Play off: Cuatro equipos y un país

Si los últimos en clasificar a los play off —los villaclareños tras vencer a Holguín— serán los primeros, lo dirá el terreno de pelota. Si la inspiración de Matanzas llegará definitivamente hasta el trono, lo sabremos en menos de dos semanas. Si Pinar del Río huele a tabaco y a campeón, lo tendrán que confirmar en ocho victorias. Y si Industriales es el candidato al título de la mayoría, lo deberán acuñar sus jugadores con talento y maestría.

A partir de este jueves 27 de marzo no solo cuatro provincias estarán siguiendo los destinos finales de la 53 Serie Nacional de Béisbol, sino todo un país, a pesar del vacío oriental en el cuarteto de finalistas. Los aficionados acomodarán sus preferencias a partir de más o menos simpatía, de nombres de jugadores o mentores, o simplemente, de sistemas de juego e historias más recientes.

La cábala o maldición de que los monarcas anteriores no entraban en la ronda decisiva (venía sucediendo desde la edición 50 con Industriales, la 51 con Pinar del Río y la 52 con Ciego de Ávila) quedó desterrada por los villaclareños, apoyados en un coloso espirituano, Ismel Jiménez, quien pareció estar reivindicando con su éxito la injusticia de no haber aceptado la reclamación de Freddy Asiel Álvarez para lanzar en estos finales de campaña, tras los incidentes del pasado 17 de febrero.

De los cuatro aspirantes, tres ya experimentaron ser campeón. Por supuesto, los azules de la capital acumulan el mayor botín con 12 galardones; Villa Clara atesora cinco y los vueltabajeros —con el nombre de Pinar, sin sumar Vegueros—,  guardan tres en sus vitrinas. Solo Matanzas no tiene el título más cotizado del deporte cubano, aunque ganó dos veces con el nombre de Henequeneros en las temporadas 1989-1990 y 1990-1991.

La final del pasado año entre “cocodrilos” y “leopardos o azucareros” encontrará espacio ahora en semifinales. Si nos guiamos por estadísticas y rendimientos puros en esta Serie los muchachos de Víctor Mesa deben imponerse, sin embargo, la pelota nos ha dado muchas lecciones en cuanto a pronósticos desarmados por el juego alegre y sin complejos de una escuadra. Ejemplos sobran en épocas recientes con avileños y los propios naranjas en la pasada versión.

Entre pinareños e industrialistas tampoco hay claros ganadores, ni siquiera por una nariz. En la historia de enfrentamientos particulares, los pativerdes son los únicos que dominan a los azules, pero en esta temporada el balance favorece a los capitalinos 7-2. Parecería un duelo entre el mejor pitcheo de los más occidentales contra el bateo oportuno y ascendente de los giraldillos. La última imagen dejada en el Latinoamericano por el conjunto de Alfonso Urquiola abrió un adelanto de lo debe ser este Clásico: cerrado y peleado hasta el último out.

No obstante, como casi siempre obligan a los periodistas a dar un pronóstico, cual bola mágica que no tenemos, adelantaría una presumible final entre Matanzas-Industriales, a partir de la integralidad, la preparación física y el buen estado psicológico con que terminaron la segunda ronda clasificatoria. Cualquier otro match no sería sorpresa, aunque una adelanta eliminación de los yumurinos si daría titulares, pues hablamos del equipo más estable en los 87 juegos regulares.

Por supuesto, las tensiones que siempre ascienden en los play off no deben traducirse en indisciplinas, falta de rigor arbitral o pobre espectáculo en los cuatro estadios que acogerán estas fiestas. Más de seis millones lo deben seguir por la televisión o la radio, según confirmó recientemente el presidente del ICRT, Danilo Sirio; y más allá de la imagen que daremos también hacia el mundo, lo más importante está en hacer de estos play off un espacio cultural imprescindible en el que todos, todos ganemos.