Le da brillo al taekwondo. Robelis Despaigne, oriundo de la provincia de Santiago de Cuba, 29 años de edad, 2.02 metros de estatura, ha podido subir a podios muy exigentes, luego de ganar tres valiosas medallas de bronce. Nos referimos a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 (división de más de 80 kilogramos); los mundiales de Puebla 2013 y Cheliábinsk 2015 (siempre en más de 87). Y quiere más, bastante más, como quedó claro en esta entrevista para nuestra revista digital.
PRIMER MINUTO
—¿Qué haces en la actualidad?
—Nos encontramos inmersos en la preparación para los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018, del 19 de julio al 3 de agosto. Lo próximo que tendremos será, aquí en casa, la Copa Cerro Pelado, para ir puliendo detalles de cómo va la preparación. Todo ello enfocado en el clasificatorio para Barranquilla, que será en el mes de marzo, en México. Y, por supuesto, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
—El taekwondo cubano, muy laureado, lleva un tiempo de no pasar por buenos momentos. ¿A qué se debe?
—No sé. Una serie de sucesos que atentaron contra los resultados. Pero, bueno, nos estamos recuperando. Este año lo que pasó fue que solo tuvimos una oportunidad, una sola competencia, que fue el campeonato mundial. Y en realidad nos fue muy mal. No ganamos medallas. Y el taekwondo nos ha tenido siempre acostumbrados a regresar con medallas.
SEGUNDO MINUTO
—Ocurrió también con los Juegos Olímpicos de Río 2016. Se interrumpió una cadena de ganar al menos una desde la entrada de este deporte en el programa (en Sídney 2000).
—Sí, ocurrió también. Pienso que estamos eliminando todo lo que nos pasó. Hay otra dirección, totalmente reestructurada. Y pienso, repito, que vamos bien encaminados.
—¿En qué consiste esa recuperación?
—Sí, en los entrenamientos, todo va saliendo.
—¿Cuáles fueron esos errores?
—Bueno, errores, no sé. Son temas internos, que no se deben tocar. Nos encontramos entrenando más fuerte, uniendo los equipos, tanto al femenino como al masculino. Vamos bien.
—Te encuentras en la misma división, por una coincidencia histórica, que el también muy estelar Rafael Alba. ¿Qué significa eso?
—Es bueno y es malo. Bueno porque entrenando juntos elevamos el nivel. Lo dicen así los resultados en el pasado cuatrienio deportivo. Y es malo porque, por las divisiones que se convocan, uno de los dos tenemos que quedarnos sin ir cuando se trata de Juegos Panamericanos o de Juegos Olímpicos.
ÚLTIMO MINUTO
—Por suerte no va a ocurrir así con los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla 2018.
—Sí, por suerte. A ellos podremos ir los dos.
—Vamos a recordar el mejor momento de tu carrera deportiva: los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
—Competir en unos Juegos Olímpicos es el sueño máximo de un deportista. Y si logras un resultado relevante, pues mucho más.
—¿Cuál fue tu momento más difícil en Londres 2012?
—Cuando terminé el primer combate. Tuvieron que infiltrarme en una rodilla, sacarme líquido, ponerme medicamentos dentro de ella, estaba muy dañada. Y, claro, la perdida de la segunda pelea.
—Ese revés te impedía ganar oro o plata.
—Sí. Entonces gané el tercero y el cuarto.
Una pausa aquí, antes de la próxima pregunta, para consultar los archivos: el 11 de agosto derrotó 1-0 (0-0, 0-0, 1-0) al nigeriano Chika Chukwumerij, quien había sido medallista de bronce en los de Beijing 2008. En cuartos de final no pudo ante el gabonés Anthony Obame, por reñidísimo 6-7 (2-0, 3-4, 1-2, 0-1). En la repesca, por los puestos 5-6, estuvo categórico ante el samoano Kino Thomsen Fautaga: 14-2 (4-0, 10-2). Y por el bronce superó por lesión al maliense Modebo Keita.
—Ese rival, el gabonés, te había ganado antes.
—Sí, en unos Juegos Mundiales Universitarios. En Londres yo estuve delante, pero me empató al final. Y me ganó en Punto de Oro. Él terminó entonces con medalla de plata.
—¿Cuál es tu sueño?
—Pienso que el de muchos deportistas: ser campeón olímpico.
Términos y condiciones
Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos.