombre de Andressa Oliveira De Morais. Es la brasileña que mantuvo a Cuba en vilo hasta el final de una competencia de lanzamiento de disco entre las damas que -por poquito- nos deja vestidos y sin bailar.

Pasa porque De Morais se apareció en Lima con el mejor disparo de su vida y mandó el disco hasta 65.98 metros, mientras sus rivales, incluyendo a las nuestras archifavoritas representantes, no alcanzaban a mostrar sus verdaderas potencialidades.

Y fue así que estuvimos todos sufriendo con aquellos discos que no volaban, aupados por una técnica cargada de deficiencias y rostros tan tensos que nos convidaban a claudicar.

Denia Caballero, la campeona defensora, no lograba enfilar disparos superiores al 60.46 metros de su primer intento y Yaimé, la mejor del mundo en el año en curso, aunque mejoraba: 63.88, 64.65 y 64.15, no conseguía desbalancear a Andressa, firme en la cima de la clasificación.

En esas condiciones llegamos a la sexta ronda. Denia no pudo consigo misma, y consciente de la insuficiencia de su disparo final lo invalidó, como hizo con casi todos los otros. Terminaba cuarta, un lugar y sobre todo, un concurso que, de ninguna manera, puede considerarse favorable. Las manos en su cabeza y las lágrimas profanando su rostro son una prueba irrefutable de la bronca que lleva por dentro al no conseguir un resultado acorde a su jerarquía y nivel actual.

Su entrenador Raúl Calderón tampoco escondió el desconcierto: “Estaba bien, los parámetros con los que llegamos aquí eran increíbles. Hay un frío que no merma, pero la ansiedad fue su principal enemigo hoy. No puedo decirte mucho más; lo analizaremos mejor mañana porque ella está desconsolada y yo también. Es la primera vez que nos pasa algo así, pero te puedo asegurar que ahora solo queda trabajar por el próximo objetivo, el mundial” – sentenció en sincera charla con esta redactora minutos después del desenlace de esta prueba.

Este 6 de agosto era el día del disco. Había que ponerlo en órbita de alguna manera, porque en ello nos iba parte de la vida, y una primera medalla de oro para Cuba en el atletismo panamericano que tenía que llegar, sí o sí.

Tocó el turno a Yaimé Pérez. Le quedaba una bala; todo o nada. Porque la plata en este caso no significaba mucho. El disco era para Cuba la opción más segura de subir a lo más alto del podio.

Una campeona de estirpe mambisa. Récord Panamericano. Felicitaciones pic.twitter.com/eWLQgrVsgn

— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) August 7, 2019

En tanto imaginábamos que si se podía, Yaimé soltó el disco y le gritó un poco. Ella no es demasiado expresiva, de ahí que su grito, aunque pequeño, era sinónimo de que el implemento llevaba fuerza. Y el disco voló, y los 66.58 metros de la medición anunciaron que sí escucharíamos en La Videna, las notas de la otrora Bayamesa. Nos volvió el alma al cuerpo.

El esfuerzo final infructuoso de De Morais confirmaron la presea de oro para esa santiaguera, de Songo La Maya, que vaya usted a saber por qué todos llaman La Rusa.

Un disparo que vale oro, no solo porque le haya dado el titulo sino porque supone su consagración. Desterrando los fantasmas de las tantas veces que su psiquis la dejó fuera de podios y lejos de sus mejores resultados a la hora buena.

El resultado confirmó que es otra atleta. Que la temporada de 2018, donde ganó la Liga de Diamantes, la Copa Continental y el titulo centroamericano en Barranquilla, marcó un punto de inflexión en su carrera.

Quede claro que una sucesión lógica de todos los acontecimientos nos habría ahorrado el sobresalto. Los panamericanos eran, aun contando con la revelación de De Morais, un asunto de puro trámite para las nuestras pues para superar su marca de esta noche, las contaban con armas suficientes y un arsenal de al menos 11 disparos oficiales superiores a esos 65.98 que son historia. No fue una buena noche, aunque las emociones se encargarán de dejar el análisis técnico o táctico en un segundo plano. A fin de cuentas, el oro viene para Cuba y se ha ganado a la vieja usanza.

Como Hilda Elisa Ramos – entrenadora de Yaimé- todos estamos felices. Se ganó la primera medalla del atletismo cubano, y se ganó sacando la estirpe de Mariana Grajales. “Tengo una felicidad que no me cabe en el pecho. En el último tiro, con el último lanzamiento se ganó la medalla que no hacía falta” – significó la recordista nacional para esta prueba.

El bronce se lo colgó otra brasileña; Fernanda Borges con 62.23 metros. Detrás de esta escalada del gigante sudamericano en pruebas de lanzamiento anda la mano de un cubano: Justo Navarro, padre acá, de los mejores resultados históricos de la impulsión de la bala entre las damas.

El disparo de oro constituye nuevo récord de los juegos, desbancando a Yarelis Barrios que reinaba desde Guadalajara con el envío de 66.40 metros que le aseguró la victoria en 2011.

Era una jornada para sumar -título- y esa fue la mayor expectativa, aunque los cubanos fueron protagonistas de otras noticias de interés como la clasificación de Zuriam Hechavarría a la final de los 400 metros con vallas, con 55 segundos, lo mejor de su vida y el tiempo más destacado de la ronda semifinal. Su compañero de entrenamiento y especialidad, Leandro Zamora, también avanzó a la final, aupado por un crono de 50.31 segundos, cuarto entre los ocho que disputarán las medallas.

En la disputa de preseas se incluyó Rose Mary Almanza, ganadora de su serie semifinal con 2:05.25 minutos. Mientras que su principal rival, la jamaicana Natoya Goule (2:02.68) también accedió a la fase decisiva con tranquilidad.

La heptatleta Adriana Rodríguez dejó buenas sensaciones con su presencia en la final del salto de longitud. Se ubicó sexta con 6.49 metros, pero se le vio con la capacidad de superarse ante la adversidad, pegando sus mejores estirones de la jornada para salir de situaciones difíciles.

Rodríguez comenzará su bregar en el heptatlón este martes y de cierta manera sorprendió su presencia en este evento ya que se había dicho que no tomaría parte debido a la cercanía en el calendario de ambas pruebas.

Jorge Fernández fue cuarto en el disco con disparo de 64.24 (63.21, 64.24, 63.73, 63.58, 62.42 y 62.33). El jamaicano Traves Smikle (65.02) y el estadounidense Reginald Jagers III (64.48), escoltaron al también jamaiquino Fedrick Dacres.

Dacres hizo su trabajo con comodidad y sostuvo su título con un envío de 67.48 metros que le vale para convertirse en el nuevo recordista de los juegos. Atrás quedó el primado de 67.32 metros que mantuvo el cubano Luis Mariano Delis desde el año 1983.

Reynier Mena quedó sexto en su serie de 100 metros, con tiempo de 10.43 segundos que no le alcanzó para avanzar en una ronda semifinal donde el brasileño Rodrigo Pereira Do Nascimento produjo el crono más destacado al detener los relojes en 10.27 segundos.

“No estoy conforme con la carrera. Me sentía bien pero lamentablemente no salió como esperaba.
El frío me afectó bastante, no es una pista rápida pero no pongo nada de esto por delante como justificación.
Simplemente salió mal está presentación pero no me queda otra cosa que seguir adelante. A darlo todo en los 200 y con el relevo" - Dijo a Deporcuba Mena, de quien se esperaba un rendimiento superior de acuerdo a lo que había estado haciendo en la temporada.

Su compañero Harlyn Pérez fue descalificado por arrancar en falso, mientras que entre las damas, Yunisleidys de la Caridad García corrió 11.66 segundos, fue cuarta en su heat semifinal, quedando sin opciones de avanzar a una final que era utópica.

Dailin Belmonte finalizó en el puesto 13 de la prueba de 10 mil metros. Su crono de 35:01.01 minutos es su major marca de la temporada en esta prueba que no es habitual para ella. La canadiense Natasha Wodack, 31:55.17, se llevó el título, con récord panamericano incluido.

Al cierre del primer día del decatlón, los canadienses Damian Warner (4499) y Pierce Lepage (4418) dominan la clasificación tal y como se esperaba. Los cubanos Briander Rivero y Leonel Suárez aparecen ubicados octavo y noveno con  3860 y 3854, respectivamente.

Este miércoles habrá otra larga jornada atlética en la que Cuba aparece con de podio en los 800m con Rose Mary Almanza y en el salto de longitud con Juan Miguel Echevarría, cuya candidatura se afianza al conocerse que el estadounidense, campeón olímpico de Rio 2016, Jeff Henderson no competirá. Las ausencias amenazan con ganar protagonismo pues también se ha anunciado la retirada de Caterine Ibargüen de la final del salto triple por lesión.