Maria se repite. No hay fallos en su secuencia. Es perfecta sobre 1.84, 1.88, 1.92, 1.95 y 1.97 metros.
No hay problemas, salvo con su pelo, que se lo organiza una y otra vez. Tras cada salto, para ser exacta, se suelta la pequeña cola y en los siguientes segundos la vuelve atar.
La varilla a 1.97m sacude. Ahora solo quedan tres: Maria, Yuliia Levchenko y Kamila Licwinko. Ellas son las medallistas.
Mariya va por el 1.99m. Es una altura de trámite para la única mujer que ha saltado sobre dos metros (al aire libre) este año. Ya la polaca Licwinko ha vencido la altura. Maria falla.
La jovencísima ucraniana también logra la altura. Lo hace en un primer intento muy limpio; tanto, que de no ser por la lista de inscripción casi nadie habría notado que está firmando su marca personal. Tiene ilusión en el rostro pero contiene como nadie las emociones. Su ilusión se agiganta y Maria renuncia.
Ya están las medallistas. Maria Lasitskene deja los dos intentos que le quedan para atacar el 2.01m. Todo o nada, piensa la rusa. Su historial se lo permite.
Maria se pone de pie. Mira el reto. Entiende que se trata de un salto que le vale para refrendar su título. Lo visualiza, lo enfrenta y vuelve a reencontrarse con el éxito. Ahora la presión es para el resto, pues tendrán que vencerla en los 2.03m.
La ucraniana sigue mejorando y valida los 2.01m. Ya no puede más y muestra su alegría. Se siente con la plata en el cuello pues Licwinko está en problemas.
Varilla a 2.03m. Latsiskene otra vez. Es una transmisión integrada pero su aval le garantiza que le sigan las cámaras. Van con ella y dejan que el mundo disfrute de su victoria. Ha saltado los 2.03 metros y con este brinco, el oro es un hecho.
Maria Latsiskene es nuevamente la campeona del mundo en el salto de altura . Le sigue la ucraniana de 19 años Yuliia Levchenko (2.01) y la polaca Kamila Licwinko (1.99). Después busca el record de Rusia, pero los 2.08 se le resisten. La altura no le sonríe y ella tampoco muestra toda su alegría. Digamos que la lleva por dentro.
La premiación es un acto cruel esta vez. Suena el himno de la IAAF y Maria lo escucha. Lo escucha y esboza ligeramente una sonrisa. Se esfuerza, pero la añoranza hace estancia en su mirada. La melodía compuesta por Aleksandr Aleksándrov se echa en falta. La reinserción tiene un precio y es extremadamente alto.
CUBA
La actividad de Cuba en la novena fecha del Campeonato Mundial de Atletismo corrió a cuenta de los relevos. Tanto el 4x100 como el 4x400 entre los hombres salieron a la pista del parque olímpico londinense, siendo los de la posta larga, los de mejor rendimiento.
La cuarteta que encabeza Yoandy Lescay corrió 3:01.88 y avanzó como tercera de su serie a la ronda final. El 4x100, por su parte, finiquitó su historia en el mundial al ubicarse sextos en su heat con 39.01 segundos.
BOLT Y UN ADIÓS AMARGO
Gran Bretaña ganó la final del relevo 4x100m. Lo hizo con tiempo de 37.47 segundos, superando a las cuartetas de Estados Unidos (37.52) y Japón (38.04). Los británicos firmaron una excelente competencia, con un rendimiento excepcional pero las cámaras se fueron, otra vez, con Usain Bolt. El hombre que ganó once títulos mundiales en su carrera y que ahora se marcha, con las manos prácticamente vacías.
Usain escogió los 100 metros para despedirse individualmente de la alta competición y solo pudo ser tercero.
Se enroló en la posta corta y luego de clasificar cómodamente, vivió una final con un desenlace fatídico. Bolt se lesionó cuando corría el último tramo. No culminó y quedó tendido en la pista, observando cómo se le escapaba la posibilidad de redimirse.
Ahora hay millones que dirán que tenía que haberse ido tras los Juegos Olímpicos. Buena parte de esos millones, de seguro, en su momento creyó que no debía decir adiós cuando anunció que se marchaba tras este campeonato mundial. Lo cierto es que muy pocas personas son capaces de vaticinar el destino, y por ello hay que vivir cada momento con la intensidad que requiera. Usain decidió estar en Londres y lo hizo. No fue lo que él esperaba, eso es seguro, pero la experiencia ha servido para engrandecerle. Usain Bolt es humano, gusta de ganar y ha demostrado que también, sabe perder. Larga vida al Rey.
Por cierto, también cayó Mo Farah. Le derrotaron los etíopes en los 5000 metros. El británico (13:33.22) cedió el titulo a Muktar Edris (13:32.79). El estadounidense Paul Kipkemoi Chelino (13:33.30) se colgó la presea de bronce.
SALLY, LA MAQUINARIA, PEARSON
Si hay una mujer que le ha tomado el pulso a la escuela estadounidense de vallas cortas, esa es la australiana Sally Pearson. Lo mostró cuando entre 2011 y 2012 encantó al mundo con su potencia y competitividad. Años en los que coqueteó con el récord del mundo y ganó todo lo que podía ganar.
Luego llegaron las lesiones y los problemas físicos la alejaron de las pistas y de su forma habitual. Tiempo que aprovecharon las norteamericanas para acaparar la atención, para alzarse con todo tipo de triunfos y para apoderarse, por intermedio de Kendra Harrison, del récord mundial de los 100 metros con vallas.
Pero Pearson regresó y ganó. Se coronó en Londres con tiempo de 12.59 segundos. Kendra Harrison, la recordista, quedó para un cuarto lugar con solo 12.74 segundos. No olvidar que el pasado año quedó fuera de los juegos olímpicos pese a tener el récord mundial. La presión, a veces, le puede.
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