Nunca antes las ligas asiáticas de béisbol habían tenido tanta repercusión mediática en Cuba. De no haber sido por la COVID-19, ahora, en el escenario más optimista estuviéramos hablando de las opciones de la selección en los Juegos Olímpicos, y en el otro, sin tique para Tokio, la Serie Nacional apenas dejaría espacio y tiempo para algunas notas sobresalientes del Lejano Oriente.
Y hay otra razón para estirar los ojos hasta aquellos circuitos: se estudian opciones para que el equipo Cuba se nutra también de jugadores profesionales que no tienen fichajes al amparo de la Federación Cubana de Béisbol (FCB).
Confirmado que no hay temporada este año de la liga de verano en México, donde participan cerca de una veintena de peloteros cubanos, el seguimiento a los cubanos al otro lado del Pacífico cobra más interés.
En Japón, único circuito asiático con vínculos contractuales con la FCB, el hermetismo del zurdo Liván Moinelo duró hasta el domingo 19 de julio, cuando le pudieron marcar las primeras dos carreras, ambas limpias, luego de 13 salidas.
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El brujo de Vueltabajo es líder en hold (puntos por aguantar ventajas antes del cerrador) en la liga del Pacífico con 11 y con 22 ponches en 13 entradas está cerca del quinteto de abridores que encabezan esa estadística, todos ellos, obvio, con más del doble de sus innings trabajados.
Sin verlo lanzar, nadie imagina que ese muchachito medio flaco y chiquito suelta pelotas por encima de las 94 millas, que mezcla con una curva alérgica a los bates. Apenas le han pegado siete hits y le ha aportado un salvamento a los Halcones de SoftBank, que deben estar rezando porque se incorporen rápido Alfredo Despaigne y Yurisbel Gracial, para ver si estabilizan sus resultados. Antes de pisar un terreno, ambos deben cumplir por lo menos 14 días de aislamiento, según las normas sanitarias del campeonato.
Si Pinar del Río lograra avanzar a la postemporada este año, el rival que no tome ventaja en los dos primeros tercios de juego que se olvide de ganar. Porque no solo es Moinelo, súmele también a Raidel Martínez, que va protagonizando su mejor campaña en el bullpen de los Dragones de Chunichi.
Más grande y corpulento que su comprovinciano, Raidel también supera las 94 millas y, aunque poncha menos, solo le han pisado una vez la goma en 10 capítulos. Archiva un triunfo, dos tapones y cinco holds, y todo apunta a que esta será la temporada en que confirme sus potencialidades.
En un futuro equipo Cuba, integrado por jugadores de varias ligas, encajarían a la perfección Dayan Viciedo y Leonys Martín, ambos recalaron en Japón tras quedar agentes libres en MLB.
Viciedo es el cuarto madero de los Dragones y cumple con las responsabilidades de ese turno; es colíder en jonrones (9) y tercero en empujadas (24) en su circuito y tiene además cinco dobletes entres sus 34 imparables. Leonys, de su misma provincia de origen, Villa Clara, ha sacudido cinco bambinazos con cuatro tubeyes entre 24 hits en 88 veces al bate.
Y como ofensiva es lo que más necesita la selección nacional, según sus últimos resultados en eventos internacionales, el matancero José Miguel Fernández sería una adquisición de lujo.
En la temporada de 2019 quemó el bate en la liga coreana y este año está confirmando sus herramientas en ese circuito. Terminó el domingo a un hit del centenar, puntero, máximo anotador (58), y ojo, primero en porcentaje de embasado (.441) y segundo en average (.378). Como segundo en el lineup de los Osos de Doosan, no lo puede estar haciendo mejor.
No son los únicos jugando por aquellos lares, pero sí los que más han impresionado. Ariel Miranda, fichado en la liga de Taipéi de China, podría ganarse un puesto en la hipotética rotación insular, pues es el segundo hombre que más poncha (93 en 85.1) y zurdos con sus herramientas no abundan aquí.
QUIEREN JUGAR EN CUBA, PERO…
Aún no se han concentrado la preselecciones para la Serie 60 y ya hay unas cuantas noticias calientes. Se sabe, de antemano, que será un inicio como hacía años no se daba. Con varios jugadores que no podrán desempeñarse en el extranjero por la pandemia, sus equipos se verán más fortalecidos, dígase Granma, Industriales, Las Tunas, Matanzas...
Sin embargo, hay un tema cobrando fuerza. Se sabe que los emigrados que quieran jugar en series nacionales deben repatriarse, tener en regla sus papeles migratorios y solicitar los permisos a la dirección nacional de béisbol.
Ese ha sido el camino transitado por varios, entre ellos Erisbel Arruebarrena, paracortos de Grandes Ligas que se coronó en la más reciente temporada cubana con los Cocodrilos de Matanzas.
Algunos están en proceso, o lo terminaron, como es el caso del también matancero Yadir Drake. ¡Tremenda banda que están armando los Rojos de Armando Ferrer para buscar el bicampeonato!
Sin embargo, en los últimos días jugadores cubanos que se desempeñan en circuitos mexicanos han mostrado intenciones de participar en la próxima Serie Nacional, pero lo más probable es que sus papeles, los que les exigen las autoridades deportivas, no estén a tiempo en regla y sus aspiraciones no se logren, en gran medida por los atrasos o paralización de los procesos de repatriación debido a la pandemia de la COVID-19.
Sugiero que excepcionalmente, como se ha hecho con otros trámites migratorios, les permitan jugar a la par que inician o continúan sus procesos. Sería una buena oportunidad para que cumplan sus sueños de volver a ser aplaudidos por su público cubano y de que sean vistos, además, por la dirección técnica nacional, si en definitiva se concreta el proyecto de un equipo Cuba que no sea exclusivo para peloteros radicados aquí.
Gana el béisbol, gana la afición y gana Cuba abriéndoles las puertas a sus hijos.
Pepe
26/7/20 15:41
Está claro que la SN precisa de elevar su calidad, y una causa de mucho peso en esa merma ha sido la emigración de peloteros buscando una mejoría económica, una SN que oficialmente permite a sus mejores talentos hacer temporada en Asia, México o Canadá no puede ser de gran nivel, y como no permite patrocinadores y solo depende de un limitado presupuesto estatal, no puede pagar a sus jugadores nada comparado con cualquier liga profesional por modesta que esta sea. Entonces cómo darnos el lujo de trabar, o rechazar peloteros de buen oficio que desean representar a una provincia, el estatus migratorio no debiera ser una razón para decirle no a un deportista, lo que queremos es ver buen béisbol... no pedirles el carnet.
Marcelo ElProfe
22/7/20 15:21
Mis saludos.
Un artículo muy valiente. Me ha gustado mucho. Creo que esa tarea la tenemos pendiente. Darle cabida en nuestras series nacionales a muchos peloteros que quieren participar. Voy a reblogear el artículo en mi pagina (elpalcodelahistoria) para que llegue a un mayor número de seguidores de nuestro béisbol y a algunos decisores que nos visitan de vez en cuando
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