Serie Nacional 60: Cuñas del mismo palo

Los aficionados de Cienfuegos andan con la más extraña mezcla de amor y odio por un trío de jugadores a los que antaño aplaudió con delirio y ahora, desde el bando opuesto, frustró en medio juego lo que iba siendo una tarde de viernes exitosa para la manada de Elefantes de la pelota cubana.

Juan Miguel Vázquez y Erisbel Arruebarrena remolcaron tres carreras cada uno, dos tercios de todas las anotadas por el equipo de Matanzas en el primer partido entre ambos en la fase de cuartos de final, y para colmo de frustración en la Perla del Sur, su antaño pitcher de cabecera, Noelvis Entenza, les sacó seis outs y se apuntó el juego salvado.

El paracortos Arruebarrena, impreciso con el guante y en los tiros a la inicial, sepultó las suspicacias en el banco de los vigentes campeones con un soberbio palazo por el bosque izquierdo que empujó tres carreras, las necesarias para igualar el marcador a seis carreras y dar un giro definitivo en el rumbo del choque en la parta baja del quinto tramo.

Los sureños habían dominado la primera mitad del duelo, aprovechando los errores de la mejor defensa de la temporada y una apertura no tan hermética del zurdo Yoenni Yera, su primera actuación tras cumplir el contrato en la Liga Arco del Pacífico mexicano.

Con el exceso de trabajo de Yasmani Insua en el tercio inicial y las deudas de entrenamiento tras más de un mes sin lanzar en juegos oficiales, era previsible que el alto mando de los Elefantes iba a acudir temprano a su bullpen. O dicho con más precisión, a Carlos Damián Ramírez, la mejor carta de su inseguro cuerpo de relevistas.

Carlos Damián subió al box con ventaja, pero cometió un error estratégico cuando le dio un boleto casi intencional a Yariel Duque para enfrentar a un ex-compañero de equipo y luego jugador de Grandes Ligas, Erisbel Arruebarrena, quien le leyó a la perfección la carta de pitcheo y de un swing acabó con las tres carreras que aún mantenían a los Elefantes delante en la pizarra.

Después de ese bambinazo, los Cocodrilos siguieron pisando la goma a cuenta gotas para irse encima y desmarcarse, mientras Yoanni Yera llegaba hasta el séptimo inning sin admitir más carreras y Entenza puso el tapón.

Del lado de los perdedores, el paracortos Luis Vicente Mateo se lució con el guante y con el madero ligó tres imparables en cinco viajes al plato, dos de ellos tubeyes, y empujó par de anotaciones. El más castigado fue el cuarto madero, Pavel Quesada, a quien Yera ponchó tres veces.

El juego dejó varias lecturas ajustadas a las predicciones de este duelo de cuartos de final:

Debe ser una serie muy ofensiva, si los campeones cuentan con una súper banda, el lineup de los sureños no es menos productivo.

El pitcheo de Matanzas es más sólido, aunque este viernes el mentor Armando Ferrer no dudó en utilizar al abridor del domingo como relevista.

Un pitcheo acostumbrado a regalar muchas bases por bolas, como fue el de Cienfuegos durante la temporada (390 BB, a razón de 5.65 por cada nueve innings), ve reducida sus posibilidades de éxito ante una artillería de largo metraje, que pega jonrones con gran frecuencia.

El descontrol de los lanzadores sureños dejó brechas aprovechadas por los campeones. Sucedió varias veces en el primer juego. En el cuarto episodio, tras hit de Duque, hubo boleto a Arruebarrena y después ambos entraron por cohete al medio de Vázquez; un inning después, con dos out, le dieron boleto a Duque y sobrevino el bambinazo de Arruebarrena; en el sexto, Eduardo Blanco y Ariel Sánchez llegaron caminando a la inicial y el primero de ellos anotó la séptima de su equipo; y por último, en el octavo tramo, Sánchez volvió a tomar un pasaporte gratis y terminó dándole la vuelta al cuadro.

Si no se revierten las tendencias, tampoco habrá sorpresas en el desenlace previsto por la mayoría. El domingo se jugará el segundo duelo con Entenza y Abel Campos como posibles abridores.