Pedro Pablo Pileta es un personaje. Antes del juego entre Santiago de Cuba e Industriales se pasea por las gradas del estadio Latinoamericano en pose de desafío ante sus rivales históricos. El público se mete con él, Pileta les devuelve una sonrisa y continúa.
Hace el mismo recorrido a la inversa para palpar el ambiente. Se juega el clásico de la pelota cubana, y el Latino es diferente en esos días. Regresa al dogaut. Se enfunda su histórica chamarreta, baja a la grama y comienza su ardua tarea de cada día.
Pileta es más que el cargabates de Santiago de Cuba. Es un hombre historia en las series nacionales. Es un cubano carismático. Y habla como el santiaguero típico, ese que aspira algunas consonantes, pero que se expresa con el corazón.
Todavía luce fuerte a pesar de su edad, y del kilometraje en series nacionales. Pileta es la viva historia de Santiago de Cuba en la pelota cubana. Cuando se retire completamente de los estadios merecerá un reconocimiento de la misma magnitud que han tenido los grandes peloteros de la tierra caliente. Porque Pileta es más que el cargabates de Santiago de Cuba.
Pileta es más que el cargabates de Santiago de Cuba. (Duanys Hernandez Torres/Cubahora)
Quizás por eso Eriberto Rosales y los miembros del colectivo de dirección jocosamente se meten con él ante mi petición de entrevista. Pero, el hombre no le teme a los medios. Su espontaneidad brota con la sencillez de siempre. Acepta con mucha sinceridad el asalto de preguntas.
- Pileta, muchos aficionados se preguntan qué edad usted tiene y cuántas series nacionales a cuestas.
- Tengo 63 años y 44 series nacionales.
- ¿Cuál es el secreto para mantenerse tanto tiempo en un puesto tan subvalorado, pero muy importante dentro de un equipo de pelota?
- Gracias a los managers que me han soportado durante 44 años de trabajo. Simplemente hay que tener salud, y cumplir con el trabajo que está establecido. Esa es la clave de todo.
- ¿Cuántos directores ha visto pasar y con cuáles se ha sentido más cómodo?
- Unos cuantos, pero yo me dedico a mi trabajo. Respeto a todos y por eso he durado tanto aquí. He admirado mucho a peloteros que siempre me dieron consejos como Casanova, Pacheco, Kindelán para que estuviera centrado en mi trabajo.
- ¿Hábleme del cargabates en un equipo de pelota?
- Admiro el trabajo de los cargabates. En sentido general nadie tira para nosotros. Es trabajo y trabajo. Somos los primeros en entrar al terreno, y los últimos en salir. Y, te repito: nadie tira para nosotros.
- ¿Qué cargabates admira usted de los que han pasado por series nacionales?
- Admiro mucho a Roberto Jiménez de Villa Clara, al difunto Cañizares de Sancti Spíritus, y a Alberto Hernández de Pinar del Río.
- Si tuviera que escoger a los cinco mejores peloteros con los que ha compartido equipo…
- Es muy difícil, porque este equipo ha tenido muchas estrellas. La cuenta se me pierde, pero admiro mucho a Antonio Pacheco, Orestes Kindelán, Fausto Álvarez, Gabriel Pierre, Norge Luis Vera, Ormari Romero. Y no voy a seguir porque siempre se me quedarán peloteros fuera.
- ¿Recuerda su momento más feliz en series nacionales?
- El momento más feliz fue aquel play off final ante Industriales que ellos iban con ventaja para el Latinoamericano. Teníamos que ganar los dos juegos, y quedamos campeones. Recuerdo una anécdota en el avión que el capitán de vuelo salió al salón. Nos dijo que para qué íbamos para La Habana que para gastar combustible había tiempo. Llegamos al Latino y aquello estaba lleno de carros descapotables, guaguas, Los Van Van, y le ganamos a Industriales.
- ¿Y el más triste?
- El momento más difícil fue cuando me informaron en La Habana sobre la muerte de mi hermana. Me encontraba en la preselección para el Clásico, y tuve que viajar a Guantánamo a su sepelio. Ese ha sido el momento más duro.
-¿Qué me puede decir de su participación en eventos internacionales?
- Tuve el honor de participar con el equipo Serranos siete veces en México. Incluso allí pude jugar porque el receptor era el difunto Modesto Larduet. Sufrió una lesión y tuve que asumir. Le recibí a Oscar Gil de Holguín y a Ariel Martínez de Ciego que, por cierto, tiraban bastante duro. No estaba acostumbrado a eso, pero asumí esa responsabilidad. También estuve tres veces en Venezuela como parte de la dirección del equipo.
“También tuve el honor de participar en el entrenamiento del Clásico y un campeonato mundial en La Habana cuando se le ganó a Brasil con un jonrón de Kendrys Morales. Incluso en una ocasión tuve que darle rollings a los segundas base. La dirección del equipo fue a una reunión y yo le di roletazos a esas estrellas, a Pacheco, a Padilla, a Oscar Macías”.
- ¿Es optimista con la clasificación de Santiago?
- Tenemos una bandita que está luchando en el terreno. No podemos decir que vamos a clasificar porque el terreno da todo. No vamos a caer en ese círculo vicioso de que vamos a clasificar si no lo tenemos en la mano todavía. Estamos luchando para eso.
Vázquez
27/4/22 9:34
Excelente entrevista. Felicitaciones!!!
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