El 24 de julio del 2020 comenzará la competencia deportiva más esperada del actual ciclo: los Juegos Olímpicos en Tokio, Japón, adonde la delegación cubana pretende llegar con más de un centenar de nombres y el objetivo supremo de volver a figurar entre las 20 potencias primeras, tal y como ha venido ocurriendo en todas sus participaciones desde Montreal 1976.
Los sistemas de clasificación son bien complicados hoy en el mundo deportivo y existen disciplinas que otorgan los pasaportes por efecto acumulativo a partir de los resultados en un determinado número de justas; otras se obtienen directamente en campeonatos mundiales o torneos preolímpicos, mientras un grupo de disciplinas lo entregan por las marcas mínimas exigidas.
Hasta el cierre de diciembre, 26 cubanos ya tienen sus boletos directos en siete disciplinas: canotaje (4), gimnasia artística (2), lucha (2), pentatlón moderno (2), ciclismo (1), atletismo (10) y tiro (5), lo cual debe ampliarse hasta el mes de mayo, aunque de entrada Cuba no tendrá opciones de clasificar en 177 de los 339 juegos de medallas que se entregarán en la lid nipona.
Tal y como ha venido siendo la regla o la tradición, también en siete deportes descansan las mayores opciones de podios para los antillanos. Boxeo, lucha, atletismo, judo, tiro, taekwondo y canotaje son los abanderados de esperanzas, sin descartar sorpresas mayúsculas en ciclismo, gimnasia artística, levantamiento de pesas, por solo citar tres áreas en las que tenemos nivel mundial.
Los organizadores de esta cita han diseñado un grupo de facilidades para Cuba que incluyen bases de entrenamiento con antelación a la entrada de la Villa Olímpica sin costo adicional, lo cual ayudaría sobre todo a la adaptación al brusco cambio horario (13 horas), así como al clima caluroso de la sede, que ya declaró tener listos todos los escenarios deportivos —un año antes del inicio— y promete presentar y vivir los mejores Juegos Olímpicos de la historia.
Por supuesto, el adelanto de los posibles campeones o medallistas cubanos no se podrá puntualizar hasta que no se concreten todas las clasificaciones. Pudiera, incluso, darse el caso que no acudamos en deportes colectivos, tal y como ya ocurrió en Londres 2012, pues solo nos quedan opciones en voleibol varonil (enero) y béisbol (marzo o abril). Esa asignatura sigue pendiente para el movimiento deportivo cubano.
No obstante, la expectativa por la cuarta corona olímpica de Mijaín López (lucha greco) y la segunda de su compañero Ismael Borrero; las primeras de Yaimé Pérez (disco-atletismo) y Andy Cruz (boxeo) se empinan a esta distancia como las más serias, sin descartar la segunda de Idalis Ortiz (judo) o la de nuestro doble titular mundial de taekwondo, Rafael Alba.
En estos momentos hay una preselección de 343 deportistas que se preparan en 22 disciplinas para el reto de Tokio. De ellos, poco más de 100 deben tener el honor de representarnos. La experiencia olímpica será quizás más baja que en ediciones anteriores, pues una necesaria renovación se impone en muchas disciplinas, pero de sobra hay ejemplos de debutantes que tocan la gloria en sus estrenos.
Es apenas una primera mirada hacia Tokio. Mucho tendremos que seguir comentando en lo adelante. Quedan exactamente siete meses para el encendido del pebetero.
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