Muchos creyeron que Industriales no iba a reponerse de un arranque tan fatídico que lo llevó a perder dos juegos seguidos por Súper KO, y uno de ellos perfecto, el segundo partido en series nacionales en que a un pícher no se le embasa nadie durante los innings que dura.
Era derrota tras derrota, y solo los más fieles seguían yendo al Latino y encomendados a los ángeles azules esperando el milagro de la resurrección.
Para más desgracia, el 00 del equipo, Veneno, fiel en todas las épocas de los Leones, había muerto en medio de esa debacle, víctima de un infarto. Sin rumbo dentro del campo de juego ni alma en las gradas, la crisis se agudizaba con la ausencia por enfermedad del mentor Guillermo Carmona.
Sin embargo, quedaba tiempo para tomar un segundo aire y empezar la remontada tumbando rivales. Carmona no esperó a que sus muchachos regresaran a la Habana, aun recuperándose, emprendió rumbo hacia el oriente por donde estaban de gira y reasumió el liderazgo.
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De aquellos días aciagos para los Leones queda la lección y el recuerdo. Estuvieron en el fondo de la tabla de posiciones y ya andan ubicados en el grupo de arriba del ecuador, en puestos de clasificación.
Pocos dudan ahora de que estén en la postemporada, aunque como dice el propio timonel: "en el béisbol no hay nada seguro hasta el último out".
Más tranquilo, Carmona confía en sus muchachos. Ellos nunca perdieron el espíritu, ni en los días en que solo perdían; se hicieron los ajustes en el juego, especialmente a la defensa en tercera y el campo corto y llegaron los resultados.
Las claves de la remontad han estado en picheo y defensa; el bateo no se ha comportado como quisiéramos, pero han aportado también, asegura el avezado director cuya hoja de servicios acumula once temporadas con Metropolitanos e Industriales, lapso en que se ha colgado dos medallas: una de plata y otras de bronce.
Los Leones suman ocho subseries seguidas ganadas y su balance de victorias y derrotas es positivo en un torneo que Carmona califica como el más parejo en su carrera como entrenador.
Nunca antes había visto uno así, dice refiriéndose a las posibilidades reales de clasificar de más de una decena de equipos cuando se juegan las decimoterceras subseries del calendario.
Las diferencias entre unos y otros son pequeñas, así que nadie puede dormirse en la recta final porque se quedan fuera de los ocho, sostiene el mentor del equipo que más pública arrastra en todo el país entre seguidores y detractores.
Carmona reconoce que la ausencia de Andy Vargas por lesión es un baja muy sensible. Era al seguro cuando trabajaba, lo mismo al principio en su rol de cerrador o después al pasar a la rotación.
Fue un cambio de función pensado con anterioridad, algunos creen que fue un paliativo en medio de la crisis, pero el timonel asegura que el cuerpo técnico había valorado esa posibilidad tras valorar la calidad de sus relevos largos.
Hacía un gran volumen de picheos, casi que lo mismo que le íbamos a exigir de abridor. Antes no lo movimos porque teníamos bien estructurado el staff, pero en la medida que tuvimos bajas por diversas razones hubo que apelar a él para completar la rotación.
Lo hizo muy bien y si estamos aquí se debe también a su aporte ganando juegos, y sobre todo caminándolos bastante, añade.
Carmona asegura que disponen de varios jóvenes lanzadores con herramientas para imponerse en nuestro béisbol, con buena velocidad y la ayuda de los entrenadores para mejorar sus comandos. El futuro del picheo de la capital está asegurado, sentencia.
Un tema casi obligado por estos días es el de Yasmani Tomás, el ex Grandes Ligas que quiere volver a jugar con sus Industriales de siempre, el equipo con el cual se lanzó al estrellato antes de partir a probarse en los más excelsos circuitos profesionales.
Nosotros cumplimos con los trámites de rigor, toca a otros tomar la decisión, esperemos que lo hagan, y pronto, para que pueda sumarse al grupo. Él va a aportar mucho al equipo y al béisbol cubano, afirma expectante.
Yasmani aparece en los planes de la Federación Cubana de Béisbol para integrar la selección nacional que asistirá a los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, pero antes aspira a jugar con los Leones.
Su caso es singular porque no pretende cumplir con el requisito de repatriación exigido por el reglamento de la Serie Nacional para integrarse al campeonato, un acápite que la mayoría considera superado ya por las flexibilidades migratorias para los cubanos residentes en el extranjero.
Incluso, hay un fuerte debate en redes sociales digitales para que sea derogada esa cláusula que inhabilita a Tomás y otros que como él desean volver al principal torneo beisbolero de Cuba.
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